Espacio virtual creado realmente por Nicanor Domínguez. Dedicado a la historia del Sur-Andino peruano-boliviano.

miércoles, 4 de abril de 2007

Uso y Abuso de la Historia: Moral Inca



INQUISICIONES: Mentiras persistentes

Abelardo Oquendo.

En su serie Ensayos Polémicos, el Fondo Editorial de la Universidad de San Marcos ha publicado un breve tomo titulado '3 principios para modernizar el Perú: ama sua, ama llulla, ama kella'. Sus autores son Aldo F. Berti, neurocirujano, y Thomas J. Cryan, doctor en Derecho y especializado en el desarrollo de proyectos internacionales de comunicación. La ironía del título transparenta la índole de su contenido: lo que el país requiere para superar su situación actual es aplicar la vieja moral incaica y tener gente recta, honesta y trabajadora en los puestos de gobierno. Gente que no mienta, que no robe y que en verdad se esfuerce por alcanzar el bien común.

Verdades de Perogrullo, sentido común a manos llenas, discurso llano y al alcance de todos, como en los más exitosos libros de autoayuda. "Nuestra historia -nos dicen los autores- nos puede proporcionar una luz que ilumine el rumbo apropiado que debemos seguir para alcanzar el bienestar económico para el Perú, un futuro de esperanza y prosperidad. Hace mucho el gran Inca estableció tres pilares fundamentales sobre los cuales se construye una moral social dinámica y fuerte. Cada uno de nosotros aprendió estos tres principios en la escuela, y eran: ama sua, ama llulla, ama kella, que significan no robes (sé honesto), no mientas (di la verdad) y no seas ocioso (trabaja mucho)."

No se va a discutir aquí los planteamientos de Berti y Cryan. Aquí se quiere tan solo reiterar que ningún inca propuso jamás tales principios, cosa que los citados autores no desconocen: "Al margen del origen de estos tres principios (que algunos estudios recientes han cuestionado) y del uso hipócrita que de ellos han hecho ciertos políticos", dicen (pp. 24-25).

En realidad, no se trata de "estudios recientes" sino, apenas, de una digresión que se permitió el historiador Carlos Araníbar al comentar 'Sol de los soles', novela de Luis Enrique Tord, en 'Hueso húmero' (Nº 34) en 1999. Dice ahí Araníbar, en un paréntesis:

"(A propósito, fue Cantú el inventor de la manida fórmula de las tres prohibiciones andinas 'no robar, no mentir, no ser ocioso'. Este tema fue absolutamente desconocido por toda la crónica colonial. Pasada en 1878 al idioma quechua por un fantaseador de calibre -el cusqueño Pacheco Zegarra- se alzó la frase desde entonces al rango espurio de socorrida clave social y resumen apodíctico de la moral incaica: ama sua, ama llulla, ama kella)."

La solvencia de Araníbar es reconocida por todos los que algo saben de historiografía peruana. Así, no obstante la discreción con que formuló su desmentido a una falsedad tan difundida, algo ha trascendido, si bien no lo suficiente, por lo cual estas líneas, que han encontrado un motivo para ello, buscan contribuir a su difusión.

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• Tomado de: "La Republica", Lima, Martes 25 de Abril del 2006.

• Ver: http://www.larepublica.com.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=108801&Itemid=28&fecha_edicion=2006-04-25

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• Imagen tomada de: http://www.conperroma.com/incas.htm

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domingo, 1 de abril de 2007

Uso y Abuso de la Historia: La Bandera del Tahuantinsuyo


(Diseño tomado de QuechuaNetwork.Org)

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La actual "bandera del Tawantinsuyo", ¿se inspiró en el Altiplano del Collao?

El historiador marxista británico Eric Hobsbawm propuso en 1984 analizar críticamente las celebraciones públicas de carácter histórico que pretenden ligar directa e ininterrumpidamente el presente en el que se realizan con el pasado que conmemoran. Aunque se inspiren en costumbres y relatos antiguos, casi siempre se pueden rastrear cambios y modificaciones efectuados por sucesivas generaciones de “custodios de la memoria”. Hobsbawm llamó a este proceso de re-elaboración del pasado, generalmente “puesto al día” para servir las necesidades del presente, “invención de la tradición”. Noción a primera vista contradictoria (¿cómo puede honestamente quererse inventar hoy algo nuevo que pretende ser antiguo y permanente?), es sin embargo una herramienta de análisis muy importante para entender cómo el estado, las élites y los grupos sociales por igual entienden y se apropian selectivamente de la historia para sustentar el día de hoy sus propias identidades.

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En el Perú el pasado Inca ha sido re-creado y re-inventado numerosas veces después de la Invasión y Conquista española del siglo XVI. En la propia época colonial, los descendientes de la nobleza Inca cuzqueña buscaron mantener algunos de sus privilegios aristocráticos transformándose en fervientes cristianos defensores de su rey, combinando símbolos pre-hispánicos con símbolos europeos. A fines del siglo XVIII el cacique Túpac Amaru reclamó sus orígenes incaicos para movilizar al campesinado surandino en su favor. En los años de la Independencia la imagen del “Sol de los Incas” fue promovida por algunos criollos como símbolo de la nueva república. Por supuesto, ninguno de estos sucesivos desarrollos neo-incaicos tenía mucho que ver en realidad con los Incas anteriores a 1532. Sin embargo, todos estos desarrollos sirvieron en su momento para apropiarse del prestigio que el Imperio de los Incas ha mantenido desde que Pizarro emboscó a Atahualpa en Cajamarca.

A inicios del siglo XX intelectuales de clase media en Lima y provincias desarrollaron un movimiento intelectual en favor de la población indígena rural, la amplia mayoría de los peruanos entonces, destinado a influir en las políticas del gobierno peruano por varias décadas. Éste complejo y diverso movimiento de ideas y acciones, que influyó en la literatura, el arte, el interés por la historia y la investigación arqueológica, es llamado en su conjunto “Indigenismo”. Una de sus principales característricas es haber sido externo a la vida de las comunidades campesinas indígenas por las que abogaba. Otra, su admiración e idealización del pasado incaico.

El Cuzco, como antigua capital de los Incas y sede de una universidad local, se convirtió en uno de los principales centros del Indigenismo peruano. Allí, en 1944, las autoridades y las élites revivieron la festividad del Inti Raymi, basados en las breves e incompletas descripciones que cronistas españoles de los siglos XVI y XVII habían dejado escritas sobre las ceremonias religiosas de los Incas. Inspirados parcialmente en danzas campesinas a las que despojaron de sus aspectos mas europeos, los indigenistas cuzqueños inventaron una nueva tradición que pretendía recrear fielmente un ceremonial que nadie había visto realizarse en casi 400 años. Hoy, el 24 de junio es el “día del Qosqo” (feriado no laborable), y cuenta con la masiva participación de la población local y de los numerosísimos visitantes que asisten a esta festividad neo-incaica.

