Espacio virtual creado realmente por Nicanor Domínguez. Dedicado a la historia del Sur-Andino peruano-boliviano.

domingo, 6 de marzo de 2011

PERU: ¿Wikileaks​, Herencia Colonial y el Problema de las Elites?

El ocaso de los wikileaks

Por Mirko Lauer.

La República, Lima, jueves, 17/02/2011

La llegada de buena parte de los casi 1,500 wikileaks peruanos a su país de origen debió ser un acontecimiento. Hasta aquí ha sido un anticlímax. Quizás El Comercio, que los recibió, todavía está hurgando por entre los correos. Pero si las primeras revelaciones son indicio de algo, esos periodistas van a raspar el fondo de una olla electrónica más bien agotada.

En verdad los destapes peruanos de la primera hora en El País tampoco fueron gran cosa, a pesar del esfuerzo de la prensa local por volverlos dramáticos. Quizás una mirada peruana detecte bocadillos políticos que en España pasaron inadvertidos. Aunque en términos generales ya sabemos que los diplomáticos de Washington no confiaban grandes secretos de Estado a la red, sino más bien modestas apreciaciones.

Al confiar su botín a un solo medio peruano, la gente de Wikileaks introduce la posibilidad de un sesgo en la selección o la presentación del material. Además la selección de medios (los cinco diarios originales del hemisferio norte, y ahora este peruano) se contradice con la idea de acceso universal en que se ampara la gente de Julian Assange.

Por lo pronto El Comercio solo habría recibido los envíos del 2006 a la fecha, es decir Alan García, no Alejandro Toledo. De ser esto así, la decisión, voluntaria o inopinada, pone a buen recaudo a uno de los partidos en competencia de estas elecciones. ¿Por qué tomaría una decisión así el buró londinense de la página web? ¿Está guardando ese material para otro medio peruano? ¿Para otro momento?

Estamos, pues, en una suerte de segunda hora del fenómeno. Los diarios originales, probablemente cansados de escarbar, ya retiraron la sección “Papeles del Departamento de Estado” de sus primeras planas, y ahora es el wikileak el que depende de la coyuntura, y no al revés. Un acontecimiento como el dominó árabe de estos días lleva a los wikitenientes a chequear qué habían venido diciendo los funcionarios de Washington.

Así, como en la segunda ley de la termodinámica, los wikileaks del mundo se van a ir enfriando irreversiblemente a medida que se hagan más conocidos o más antiguos. Sin embargo hay refrescos. El desembalse de wikileaks bancarios sobre 2000 grandes cuentas offshore en Gran Caimán está esperando su turno. El banco afectado ya ha abierto juicio a la página web Wikileaks.

Es casi seguro que todavía hay más emociones fuertes esperando para quienes emprendan la lectura acuciosa de los seis tomos de transcripciones de vladivideos que en todos los miles de wikileaks peruanos juntos. Quizás el mejor destino del donativo de Assange sea un buen CD-Rom para uso de especialistas en relaciones bilaterales EEUU-Perú.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/17-02-2011/el-ocaso-de-los-wikileaks

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Rosita Wiki-Likins in Banana Republic

Por Augusto Álvarez Rodrich

La República, Lima, domingo, 20/02/2011

Los wikileaks empiezan a mover la elección 2011.

Cusco. El –¿supuesto?– pedido del gobierno de Alejandro Toledo al de Estados Unidos para frenar la candidatura 2006 de Ollanta Humala es, hasta ahora, la primicia más caliente del wikileak, pues el ‘ego colosal’ de Alan García no requería ser ratificado por un cable diplomático.

Sin embargo, los documentos entregados por el equipo de Julian Assange a El Comercio empiezan –como contó una editora– en 2006, mientras el cable de la ‘teletón’ que Toledo quería organizar contra Humala –¿y a favor de Lourdes Flores, pues para García no sería la cosa, no?– es de noviembre 2005.

A pesar de ello, la embajadora citó a Humala para informarle del cable antes de su revelación, lo cual evidencia escasa capacidad de inteligencia gringa pues, por las fechas señaladas, ese wikileak no lo tenía El Comercio. Asimismo, habría sido más razonable que Rose M. Likins –un nombre bastante apropiado para realizar la penosa tarea de ofrecer disculpas por los wikileaks– citara a Toledo antes que a Humala, pues el ex presidente sería el más perjudicado por la revelación de que su gobierno pretendía rebajarnos a la categoría de Banana Republic.