En el Cuzco de 1973, celebrando los 25 años de su emisora “Radio Tawantinuyo” (que promocionaba musica folklórica andina y altiplánica), Raúl Montesinos Espejo elaboró una bandera con los colores del arcoiris, que presentó como la bandera de los Incas. En 1978, a propuesta del concejal Mario Cutimbo Hinojosa, la Municipalidad del Cuzco adoptó ese diseño como “la bandera del Cusco”. ¿De dónde salió la idea? Principalmente de las breves descripciones que figuran en los Comentarios Reales (1609) del Inca Garcilaso de la Vega [1539-1616]. Además, el difunto historiador Juan José Vega [1932-2003] y la folklorista Alfonsina Barrionuevo, entre otros, han escrito sobre el tema de la “bandera del Tawantinusyo”, basados en varios otros textos de los siglos XVI y XVII, sustentando esta idea y cuestionando el argumento de que las banderas son elementos de la cultural militar europea de la Edad Media traidas por los españoles a los Andes.

El problema es que los testimonios más antiguos, de españoles que vieron directamente a la última generación de reyes y nobles inca cuzqueños (Jerez y Sancho, 1534; Betanzos, 1551; Cieza, 1553; Santo Tomás, 1560), proporcionan descripciones muy vagas respecto de banderas y estandartes en los ejércitos indígenas. Son más bien informes tardíos (Acosta, 1590; Garcilaso, 1609; Murúa, 1613; Pachacuti Yamqui, 1613; Guamán Poma, 1615; Cobo, 1653) los que hablan del arcoiris como un emblema incaico que incluso habría sido representado en trozos de tela a modo de banderas.

¿Por qué es importante esta distinción? Porque entre uno y otro grupo de fuentes históricas se ubica un período decisivo en la historia colonial andina: el gobierno del Virrey Toledo (1569-1581) y el Tercer Concilio de Lima (1583). En esos años se tomaron decisiones fundamentales respecto de cómo promover la evangelización de los indígenas, reasentados en pueblos o “reducciones” bajo el control de corregidores y curas párrocos. Para argumentar la inevitabilidad de la llegada del Catolicismo a los Andes, los evangelizadores se apropiaron de imágenes y símbolos indígenas, que reutilizaron dándoles un contenido cristianizado. Así, existen numerosos ejemplos de representaciones coloniales de símbolos neo-incaicos (sol, arcoiris y serpientes, así como pumas, jaguares y águilas, entre otros) en pinturas sobre lienzo (retratos de miembros de la élite inca cuzqueña colonial) y papel (en documentos probatorios del estatus de nobleza de ésta élite), desde el siglo XVII hasta el XIX, ya en la época republicana.

La bandera adoptada por el municipio cuzqueño en 1978 especificaba: “siete franjas horizontales con siete colores, comenzando por rojo y terminando en violeta, siguiendo el orden cromático del arco iris”. Sin embargo, esta división (rojo, naranja, amarillo, verde, celeste, azul, violeta) corresponde a la evaluación científica de los colores en la descomposición de la luz blanca por medio del prisma, y forma parte de la teoría europea-occidental del color (que se define sólo a mediados del siglo XVIII [al aceptarse plenamente las ideas de Isaac Newton, originalmente desarrolladas en la década de 1660]). Las pinturas coloniales de arcoiris neo-incaicos no incluyen estos siete colores, como tampoco aparecen en las diversas muestras arqueológicas de cerámica prehispánica, Inca o pre-Inca.

En Bolivia, las decadas de 1970 y 80 vieron el desarrollo de un grupo político indigenista y marxista vinculado originalmente a la Universidad de San Andrés de La Paz, formado por intelectuales aimaras del área paceña: los Kataristas (tomando el nombre del líder rebelde de 1780-81, Julián Apaza “Túpac Katari”). En la década de los 90, tras el colapso de la Unión Soviética, el discurso político de los antiguos Kataristas se transformó en un reclamo étnico en favor de las “nacionalidades” aimara, quechua y de los grupos indígenas de las tierras bajas del oriente boliviano. Como símbolo, inventado a mediados de la década de 1980, el movimiento indígena boliviano ha venido utilizando una variante de la “bandera del Twantinusyo” (o “Pusintsuyo”, en lengua aimara). El diseño es ajedrezado (inspirado en la decoración de la cerámica prehispánica Tiwanaku e Inca), con 7 recuadros por lado, formando una bandera cuadrada de 49 recuadros en total. El diseño distribuye los colores del arcoiris diagonalmente. Utilizada masivamente en las movilizaciones indígenas de 1990 y 1992 en Bolivia, esta bandera ha buscado representar el carácter “pluriétnico”, “pluricultural” y “plurilingüístico” que la reforma constitucional boliviana de 1994 reconoció. Este simbolismo ha sido también adoptado por el movimiento indígena ecuatoriano, donde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE, establecida originalmente en 1986), la tiene como bandera oficial.

Esta segunda bandera neo-inca ajedrezada, inventada por intelectuales aimaras en Bolivia hace unos 20 años, recibe el nombre de “wiphala”. El término se refiere originalmente tanto a un tipo de danza del Altiplano Sur Andino que se baila en época de Carnaval desde Azángaro (Puno) hasta Yamparáes (sur de Bolivia), así como a las banderas blancas utilizadas en ella, que simbolizan la fertilidad y el florecimiento de las chacras. Hay descripciones desde al menos la década de 1950 que presentan estas danzas con el uso de éstas banderas. Son estas danzas altiplánicas las que desde 1948 “Radio Tawantinsuyo” promovía entre sus oyentes cuzqueños (en parte porque Montesinos Espejo había vivido en su juventud en Cochabamba). Por tanto, la inspiración para re-inventar una “bandera del Tawantinsuyo” en el Cuzco parece provenir de las wiphalas utilizadas en las danzas carnavalescas altiplánicas. Estas wiphalas sólo desde los años 80 en adelante tienen el diseño ajedrezado con los 7 colores del arcoiris en ellas.

Para terminar, dejemos en claro que nuestra intención no es querer descalificar los objetivos del movimiento indígena en los países andinos, basados en el respeto a una identidad que es fruto de un largo proceso histórico de resistencia y adaptación selectiva a las imposiciones externas coloniales y neo-coloniales de los últimos 500 años, dado que sus símbolos más visibles no son en realidad “auténticos” sino “tradiciones inventadas” (símbolos inspirados en tradiciones indígenas conservadas parcialmente y sólo mediante su modificación en la época colonial). La lucha por el respeto a la diversidad cultural y la convivencia de todos los ciudadanos de nuestros países es el objetivo último que todos debemos buscar.

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Nota: Agradezco los comentarios de Jean-Jacques Decoster, Alfredo Elejalde, Juan Carlos Estenssoro, Paul Firbas, José Antonio Mazzotti, Zoila Mendoza, Gabriela Ramos, Frank Salomon, Clodoaldo Soto e Imelda Vega-Centeno.

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• Publicado originalmente en: Cabildo Abierto (Puno), núm. 6 (Abril - Mayo 2005), pp. 16-17.

• Ver: http://www.ser.org.pe/index.php?option=com_remository&op=ListarDocumentos&id=4&inicio=0

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Participación Ciudadana (Lima, Congreso de la República)
Boletín No. 59, 23 de junio de 2004

LA BANDERA DEL TAHUANTINSUYO

En las lecciones impartidas en las aulas escolares, en eventos públicos, en manifestaciones políticas e inclusive en ceremonias oficiales aparece la imagen de la bandera con los colores del arco iris como supuesto símbolo del Tahuantinsuyo o Imperio de la Incas. Contrariando esta común creencia, lo único cierto es que el Tahuantinsuyo no tuvo bandera alguna. Así lo confirmó la Academia de la Historia el pasado 4 de mayo de 2003 al declarar que:

"El uso oficial de la mal llamada bandera del Tahuantinsuyo es indebido y equívoco. En el mundo pre-hispánico andino no se vivió el concepto de bandera, que no corresponde a su contexto histórico". (1)

El orígen de la mencionada bandera es tan sólo una invención del siglo XX. Una investigación publicada en el diario El Comercio (2) señala como su autor al ingeniero Raúl Montesinos Espejo, dueño de la radio Tahuantinsuyo, quien en 1973 la utilizó al conmemorar el 25 aniversario de su radioemisora. Luego su uso se fue extendiendo, razón que llevó en 1978 al alcalde del Cuzco, Gilberto Muñiz Caparó, a declararla como emblema de su ciudad.

En realidad, los orígenes de la falsa bandera del Tahuantinsuyo se remontan a las primeras décadas del siglo XX cuando algunos autores, especialmente indigenistas, la mencionan y describen como supuesto emblema del Imperio de los incas. Al haberla asumido Radio Tahuantinsuyo como emblema de la radioemisora, la confusión se extendió y el error se difundió masivamente.

En esta forma se creó en pleno siglo XX la denominada "bandera del Tahuantinsuyo", cuatro siglos después de la desaparición del Tahuantinsuyo o Imperio de los Incas.

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1 El Comercio, Pág. C-20, 4 de mayo de 2003.

2 El Comercio, Pág. A-2, 9 de julio de 2000.

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• Tomado de: www.congreso.gob.pe/participa/documentos/boletin23062004.pdf

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MAL MENOR, Por JAIME BEDOYA

Encuentros con Hombres Notables

Raúl Montesinos, creador de la Bandera del Tawantinsuyo.

LLEGARÁ el día de la Primera Guerra Mundial Gay. Un bosque de banderas del arco iris ensombrecerá el mundo, mientras centenares de miles de amanerados, trascendiendo el pañuelazo, se alzan en rebelión. Envalentonados por la instauración mundial del matrimonio del mismo sexo, surgirán en pos de una lógica reclamación dentro de su legítimo derecho a la normal infelicidad de las mayorías: el divorcio gay.

Una desconcertada humanidad discutirá a viva voz acerca de la correcta manera y el adecuado conducto de encontrar la plenitud vital. Los metrosexuales observarán una estratégica neutralidad. Los heterogays formarán ambiguas alianzas. Y como en toda guerra, habrá víctimas inocentes atrapadas en medio del fuego cruzado y las miradas matadoras. Una airada y confundida ofuscación recorrería el Cusco al verse involuntariamente comprometido en un derramamiento de sangre, además de absurdo, poco viril. Su pueblo, fuente creadora del primigenio pabellón del arco iris tawantinsuyano víctima de descarado plagio, sería equívocamente declarado beligerante por la Confederación Homofóbica.

Dios quiera que esto jamás suceda. Pero de llegar el día, es justo y necesario rendir tributo a don Raúl Montesinos Espejo, primer y único creador de la bandera multicolor del Incanato, policromía fruto de una apasionada veneración por la simbiosis entre naturaleza y cusqueñismo y no alegoría cromática de la atribulada pasión por el par.

En el café Internet Trotamundos de la Plaza de Armas del Cusco, Luis Nieto, escritor cusqueño, atendía con benevolencia el interés de un capitalino del porqué de la bandera del Tawantinsuyo. Su paciencia pronto tornose en honestidad: el tema le parecía bizantino.

La cuestión central, de la cual la bandera era solo parte de su caudal lírico, era el del cusqueñismo. Entiéndase por éste la honorable y muy humana exaltación de los valores milenarios de la eterna capital incaica. Su honestidad brutal a veces la había teñido de rasgos propios de pasatismo, etnocentrismo y xenofobia, peculiaridades telúricas que la hacen aún más difícil de entender por la siempre acomodaticia veleidad limeña, liviana e hipócrita como su garúa.

Nieto, con un pisco con té a medio beber, tenía precavidamente a la mano una fotocopia con su acuciosa investigación (1) sobre el tema, en el cual había detectado hasta tres etapas: a) La polémica entre Luis E. Valcárcel y Uriel García, el primero despotricando de lo criollo (2), el segundo conciliando la mixtura (3). b) La instauración del Día del Cusco en 1944. Su creador, Humberto Vidal Unda, consideraba que la efeméride sería análoga a "la Semana Santa de Sevilla, el Carnaval de Venecia, la Feria de Leipzig" (4). c) La gestión cusqueñista del alcalde Daniel Estrada, representada por su gigantismo monumental honrando a Pachacútec, Alejandro Magno andino y renovador del Imperio.

El cusqueñismo, a su vez, está emparentado con otras corrientes como el serranismo, el andinismo, el indigenismo, y el incanismo, todas tributarias de la grandiosidad de un pasado histórico merecedor de un mejor presente, por no mencionar el incierto futuro. Esta confluencia de sentimientos de orgullo hacia la matriz andina, origen que niegan las elites capitalinas que aún se refieren a la madre patria con acomplejada nostalgia, había producido creaciones miles. Una de ellas era la bandera del Tawantinsuyo. Respetando tanto la localía como la inteligencia del interlocutor no resultaba prudente apelar al tremendismo de qué pasaría con ese estandarte dentro de la hipótesis de la guerra gay. Además el último sorbo de su té con pisco anunciaba que la conversación estaba por expirar. Preguntar por la significación del arco iris es lo más pertinente. -El arco iris, kuichi, es sagrado. Puede indicar un tesoro. Pero si lo señalas, o le muestras los dientes, te hace enfermar.

Afuera el frío no era problema. Pero la concurrencia de juerguerismo y degradación comercial que asolaba la majestad del Cusco un viernes por la noche sugería que alguien había estado señalando el arco iris con malevolencia.


Los Hermanos Ayar de fondo, su bandera por delante. Montesinos [ca.1920-2004] en Osqollo, junio 2003. [Foto Caretas]


Raúl Montesinos Espejo, natural de Canchis y criado en Cochabamba, dejó Bolivia para cumplir el sueño de abrir una radio en su Cusco natal. Radio Rural era el nombre, 1948 el año. En época en que el rock and roll de posguerra empezaba a alborotar las hormonas juveniles, el cusqueñismo de Montesinos lo hizo navegar a contracorriente, haciéndolo apostar por una programación vernacular matizada por todo aquello que remitiera al campo. La osadía le valió a la estación el sardónico sobrenombre de Radio Chichería por aquellos ignorantes de lo que significa ser visionario. A los pocos años de salir al aire rural era un denominativo que le quedaba chico. Su nuevo nombre sería Radio Tawantinsuyo.

Los transistores evolucionados de los años 50 permitieron hacer portátil el disfrute folclórico. A la par, la radio se convirtió en vehículo de mensajes personales que llegaban a aquellos lugares donde ninguna otra comunicación asomaba, estableciendo Radio Tawantinsuyo legendarios servicios de mensajes personales. Es más, hubo denuncias envidiosas que acusaban a la radio de competencia desleal frente a los servicios de correos y telégrafos. Felizmente no prosperaron, y los mensajes continuaron. Los dos más celebrados fueron aquellos por cumpleaños, o los del Día de la Madre, graciosamente gratuitos cada segundo domingo de mayo desde las seis a.m.