Ahí radica el misterio aún sin resolver pues interesa conocer cómo podía ayudar la embajada americana a frenar a Humala, algo que, de paso, sí preocupaba al gobierno de Estados Unidos por la cercanía que Ollanta mostraba con Hugo Chávez.

¿Pudo ser al revés, es decir, que el gobierno de Estados Unidos le pidiera a Toledo –cuya cercanía a Washington es obvia– que pusiera el hombro para parar a Humala? Cuando yo dirigía Perú.21, en plena elección 2006, me llamó un alto funcionario del gobierno de Toledo para que ‘colaborara’ en una campaña informativa que alertara que el dólar se dispararía a cuatro o cinco soles –y que el BCR no debía impedirlo– si Humala seguía creciendo. Por supuesto que no acepté, pero al día siguiente constaté que mis colegas de El Comercio y Correo, entre otros, se habían matriculado con entusiasmo en el esfuerzo.

Volviendo al affair ‘Rose-Ollanta-Alejandro’, ¿dónde está la verdad? ¿El castellano de la embajadora aún no es muy fluido? ¿Humala tiene problemas de atención? ¿No fue Toledo pero sí un funcionario de su gobierno quien hizo el pedido?

Mientras llega la verdad, El Comercio debe informar su criterio para divulgar los wikileaks que tiene para que no haya duda sobre lo que revelará, lo que callará y lo que guardará, por ejemplo, hasta después de la elección para no perjudicar a un candidato.

Finalmente, lo ocurrido también debe recordarles a los políticos peruanos que desechen la tentación de volvernos una Banana Republic. Ya estamos grandecitos para eso, ¿no?

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/20-02-2011/rosita-wiki-likins-banana-republic

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Confesión sincera

Por Augusto Álvarez Rodrich

La República, Lima, lunes, 21/02/2011

¿Por qué nuestros políticos sí se confiesan con un gringo?

Quise esperar a que se difundiera el wikileak del affair ‘Rose-Ollanta-Alejandro’ para recién escribir sobre el tema, pero la creencia de que la embajada americana se demoraría mucho en hacerlo –si alguna vez realmente lo hacía–, junto con la sospecha de que los diplomáticos no trabajan los sábados, me animó a abordar el tema en mi columna de ayer planteando interrogantes e hipótesis.

Olvidé, sin embargo, que si bien las embajadas no trabajan los fines de semana, los diarios sí lo hacen. Ayer, El País reveló el wikileak del 29/11/2005 que reporta un almuerzo en el que Fernando Rospigliosi planteó su preocupación por el avance del candidato Ollanta Humala y sugirió que la Embajada de Estados Unidos desarrolle una estrategia noticiosa para frenarlo.

Si bien entonces se percibía una conexión de Humala con Hugo Chávez –que fue su error fatal que le hizo perder la elección–, creo que la pelea siempre la deben dar los políticos locales y que nunca se debe admitir en el pleito a Estados Unidos, por principios y porque esto produce problemas mayores. Pero esa es mi opinión, discrepante de la que tenía Rospigliosi.

Reuniones entre diplomáticos y políticos y periodistas ocurren todos los días. Por ejemplo, yo tuve una hace poco con un grupo de la embajada americana y dos profesionales peruanos. A mí me sirven como fuente de información, pero lo que ahí opino es lo mismo que escribo y digo como periodista.

Por eso me sorprenden las confesiones sinceras de algunos políticos que, ante un diplomático gringo, sí dicen lo que piensan pero nunca dirían en público, como el ‘mudo’ Luis Castañeda –descrito en un wikileak revelado ayer por El Comercio como “locuaz comentarista político”– que afirma que “Alan García es un vendedor de sebo de culebra”, o Keiko Fujimori al revelar su pacto con el Apra o que su padre define todas las estrategias.

Al igual que con los diplomáticos, los periodistas nos reunimos, en busca de información, con políticos que –algunos como ‘vendedores de sebo de culebra’– también tratan de persuadirnos de sus puntos de vista para que los hagamos nuestros. A eso me referí ayer en esta columna cuando mencioné a un alto funcionario del gobierno de Toledo en relación con el dólar y la candidatura 2006 de Humala. Este tipo de encuentros no tiene nada de malo y ya es cuestión de cada periodista, en función de sus puntos de vista, o de su ética, si los toma o los deja.