Esto propició que el campesino que compraba su receptor pedía le soldasen el dial en Radio Tawantinsuyo. Una copiosa mitología refiere de más de un finado que como última voluntad pidió ser enterrado junto con su radio, debidamente sintonizada en la estación de sus amores, y con pilas frescas con que enfrentar la eternidad.

Llegados los 25 años de Radio Tawantinsuyo, 1978, el cusqueñismo que en Montesinos fluía a borbotones le hizo entender que algo le faltaba al legado inca para coronar la celebración. Una bandera. A diferencia de San Martín, no soñó nada. Ningún cronista hablaba explícitamente de la existencia de un pabellón, aunque tampoco ninguno negaba en principio su posibilidad. Aferrado a esta paradoja, Montesinos interpretó lo que pudo haber sido la bandera del Tawantinsuyo, tomando como referente un espectáculo majestuoso con que la naturaleza manifestaba su supremacía: el arco iris.

Cervesur, entonces empresa originaria de la proverbialmente robusta cerveza cusqueña colaboró con 500 soles a través de su gerente Leoncio Arteaga. Se confeccionó una bandera gigante de 14 por 8 metros que se trasladó en procesión desde la sexta cuadra de la calle El Sol, local de Radio Tawantinsuyo, hasta la Plaza de Armas, donde fuera izada en medio de la algarabía popular. Flameando los siete colores sobre un cielo perfectamente cyan, se supo que siempre debió haber existido.


* Octubre, 1973. Primer izamiento. Montesinos estuvo con el alcalde Jesús Lámbarry. [Foto Caretas]


En 2003, un año antes de morir, Raúl Montesinos recibió a dos interesados en la no del todo reconocida génesis de la bandera multicolor. La cita fue en su majestuosa casa coronando el cerro Osqollo, vigía natural de la ciudad puma. Montesinos, ya anciano y debilitado por la enfermedad, había hecho de su casa un santuario de cusqueñismo. Una réplica de la portada Tiahuanaco daba la bienvenida al visitante. Brotes de agua naturales gobernaban la arquitectura humana. Al interior de la casa sendos murales representaban la leyenda de los hermanos Ayar, fundadores del Cusco, ahí donde otros hubieran puesto un espejo. Miniaturas de las principales ruinas arqueológicas habían sido talladas sobre un roquedal que invadía la sala. Y un cuadro de la Ultima Cena Andina mostraba a Jesús degustando cuy y choclo con sus apóstoles.

Montesinos ya casi no hablaba, lo hacía su hija. No entendían bien lo de la "coincidencia" (5) con la bandera gay ("¿por qué habrán hecho eso esos señores?"), jamás habiendo registrado los derechos respecto a su autoría. Habían renunciado, o simplemente nunca se les ocurrió pensar en la compensación material producto de jugosas regalías provenientes tanto del turismo como de la opción sexual alternativa. Es más, poco les interesaba seguir hablando del tema, sino seguir mostrando todos los tesoros de cusqueñismo químicamente puro que albergaba su casa. Tal como la bandera, cada uno de ellos era una desinteresada manifestación del amor a su tierra. Aplicación práctica de una inadvertida filosofía quechua: compartir no solo lo que se tiene, sino lo que se es.

Un iluminador licor de saúco que sembraría el pánico en la novelera gastronomía limeña, antecedió la exhibición del último añadido a la casa. Se trataba de una réplica del último de los puentes colgantes incaicos, el puente de ichu de Keswachaka que se levanta sobre el río Apurímac, el Dios que habla. Montesinos, asistido para caminar, decidió demostrar sin palabras la resistencia de su obra, encaminándose temerariamente sobre un puente que el viento balanceaba sobre una caída de ochocientos metros.

Desde las alturas del Osqollo podían verse estandartes del arco iris ondeando por doquier en la ciudad, tal como en esos momentos lo hacía su bandera del Tawantinsuyo, al lado del Pabellón Nacional, sobre Palacio de Gobierno en Lima. Montesinos, maltrecho por la enfermedad, llegaba a la mitad del oscilante puente y daba la vuelta tratando de no perder el equilibrio, en un alarde por demostrar que ni él ni el puente caerían. El viento se detuvo cuando el creador de la bandera del Tawantinsuyo sonrió triunfante. El cielo era limpísimo.

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1 Luis Nieto Degregori, "Tres Momentos en la evolución del Cusqueñismo", Márgenes 13/14, 1995.

2 "Rieguen nuestro huerto espiritual las tonificantes linfas andinas, no las aguas pútridas de la moribunda civilización europea", De la Vida Inkaika, Lima 1925.

3 (preinca, inca, colonial, republicano) "son las cuatro levaduras en que se forjó el alma de la sierra, acero de cuatro temples", El nuevo indio, 1930.

4 Humberto Vidal Unda, "Lo que Significa la Semana del Cusco", Revista de la Semana del Cusco, 1946.

5 Las comillas son nuestras. La "bandera gay" fue "creada" en San Francisco por Gilbert Baker en 1978 ¡cinco años después que la bandera del Tawantinsuyo! Una hipótesis de esta "casualidad" estriba en que si bien inicialmente tenía un color más, el rosa, al estar este color descontinuado de fábrica, se utilizaron los excedentes de una producción de banderas del arco iris encargada por la "International Order of Rainbows for Girls" (asociación juvenil vinculada a la masonería) para suplir una marcha gay. La otra hipótesis es que entre 1973 y 1977 el susodicho sr. Baker visitó Cusco, vio la bandera, dijo qué regio y se la copió.

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Tomado de: Caretas, núm. 1827, Lima, 10 de junio de 2004.

http://www.caretas.com.pe/2004/1827/columnas/mal.html

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Uso y Abuso de la Historia: Perú



Uso de la bandera neo-inca ajedrezada en ceremonia neo-indigenista en el sitio arqueológico de Pachacamac durante el solsticio de verano de diciembre del 2006 (foto de Claudia Alva, "La República")


Perú: Inventando Tradiciones ... ¿andinas o turísticas?

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"La Republica", suplemento "Domingo", Lima, domingo 31 de diciembre, 2006

Fe andina

http://www.larepublica.com.pe/content/view/136839/

Ante la mirada fascinada de decenas de turistas y peregrinos, dos "aukis" (ancianos) provenientes de diversas culturas de raíces precolombinas celebraron el Cápac Inti Raymi, la fiesta del solsticio de verano, al estilo de sus ancestros. Fue en el santuario de Pachacamac, frente al mar de Lurín. Todo un testimonio de religiosidad andina.

Por Luis Arriola.
Fotos: Claudia Alva.



Sonidos de pututos y quenas recorrieron los adobes del santuario de Pachacamac ese jueves 21 de diciembre, mientras el incienso purificador se expandía entre los peregrinos.

Como siglos atrás, la ceremonia del Cápac Inti Raymi se hacía en un lugar sagrado. Sobre coloridas mantas, los "aukis" Vidal Ayala, de la comunidad Inti Ayllu, de Ollantaytambo, y Mariano Pachaguaya de comunidad Rosaspata, de Bolivia, preparaban las ofrendas dedicadas a la Pachamama.

Los "aukis" son los abuelos sabios de nuestra cultura amerindia, los depositarios de todo el saber y la fe religiosa de las culturas precolombinas.

"Todas las culturas antiguas celebraron el arribo de los solsticios, tanto de verano como de invierno, para agradecer a la naturaleza por la vida", explica el abuelo Ayala.



[ Foto: El abuelo Vidal Ayala entrega uno por uno los regalos a la venerada Pachamama, al estilo quechua. ]

Su rostro tiene surcos como de chacra y su barba es como el algodón, blanca y amplia. Para él, ni los más de 500 años de influencia española pudieron desterrar la costumbre de visitar los antiguos centros de adoración. Por eso vinieron de tan lejos, para agradecer a la Pachamama por la vida.

"Del vientre de mi madre vine marcado para ser un abuelo. Pero hay gente que nos imita y se hacen llamar chamanes, pero son payasos. Hay gente que comercializa nuestras costumbres", denuncia.

Este peregrinaje se ha dado sin drogas. La única adicción que comparten es la fe en las costumbres antiguas, en la confianza de la medicina natural y en el rezo de corazón. Por eso el abuelo Ayala reclama que ya basta de pedirle a Dios que brinde el pan de cada día, si él no es panadero.

"Hay que rezar con sinceridad. Nos han enseñado mal, nos han enseñado a repetir y Dios no está sordo", dice.

Los abuelos no tienen religión, ellos son hombres religiosos que caminan para enseñar la pureza del alma. Para el abuelo Ayala, la diferencia entre abuelo y viejo es notoria. El primero salta, canta y vive las costumbres de sus ancestros, y el segundo está postrado.

La ceremonia

Sobre una gran manta artesanal descansa la ofrenda, que a la vez reposa en una hoja de papel regalo. El primer piso es de algodón y poco a poco se va llenando de regalos a la Pachamama.



[ Foto: Estrellas de mar, conchas, claveles y hojas de coca para la ofrenda. ]

Desde pimienta molida para la fuerza, azúcar y chocolates para la dulzura, imanes para atraer el dinero y, no se vaya, pica pica para la alegría, galletas para el postre, hojas de salvia para acabar con la envidia, claveles rojos y blancos como regalos, lentejas y quinua para que la comida no falte y mucho más.

Cuando el abuelo Ayala termina le cede el turno al abuelo aimara Mariano, quien también es conocido en su tierra como amauta. Su ofrenda está a pocos metros y los peregrinos toman cinco hojas de coca y las ofrecen a la Pachamama. La cola se hace larga y el único requisito se respeta: solo en parejas. Cuando las dejan cierran los ojos con devoción y murmuran para adentro sus pedidos: salud, dinero, amor, éxito.

"Hace 10 mil años se hacía esta ceremonia para saludar a la Pachamama. Hay que obedecer sus costumbres, porque nosotros somos parte de ella. Cuando muramos, nos volveremos a juntar", dice.

El amauta Mariano es de Tiahuanaco y ha venido con la abuela Isabel Calisaya. Su ofrenda tiene la función de un plato de comida. Se ofrece lo mejor para que la Pachamama disfrute y también beba gotas de vino y chicha de jora.

"Antes solo había 4 suyos y todos éramos hermanos. El color de la piel y de la cabellera no interesa", afirma.

A un lado, un grupo de canadienses participa de la ceremonia con instrumentos musicales sioux. Con legendarios gritos de guerra, tocados por gente blanca y cantados por un joven con ropas indias, la ceremonia continúa.



[ Foto: Danzantes de tijeras ofrecieron sus saltos al santuario de Pachacamac. ]

El amauta Mariano, con su poncho verde y piel dorada por el padre sol, sonríe porque cada día hay más personas que despiertan por sus creencias ancestrales. Por eso recomienda visitar las huacas donde las oraciones salen solitas, sin esfuerzos memorísticos.

"Se siente la energía en cada huaca que hemos visitado. Y en Cusco mucho más porque es un lugar con energía cósmica", comenta y entre sus dientes se distinguen pequeños restos de hojas de coca chacchadas.

Sus abuelos y padres también fueron amautas y le enseñaron a vivir sin mentiras, a predicar con palabras y acciones, a ofrendar a la Tierra y al Sol. Para no desconectarse de sus creencias sigue cultivando la tierra. "Tenemos que compartir la sabiduría, ganamos todos si compartimos", afirma mirando el lejano mar.

Poco después, el abuelo Clemente Morales, de Lima, también realizará su ofrenda. Cuando finaliza, todos los regalos son levantados con cuidado y de la cima de la Huaca del Sol, una procesión desciende para quemarlos.

[ Foto: Con los brazos en alto se festejó la ofrenda. La música del grupo Pachacamac estuvo en la ceremonia. ]

Los abuelos llevan la bandera del Tahuantinsuyo desplegada y sostenida por sus cuatro puntas. Los creyentes van detrás. Han venido de varios países –Argentina y Colombia– y departamentos. Son peregrinos que aceptan que la sabiduría es una actitud frente a la vida. Los acompañan danzantes de tijeras y los violines y arpas no dejan de tocar.

Algunos descienden sin zapatos porque quieren recibir la energía de la huaca. Otros los usan como el señor Carlos Milla, quien a los 65 años se rebautizó con el nombre de Wayra Katari, que significa Serpiente del Viento en aimara.

"No tenemos religión, tenemos costumbres. Los maestros mayas decían que los pueblos inferiores inventan a dioses y creen en dioses. En cambio los superiores encuentran la forma de superar la naturaleza. Nos estamos reintegrando los amerindios", dice.

Al llegar a la pira que elevará las ofrendas al Sol se forma un círculo humano. Todos de las manos y el saludo "Feliz Cápac Inti Raymi" circula entre abrazos y apretones de manos, parecido al "démonos la paz", de la misa católica.



[ Foto: Los peregrinos de diversas nacionalidades ofrendaron la hoja de coca. ]

Poco después vuelven a sonar los pututos y los peregrinos y los abuelos miran el humo del pago a la tierra ascender por el milenario viento, como plegarias difuminadas uniendo Tierra y Sol, a la Pachamama y al Inti .

Cifras

65 grupo étnicos viven en la costa, sierra y selva de nuestro país.

6 huacas visitaron los abuelos en Lima y también rindieron una ofrenda al mar, a la Cochamama.

1,500 años antes de la llegada de los españoles, Pachacamac ya era un santuario.

1,309 huacas hay en el departamento de Lima.


Tarea cumplida

El grupo musical Pachacamac organizó el peregrinaje. Ellos trabajan con instrumentos ancestrales para revalorar la conmovisión andina. "Nuestras creaciones musicales están ligadas a la cultura autóctona. Siempre participamos en rituales y ofrendas", afirma Giovanna Ramos. Acaban de grabar el CD De la ciudad a las huacas, inspirado en estos centro religiosos. El encuentro místico se pudo realizar por el apoyo de los peregrinos.