Volviendo al wikileak que motiva esta columna, se puede concluir que o la embajadora Rose M. Likins se expresó mal en su cita con Humala –por idioma o por interpretación de fondo– o que este tergiversó –por error o interesadamente– lo que le dijeron, pues no se puede sostener que Rospigliosi era, en noviembre de 2005, funcionario del gobierno de Toledo, con quien, además, entonces –como era público y notorio– estaba muy distanciado.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/21-02-2011/confesion-sincera

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Daddy Yanquee

Por Mirko Lauer

La República, Lima, miércoles, 23/02/2011

Durante más de un decenio los EEUU han sido un valioso santuario para la peripecia Alejandro Toledo. El apoyo de Washington a la fase final de la lucha antifujimorista en que Toledo participó, los fondos de George Soros para su campaña, y la buena química con George Bush, marcan momentos claves en la carrera política del actual candidato.

Por tanto tomar distancia de la polémica visita de su ex ministro Fernando Rospigliosi a la embajada de los EEUU le tiene que haber resultado doloroso. Aun si Rospigliosi no acudió por encargo suyo, que es lo más probable, que Toledo lo niegue con tanto énfasis tiene ciertas resonancias apóstatas. Por la forma y por el fondo.

La forma: Washington era, y es, un aliado en la lucha contra el narcotráfico, y en el 2000 se volvió un aliado en la lucha por rescatar la democracia. Lo que sorprende no es que Rospigliosi lo entienda así, sino que Toledo se haga el desentendido en el tema. ¿O no estaba entre los que consideraban a Ollanta Humala peligroso para la democracia?

El fondo: Toledo toma esa distancia para no agraviar a Humala, en quien hoy no ve a un rival y cuyos votos están entre los que necesitaría en una segunda vuelta. Así, Toledo está cuidando algo así como un eje de coincidencia antiaprista y antifujimorista. Por parecidos motivos Humala siente que parte de su votación lo espera en Perú posible.

Humala acaso siente que ha encontrado una ventana de oportunidad como víctima de una conspiración proyanqui contra su candidatura nacionalista. El problema con esta ventana es que podría empezar a recordarle al electorado los tiempos en que era considerado un agente de Hugo Chávez, uno de los factores a que se atribuye su derrota del 2006.

Es cierto que hoy hay mucho menos Chávez que hace cinco años y que la imagen de Humala se ha venido suavizando, entre otras cosas gracias a una bancada pugnaz pero en el fondo bastante moderada. En el wikileak de marras el funcionario de Washington no hace sino escuchar y transmitir. Pero los medios, a favor y en contra, han hecho el resto.

Podría argumentarse que hay una ganancia relativa para los dos candidatos, calculable en primeras planas y horarios estelares. Pero es más o menos lo mismo que está logrando Keiko Fujimori con los donativos del narcotráfico a su campaña. En cambio el argumento del pasaporte estadounidense de PPK ha quedado reducido a cenizas.

La embajada de los EEUU queda marcada por la sospecha de una intromisión. Esto a pesar de que los wikileaks son documentos privados del departamento de Estado y los visitantes ciudadanos peruanos. El más venial de los reproches vendría a ser un deseo de saber demasiado. Pero ese es el prurito de toda embajada importante.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/23-02-2011/daddy-yanquee

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El ojo de la tormenta

Por Antonio Zapata

La República, Lima, miércoles, 23/02/2011

El wikileak de Fernando Rospigliosi revela algo que sabíamos y en ese sentido es más de lo mismo. Pero, a la vez, entrega un arma clave a Ollanta Humala, que constituye probablemente su última oportunidad para avanzar en este decisivo mes y medio que resta por delante.

Acompañado por Rubén Vargas, actual integrante de la comisión del plan de gobierno de Perú Posible, Fernando Rospigliosi visitó al entonces agregado de la embajada norteamericana para pedirle financiamiento a ser canalizado por su consultora. Ahora bien, este es un procedimiento habitual, porque la entidad que dirige emplea recursos de la cooperación norteamericana con instituciones de la sociedad civil para desarrollar estudios y campañas, sobre todo en materia de drogas. En narcóticos, como en otras materias también, desde hace muchos años, las posturas de Rospigliosi han coincidido con el gobierno de los EEUU y él lo admite abiertamente. No sorprende a nadie.

Un dato clave es la fecha de la entrevista, que corresponde al 18 de noviembre de 2005. En ese momento, Rospigliosi estaba muy distanciado del entonces presidente Alejandro Toledo. Había sido dos veces su ministro y en la segunda ocasión fue censurado por el Congreso. Se trató de una memorable sesión, porque es el único caso de censura parlamentaria de la década. En ella, los congresistas de Perú Posible no sostuvieron a Rospigliosi y con su inacción contribuyeron al éxito de la iniciativa de la oposición monitoreada por el APRA. Como consecuencia de esa fea salida, Rospigliosi quedó peleado con el partido de gobierno. Por ello, no es posible que actuara como emisario de Toledo en la entrevista con el agregado norteamericano.

Por otro lado, la embajada no sufre mayor daño, porque rechaza el pedido y sostiene que los partidos políticos peruanos por sí mismos deben encarar el tema. De este modo, el gobierno de los EEUU claramente evita la intromisión, al menos en este punto.

Pero, la iniciativa de Fernando Rospigliosi tiene una segunda interpretación. En efecto, revela la importancia estratégica de la embajada norteamericana para agentes políticos muy diversos. Otro cable difundido por Wikileaks mostraba que Jorge del Castillo también había visitado a los diplomáticos de los EEUU solicitando su intervención para que Lourdes Flores aceptara su derrota ante García en primera vuelta. Ambos encuentros, y muchos más, evidencian que la embajada constituye un centro neurálgico que ordena indirectamente a las fuerzas políticas peruanas, concediéndoles o negándoles apoyo, económico y/o político.

En este sentido, existe entre la clase política peruana un extendido sentimiento de reconocimiento al poderío de los EEUU y la aceptación tácita de la protección de su gobierno a la débil democracia peruana. Esa aceptación se extiende a todos los candidatos viables, menos a Humala. En todo caso, fue el perjudicado en ocasión de las elecciones anteriores.

En efecto, en el informe a Washington de la conversación con Rospigliosi, el embajador sostiene que comparte el parecer de su interlocutor sobre Ollanta como un riesgo para la democracia, sosteniendo que corresponde enfrentarlo a los partidos políticos peruanos. En realidad, el cargamontón contra Humala ocurrió tal cual y queda a la suspicacia ciudadana adivinar cómo actuó la embajada para concretar su punto de vista.

Así, Ollanta Humala tiene la oportunidad para reafirmar el nacionalismo. Puede que no resulte tan útil como sería en otros países.

Nuestro pueblo admira el estilo de vida norteamericano y ningún rechazo extremo ha de calar profundamente. Pero Humala llegará en cuarto puesto en abril a menos que aproveche esta ola grande, aunque complicada. Veremos sus habilidades de tablista.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/23-02-2011/el-ojo-de-la-tormenta

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Una democracia tutelada

Por Alberto Adrianzén M.

La República, Lima, sábado, 19/02/2011

La reunión oficial entre la embajadora de los EEUU y Ollanta Humala por el asunto de los famosos wikileaks trae cola. La denuncia de Humala respecto a que autoridades del gobierno de Alejandro Toledo solicitaron a la embajada de ese país poner en marcha en noviembre de 2005 una campaña en contra de su candidatura es un hecho de suma importancia.

Se sabe de las gestiones del congresista Jorge del Castillo ante el embajador norteamericano para que éste interceda ante Lourdes Flores para que no insista en su reclamo en la primera vuelta. La idea –como sucedió– era que gane Alan García para luego formar un frente contra el candidato nacionalista en segunda vuelta. Incluso, ahora sabemos, de las gestiones de esta embajada ante la candidata del PPC. Y si bien Lourdes Flores ha negado que el embajador norteamericano la haya llamado, otro líder del PPC, Javier Bedoya de Vivanco, ha dicho lo contrario: “Estoy casi seguro de que el embajador norteamericano sí llamó a Lourdes (Flores) para decirle que aceptara el resultado por la estabilidad del país. Recuerdo claramente que luego el embajador me invitó a una reunión para preguntarme qué actitud iba a tomar mi bancada de Unidad Nacional en el Parlamento” (Correo, 14/2/11). Es curioso que luego de estas declaraciones no se le haya entrevistado sobre estos hechos. Dudo mucho que Alejandro Toledo, presidente en ese momento, no haya estado al tanto de estas y otras conversaciones, más aún cuando él fue un entusiasta “antihumalista” con su famosa tesis del “salto al vacío”.