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Uso y Abuso de la Historia: España



Estatua ecuestre del dictador Francisco Franco es retirada de la plaza de San Juan de la Cruz en Madrid durante la madrugada del jueves 17 de marzo del 2005 (foto AFP)

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No más estatuas de Franco en Madrid

Jueves, 17 de marzo de 2005

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_4357000/4357593.stm

El último monumento ecuestre de Francisco Franco que sobrevivía en la capital española fue retirado de la plaza de San Juan de la Cruz.

La estatua fue retirada de noche, en presencia de un centenar de personas y con protección policial.

Dos horas y media le tomó a los operarios retirar el monumento del lugar donde estuvo por 49 años, en una plaza situada frente al actual ministerio del Medio Ambiente español.

Luego de que la efigie fuera desmontada con una grúa e introducida dentro de un camión, un grupo de personas empezó a dar vivas a Franco y a cantar, haciendo el saludo fascista, un himno de la falange franquista.

También se hicieron presentes opositores a Franco, como el cantautor Víctor Manuel, quien le dijo a la agencia EFE que no quería perderse "esta noche irrepetible".

"Son necesarias muchas decisiones de otra índole, la desaparición de ciertos símbolos, como este, que no pinta ya nada aquí, también son muy importantes", indicó.

El retiro del último monumento del ex gobernante de facto español se hizo cumpliendo una iniciativa aprobada por el Congreso el año pasado, que ordenó quitar de edificios públicos y municipios todos los símbolos franquistas.

Francisco Franco gobernó a España desde 1939 hasta su muerte en 1975. El alzamiento militar contra el gobierno de la República en el que participó en 1936 condujo a tres años de sangrienta guerra civil que concluyó con su ascenso al poder.

Esos tres años dejaron medio millón de muertos, miles de exiliados y una sociedad dividida.

Desde este jueves, su última estatua madrileña reposa en una bodega del número 18 de la calle Gregorio Benítez, al lado de la autopista que conduce a Barcelona.

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¿Es peligroso "borrar" el pasado?

Viernes, 18 de marzo de 2005

Con protección policial, entre vivas y protestas, Franco se marchó.

El último monumento ecuestre de Francisco Franco en Madrid fue retirado en la madrugada del jueves.

Así lo dispuso el Congreso, que ordenó el año pasado retirar de edificios públicos y municipios todos los símbolos franquistas.

La estatua se fue, pero algo quedó en claro: el poder de una efigie para enardecer y avivar emociones. Opositores y simpatizantes del ex gobernante de facto se acercaron hasta la plaza de San Juan de la Cruz para celebrar o deplorar al hombre que llegó al poder al cabo de una guerra que costó medio millón de vidas.

¿Fue acertado ordenar el retiro de todos los "símbolos franquistas"?

¿Deben mantenerse monumentos del pasado como un testimonio para generaciones futuras?

¿Es peligroso para una sociedad "borrar" los símbolos de su historia?


Este foro se cerró el 18 de marzo de 2005. Los textos fueron reproducidos sin correcciones de ortografía o de sintaxis. La BBC cuida que los comentarios no ofendan la dignidad de las personas y que no sean difamatorios. Las opiniones vertidas no reflejan el punto de vista de la BBC.

Ver comentarios en:

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_4358000/4358115.stm

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Especial de BBC Mundo: España después de Franco

http://www.bbc.co.uk/spanish/especiales/franco/index.shtml

Uso y Abuso de la Historia: Iraq


Escolares iraquíes (foto Associated Press)

Tomado de "BBC Mundo"

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Participe: ¿quién escribe la historia?

Martes, 13 de septiembre de 2005

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_4238000/4238356.stm

Saddam Hussein ha prácticamente desaparecido de los nuevos libros escolares iraquíes, según informó el diario británico The Daily Telegraph.

Hace apenas tres años, en todos los libros de texto los niños veían fotos del entonces presidente y leían textos que adulaban al líder y hacían una interpretación triunfalista de la historia reciente de Irak, siempre en concordancia con el punto de vista oficial: el del partido Baas.

Ahora, según el artículo del Daily Telegraph, los nuevos libros de texto ofrecen una versión renovada de los hechos: a veces tan parcial como la anterior, a veces llena de elipsis para no herir sensibilidades.

Así, por ejemplo, el nombre de Saddam apenas aparecerá en los nuevos textos, los contenidos eludirán temas espinosos como la guerra con Irán o la guerra del Golfo de 1991, y se evitarán alusiones a Estados Unidos, los kurdos y los israelíes.

Y usted, ¿qué opina?

¿Se justifican ciertas omisiones históricas? Si es así, ¿en qué casos?

¿Qué consecuencias cree que podría tener en el futuro este tipo de omisiones?

¿Quién cree usted que debería escribir la historia?

Envíe su opinión utilizando el formulario de la columna derecha:

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Este foro se cerró el martes 13 de septiembre de 2005. Gracias por su participación. Los textos fueron reproducidos sin correcciones de ortografía o de sintaxis. La BBC cuida que los comentarios no ofendan la dignidad de las personas y que no sean difamatorios. Las opiniones vertidas no reflejan el punto de vista de la BBC.

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La mayoría de las personas --en todos los países del mundo-- aprenden sobre el pasado de sus naciones principal y exclusivamente a través de la enseñanza escolar. La versión del pasado que reciben es la "historia oficial" que sus respectivas autoridades y élites culturales definen como la "biografía de la nación", insistiendo en el patriotismo y la identidad nacional de sus ciudadanos. Siempre hay una gran distancia entre la "historia oficial escolar" y los estudios históricos más avanzados que los especialistas realizan, y que muchas veces critican y desmitifican la "historia oficial". No debería sorprender que el pasado iraquí sea re-escrito y delimitado por las necesidades políticas del momento presente. Ocurre en todas las naciones, pues esa es la característica principal de toda "historia oficial", justificar el presente con una versión selectivamente parcial del pasado.

Nicanor Domínguez, Lima, Perú

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Creo, que la historia por lógica debe ser imparcial, plasmando los hechos tal y como fueron. Tal vez no se logre pero es necesario no omitir ningún dato, para no olvidar nuestras glorias y mas aun los errores "porque nuestro pasado es nuestro futuro, porque nuestras pasiones fueron y serán las mismas".
Sergio Cisneros, Tijuana, Baja California, México

Mi padre me decía que la Historia la escribe el vencedor; pero también el vencido escribe la suya, aunque casi nadie pueda leerla. Y en ambos casos habrá agregaciones y omisiones a conveniencia de cada quien. Pero yo digo que la verdadera Historia la escribe el tiempo; cuando ya no existan los que vencieron ni los que fueron vencidos, sino el análisis frío de los hechos que definitivamente ya serán Historia. Y las generaciones venideras podrán juzgar.
Gerardo E. Dulzaides, Albuquerque, N.M., U.S.A.