Tampoco es extraño que se mencione el mes de noviembre de 2005 como un momento clave en todo este asunto. Ese mes, así lo registran los medios de comunicación de entonces, se informaba del aumento en las preferencias electorales de Humala. Una encuesta de la U. de Lima en diciembre lo ubicaba en el tercer lugar (14,6%), a solo 1,6% de Alan García. También en ese tiempo comenzaron a circular una serie de noticias, todas ellas falsas, sobre el “peligro” que representaba Humala. Se “informó”, por ejemplo, de la existencia de una “milicia” armada compuesta por cinco mil bolivianos dispuesta a defender el triunfo de Humala; asimismo de una posible rebelión aimara encabezada por Evo Morales y de la llegada de un “batallón chavista” camuflado en la Operación Milagro. Todo ello marcó la pauta de lo que vendría en los siguientes meses, que consistió en una abierta “guerra sucia” contra Humala que bien se puede definir como una conspiración política que buscaba torcer la voluntad popular.

Como suele decirse, no hay que ser zahorí, para darse cuenta de que a fines de ese año la alarma se había prendido aquí y en EEUU. El seguro triunfo de Evo Morales en Bolivia era un dato; mientras que en Ecuador, luego de renunciar como ministro, Rafael Correa comenzaba su marcha hacia la presidencia. En un contexto de esa naturaleza una victoria de Humala en el Perú hubiese significado la consolidación de un cambio no solo en los países andinos sino también a nivel regional. Y si a ello le sumamos el “factor Chávez”, la preocupación de la derecha internacional y nacional era más que evidente. No hay que olvidarse que George W. Bush, presidente en ese momento de EEUU, consideraba a Venezuela como parte del “eje del mal”.

Estos hechos demuestran no solo la internacionalización de las elecciones del 2006 sino también el grado de injerencia externa en este proceso. Mientras se gritaba interesadamente “ahí está Chávez”, otros hacían el trabajo sucio contra Humala y corrían a la embajada norteamericana a pedir ayuda. No me extraña que aquellos que han estado comprometidos en esta guerra sucia hoy quieran negar esta denuncia, pasarla por “agua tibia” o, simplemente, descalificar a Humala. Por eso lo mejor es que se conozcan todos los cables y que la embajada muestre lo que le leyó a Humala para saber quiénes jugaron en contra de la democracia en 2006.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/19-02-2011/una-democracia-tutelada

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¿Democracia sin soberanía?

Por Carlos Reyna

La República, Lima, miércoles, 23/02/2011

Es insostenible el argumento de que para defender la democracia en un proceso electoral se puede pedir la acción de un Estado extranjero en contra de un candidato. Una regla clave de la democracia es que la competencia por el voto es exclusiva de las fuerzas políticas nacionales.

Menos aún son antecedente justificatorio las coincidencias que hubo algunas veces, no siempre, entre los EEUU y la oposición democrática frente a Alberto Fujimori. Esa oposición buscaba apoyo internacional precisamente para garantizar la limpieza de las elecciones, por tanto jamás pidió a ningún Estado que sea parte activa contra algún candidato.

Sostener la tesis “realista” de que los EEUU siempre intervienen, señalar que tirios y troyanos también les piden su intervención, y justificar su injerencia electoral con la idea de la amenaza chavista es sentar premisas letales para el orden democrático. Pues no hay democracia, ni siquiera república, sin Estado y sin pueblo soberanos.

Ahora bien, cabría ampliar la mirada para ver si no hay también otros escenarios en los que esos patéticos candidatos y operadores destapados por los wikileaks, abdican soberanías de modo más sistemático y grave que en los chismes acompañados de piqueos o canapés con los funcionarios USA.

Cabe analizar cuánta soberanía guardaron y guardan los que ahora son candidatos en temas como la inversión extranjera, venga de donde venga, o los TLC, la política antidrogas o la política exterior. O cuán autónomos son esos postulantes respecto a intereses corporativos de distinto signo o frente a personajes que se mueven en la turbiedad de la corrupción y el narcotráfico.

Si se considera el historial reciente de esos candidatos y sus emisarios en materias como esas. Si se examina quiénes van en sus listas al Congreso, la opacidad de sus finanzas o quiénes son los donantes que se llegan a conocer, uno concluye que para la mayor parte de aspirantes a Presidente eso de soberanía y autonomía es un bien perfectamente transable, incluso enajenable, al mejor postor.

Por eso, aunque discrepo profundamente con Fernando Rospigliosi en el penoso tema que ahora lo compromete, y en otros más, afirmo que muchos que ahora levantan el índice contra él no tienen autoridad moral para hacerlo.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/23-02-2011/democracia-sin-soberania

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Lo nacional y lo imperial

Por Sinesio López Jiménez

La República, Lima, viernes, 25/02/2011

Más allá de los dimes y diretes, de los chismes que suscitan y de las informaciones que revelan los WikiLeaks, hay un tema central que se oculta y no se quiere discutir: el papel de los poderes internacionales en los procesos políticos internos y la actitud de las elites políticas locales frente a esos poderes. Las idas y venidas de la derecha a la embajada norteamericana para pedir protección y ayuda son un rito conocido y repetido a lo largo de la historia del Perú de los siglos XIX, XX y XXI. Pero esto no pasa ni ha pasado solo en la derecha. También la izquierda ortodoxa tenía (antes de la caída del muro) sus propias embajadas como referencia política: Moscú y Pekín.

¿Qué explica la subordinación persistente de las elites locales a los poderes internacionales? La explicación hay que buscarla en la incapacidad de estas elites para enfrentar y resolver los problemas políticos que ellas juzgan fundamentales. En el fondo, es su incapacidad para hacerse cargo del país, de su historia y de su destino. Necesitan apoyarse en los poderes imperiales para imponer y mantener su dominación interna. Eso hicieron en las elecciones del 2006, parcialmente en la transición democrática del 2000, en la imposición del modelo neoliberal en 1990. En las coyunturas críticas en las que se presentan desafíos inevitables para resolver problemas nacionales de fondo y que exigen, por eso mismo, capacidad política, imaginación y audacia, las elites tiemblan, trastabillan y demandan el auxilio del imperio.

Estas conductas tienen profundas raíces históricas que hasta ahora no hemos podido superar: remontan al hecho colonial. En las ciencias sociales se estudian ciertos hechos que marcan gruesamente el camino y la historia que transitan los países. Se trata del path dependence. El hecho militar de la conquista española y el proceso colonial que lo siguió han marcado nuestra historia desde el siglo XVI hasta nuestros días. Pese a los esfuerzos y a las luchas de diversos contingentes sociales, no hemos podido romper las cadenas de esa pesada historia. Los movimientos de resistencia indígena, el más importante de los cuales fue la revolución de Túpac Amaru, fracasaron en su intento de acabar con la opresión colonial. La independencia, pese a los esfuerzos de las clases medias criollas, tampoco acabó con la colonia. La aristocracia criolla quería proclamar la independencia sin abjurar de la colonia, de acuerdo a la expresión lapidaria del historiador inglés John Lynch.

En los años 30 del siglo XX José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre buscaron abrir una ruta nacional a la solución de los problemas estructurales del país dentro de sus propias perspectivas: socialista el primero, nacional-popular el segundo. En ambos casos, la ruta nacional no significaba enclaustramiento sino apertura al mundo internacional desde los intereses de las clases populares y de las peculiaridades del país. Ya sabemos en qué acabaron esas interesantes apuestas: Mariátegui, combatido y distorsionado por la III Internacional y Haya de la Torre, perseguido, derrotado y aliado de la oligarquía y del imperio.

En los años 60 reaparecen las banderas de los 30, pero empuñadas por otros protagonistas: la nueva izquierda y el velasquismo.

Este acabó con la oligarquía y el gamonalismo y puso límites a la dominación imperial. La derecha pasó un largo período en hibernación sin hallar el camino a la embajada para buscar protección. La nueva izquierda con la vieja izquierda impulsaron el clasismo igualitarista. Pese a ser una dictadura, Velasco impuso un amplio proceso de democratización y de inclusión. Luego de la derrota del clasismo y del velasquismo, retornó la derecha del brazo de los poderes imperiales en los 90. En el 2006 la derecha se asusta con la aparición de Ollanta Humala (quien busca abrir un cauce nacional y popular a los cambios estructurales del país) y recurre nuevamente a la embajada. Lo demás es historia reciente y conocida.

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Tomado de: http://www.larepublica.pe/25-02-2011/lo-nacional-y-lo-imperial

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