Un importante tratadista cuando se refería a la historia, decía: "La historia es el recuento del pasado, para mejorar en el presente y proyectarnos para el futuro". En ese entendido: no es conveniente, bajo ningún punto de vista, hacer omisiones históricas. Salta a la vista que las omisiones históricas, en muchos casos, no permitirán establecer en su verdadera magnitud lo malo del pasado y como consecuencia impulsarán a la creación de ídolos de barro, como ocurre en muchos casos, que al no conocer facetas negativas de algún personaje o de algún hecho endiosamos a la persona y magnificamos aquel hecho, respectivamente, con los consiguientes resultados, normalmente negativos, para el futuro de una sociedad o de un Estado. Pienso que la historia debe ser escrita por personas con altísimo concepto de la imparcialidad e integridad personal, así como honestidad a toda prueba para no caer en ese negro fango de escribir lo que le conviene, olvidándose que la verdad constituye una de las grandes virtudes para el desenvolvimiento armónico de una sociedad. Alguien, con mucha razón dijo: "La verdad nos hará libres".
Pedro José Barbery Arzabe, Cochabamba, Bolivia

No interesa quien escribe y que cosa escribe y a quien escribe. Lo que interesa es como se trasmite inexorablemente los hechos verdaderos como los hizo el más grande poeta de La libertad Federico Schiller en su clases magistrales en la Universidad de Jena en forma de tragedias lo que se conoce como especifidad histórica. Si un aristotélico mentiroso escribe eso, poco interesa a la Historia.
Raúl, Lima, Perú

Por la sed del petróleo del pueblo americano, les recomendaría que fueran a Washington tomaran una fotico de George W Bush y la publicaran en todos los cuadernos libros y revistas iraquíes. El gran salvador del mundo y la negligencia con Katrina.
Jairo Nayib Ibrahim, Bogotá , Colombia

"La historia la escriben los vencedores" reza un viejo dicho. ¿Realmente hay vencedores en una guerra? Quizás el alcohólico, drogadicto y fanático religioso que hoy está sentado en la Casa Blanca se considere vencedor, al final está a salvo de las balas y bombas que matan a su gente casi a diario. Además, nunca olvidemos que Saddam es el Frankenstein que EE.UU. creo.
Andrés Gervasi, Lima, Perú

A nivel escolar (primaria) me parece bien que no se creen diferencia étnicas ni políticas en ninguna escuela del mundo, aunque si se debe reforzar la tolerancia a los aspectos culturales de cada grupo. La historia se puede contar de muchas maneras, según el punto de vista de narrador, pero que se pueda borrar u omitir en esta era de la información por favor.
Erick Barrantes, Guanacaste, Costa Rica

El que debe escribir la historia son los mismos pueblos. Cualquier libro de la historia de Irak debe mencionar la época de la monarquía, la época del nacionalismo árabe los positivo y lo negativo. También debe mencionar las civilizaciones que prosperaron en Irak.
Roberto, Miami, Florida

La Historia siempre la escriben los vencedores. Es malo para la memoria de la humanidad ocultar los hechos. Un punto de vista equilibrado y confiable, BBC mundo.
Juan Pegito Ibañez, Concepción, Chile

Los dictadores casi siempre son hombres resentidos con la humanidad que desde el poder rígido tratan de sembrar en la niñez su imagen como redentores de la humanidad, al igual que Fidel Castro el dictador que somete al pueblo cubano por 46 años criminalmente adoctrinan a los niños creyendo que pueden robar sus mentes para siempre, ha quedado demostrado que no lo consiguen, estos niños cuando crecen son los peores enemigos de estos verdugos y lo fustigan por sus crímenes y por haber llevado a sus pueblos a la ruina y al descontrol total. Ellos constituyen el antídoto de las dictaduras y aman la libertad que no han tenido la oportunidad de vivirla pero la sienten y la ansían, seguro en cuanto puedan van a luchar por conseguirla para de esta forma hacer fracasar en todo a estos mal. nacidos.
Jose Bahamonde, Miami Beach, EE.UU.

Siempre prepondera la debilidad humana escribir "parte" de la historia por grupos de poder imperante. Con el tiempo, el sino de la sustancia de "la verdadera historia" nace del polvo de la tierra, equilibrando las dos versiones y dándole a la mente el poder del discernimiento para llegar a la "verdad pura". Ocultar la verdadera historia es "tapar el sol con la mano". Las verdaderas y unidas naciones con visión de futuro y entendimiento, voluntariamente desentierran, la historia "tal cual fue", como medidas expurgatorias y aprender de ellas que el arte de la comunicación y "nobles corazones" ayudaran siempre, hacer crecer un país.
Francisco Parra V., Santiago, Chile

Qué mas se puede esperar de los Estados Unidos? Ahora escribe la historia del país que invade. Que poca consideración, bueno no tuvo ningún respeto ni tiene ningún remordimiento en haber destrozado la historia de uno de los países mas antiguos, toda su cultura depositada en museos cayó ante las bombas de "racimo" recién estrenadas por Bush. Por eso que escriban la historia de Irak que quieran, los iraquíes bien saben cual es su historia. Ellos sí tienen historia, no como "otros países" que ahora como fuertes economías invasoras. Sus raíces han sido tan pobres como su actual cultura y su actual moral vivales llegados en bandadas a Norteamérica, asesinando a los indios dueños de Norteamérica. Tristes raíces, vergonzosa historia que se repite y repite y repite.
Juan Dur, México

La historia la escriben, con la tinta y la palabra, los estudiosos. Uno mismo no puede decir su propia historia. Eso sería adularse por su obra. Está ya realizada se puede dar a conocer, con anuencia del mismo, si esta en vida o el recuerdo de algo que sucedió. Cuando un dictador ejerce la misma no deja de ser dictador. Estos son hombres soberbios que no hacen más que elevar su ego y no pasan más de ahí. A no ser que el poder sea de por vida y se abusa solamente para vanagloriarse de su obra. Que castigo para la sociedad si el gobernante de turno viola los derechos humanos, ataca permanentemente a otros países y todavía en los textos de los colegios se publican, sus fotos y temas por demás rayanos. Las noticias deben ser diariamente por ediciones de la prensa a no ser que este comprada, y se utiliza el arma mas impropia que es el de la inocencia, para lavarles el cerebro.
Masats Matilde del Carmen, Aeropuerto de Ezeiza, Argentina

Existe una gran frase, la cual no comparto que dice "La historia la escriben los vencedores", esa es la realidad. Muchos de los hechos de nuestros libros son manipulados en base a intereses, y eso ha de pasar con Saddam. Si queremos una historia clara y precisa, debe ser objetiva. Saddam no debe ser obviado de la historia iraquí, pero tampoco espero que en caso de considerarlo, no se escriban simplemente los aspectos negativos de sus mandatos, pero claro, EE.UU. decide que se pone y que no se pone.
Ernesto Guzmán Alberto, Santo Domingo, República Dominicana

El nuevo Irak constituido por la mayoría de grupos étnicos e ideológicos kurdos, chiitas, sunitas, no podría revivir o idolatrar a un hombre que había generado tanta violencia en el anterior Irak. La paz vendrá con el perdón y juicio justo a todos los culpables. No podrían nunca ser ellos un buen ejemplo para las futuras generaciones. Uds. creen que el pueblo iraquí borrara de su mente a Saddam. ¿En qué mundo viven Uds. amigos lectores? Es un mal ejemplo y una vergüenza para sus allegados, o preferirían que los idolatraran, como por ejemplo el Che, que está plagado en toda la izquierda latinoamericana, siendo un vulgar asesino.
Boulos Paul Embaid Embaid, La Guaira, Venezuela

Sólo con la verdad se puede hacer la historia, ya que es solo una y eso es difícil, ya que la historia puede ser masticada, digerida y luego publicada. Será la misma pero procesa los villanos y los buenos están todos juntos y cada cual los coloca en la historia a su modo de ver, ayudado por los medios que nos ayuda a pensar, de que forma, leer o escuchar las misma, y que la verdad, siendo la misma, se vea diferente.
Carlos Tedis, San Jose Carrasco, Uruguay

Es triste para uno tener que enterarse de su historia por lo escrito o publicado en otros países. Esto es lo que le pasará a las futuras generaciones de Irak si desean saber sobre su pasado y su presente. La historia escrita por Saddam es mentira y la escrita por EE.UU. también. Lo más triste es lo de EE.UU., quienes se hacen pasar por los paladines de la justicia y la libre expresión cuando en realidad son una manga de bandoleros asesinos y no permitirán que en Irak sigan naciendo y creciendo como enemigos. El lavado de cerebro ha empezado desde hace mucho tiempo.
Norberto, Capital Federal, Argentina

Hablemos de Darwin, para comenzar ni en la peor pesadilla de este científico o en un desliz teórico pudo soñar o suponer que un "aprendiz de primate" como el que dirige una gran potencia, pondría en peligro el solo (bueno casi solo), a tantos y posiblemente a toda la evolución.
Johnny Villares, San José, Costa Rica

No se debe omitir ningún acontecimiento histórico precisamente para que no se cometan los mismos errores en el futuro. A cada nivel escolar le corresponde leer y estudiar los sucesos históricos acorde a su nivel; y debe ser de los problemas mas simple a los mas complejos; escritos por los historiadores.
Juan Carlos Aragon, Miami, Usa

La historia la escribe el ganador de turno. No obstante, debe ser un trabajo alejado de la subjetividad, concentrarse si en los hechos tal cual como sucedieron, o lo más cercano a la realidad. Pero siempre ocurre lo contrario: Japón suaviza su desafuero en China en los 40. EE.UU. suaviza o niega su participación en incontables golpes de estado alrededor del mundo. Venezuela niega su reciente pasado democrático. En fin, la política, siempre la política.
José Albeto Gómez Ocanto, Caracas, Venezuela

Todo gobierno totalitario actúa en ese sentido, sin embargo debemos tomar muy en cuenta su cultura y cuál es el contexto histórico en la cual se desarrollaron determinados hechos para así dar un diagnóstico, todos los antecedentes están sin lugar a dudas en la historia de este país tanto antigua como reciente, sólo de esa manera podemos dar con la respuesta de tan complejo problema. Ahora bien, cuando otra cultura interviene abruptamente, en este caso en la iraquí podemos observar que las consecuencias son las que todos conocemos. Debemos entonces, para dar una opinión más diáfana conocer la historia de los pueblos. Lo de Hussein todos sabemos quien lo montó en el poder, en conclusión, siendo EE.UU. quien montó a este señor en el poder, entonces los EE.UU., su gobierno es tan parecido a éste, que no se necesita una copia para ver. Gracias.
Luis Silva, Caracas, Venezuela

Desde siempre quienes han escrito, "LO QUE CONOCEMOS COMO HISTORIA", han sido mayoritariamente dependientes de quienes se han apropiado del "PODER", esa es una norma humana. Las omisiones históricas no deben darse, el ocultamiento de las mismas, conduce a las nuevas generaciones a cometer los mismos errores del pasado. Esta actividad, debería ser tarea de auténticos equipos de investigadores, profesionales de las ramas relacionadas con el comportamiento humano, pero además con probidad notoria, que solo debería demostrarse con testimonio reales a lo largo de su vida. Ing. César E. Castillo Delgado
César E. Castillo Delgado, Guayaquil, Ecuador

es una injusticia Bush no es juez del mundo
magdalena sofia cantu sada, san pedro garza garcia, mexico

LA HISTORIA DE CUALQUIER PAIS, MAS ALLA DE TERGIVERSACIONES O ACIERTOS EDUCATIVOS,LA RIGEN,ENRIQUECEN Y DEFIENDEN COMO PARTE DE SU IDENTIDAD INTRINSECA (NO IMPUESTA!) LOS MISMOS PUEBLOS;YA SEA COMO PARTE DE LA ORALIDAD O LA MISMA LINEA DE EDUCACION OFICIAL, ESTA ULTIMA, NO SIEMPRE FELIZ. IRAQ TUVO UN SISTEMA EDUCATIVO ANTES DE LA "INJUSTIFICABLE" INTERVENCION ASESINA, QUE ELLOS MISMOS ESCOGIERON. SOLO ELLOS DEBIERON DECIDIR QUE Y COMO HACERLE CAMBIOS. NINGUN PODER EXTERNO DEBE INTERFERIR EN LOS ASUNTOS INTERNOS DE OTRO PAIS. AHORA,SE DEBATE SI ESTA BIEN OMITIR A SADDAM HUSSEIN, NADA MAS ALEJADO A LA REALIDAD VIVIDA; O MEJOR,SUFRIDA POR LOS IRAQUIES. ES MEJOR PONER EN TELA DE JUICIO A QUIENES HACEN DE LA "GUERRA" UN VERDADERO TERRORISMO CULTURAL Y EDUCACIONAL DE "LESA HUMANIDAD". LA HISTORIA LA ESCRIBEN QUIENES PARTICIPAN DIRECTAMENTE EN LOS PROCESOS VIVENCIALES Y LOS QUE SON VERDADERAMENTE "HIJOS" DE ESTE PLANETA DIVERSO Y RICO EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA. BASTA YA DE! IMPOSICIONES...DEMOSLE PASO A QUE LA HUMANIDAD PUEDA CONTAR CON SUS PROPIOS OJOS SU VERDADERA HISTORIA.
blazco, Ciudad Habana, Cuba

LA HISTORIA ES ESCRITA POR EL HOMBRE Y HECHA POR ÉL MISMO. ADEMÁS SE LA ESCRIBE COMO REFERENCIA DE TODO LO QUE HACEMOS Y ESTÁ EN CADA UNO TOMARLO PARA NO VOLVER HA REALIZAR ACTOS QUE HAN ANIMALIZADO AL HOMBRE O TODO LO CONTRARIO, TOMARLO PARA SEGUIR CRECIENDO COMO HOMBRE Y ESPIRITUALMENTE. SE DEBE CONOCER LA VERDA POR MÁS DURA QUE SEA. LA HISTORIA ENSEÑA EL CAMINO HACIA UN FUTURO BUENO.
GERARDO MR., Lima, Perú

Bueno como siempre se ha dicho la historia la escriben los ganadores y no los perdedores, es patetico como un país simplemente borra 50 años de su historia sin tomar conociencia de lo ocurrido y no solo eso, sino que no se le enseñe a las nuevas generaciones todo lo ocurrido, es como si en Alemania luego del nazismo se hubiese escrito en los libros de historia "fue una epoca de conmocion para el pueblo aleman" y pasar la pagina sin mas, la historia no es para olvidarla es para aprender, es patetico
Juan Luis Salazar, Maracaibo, Venezuela

Evidentemente que la historia actual de Irak la escriben algunas marionetas asesoradas por politólogos norteamericanos, que son en definitiva los que mandan en Irak o ¿existe algún ingenuo que piense lo contrario?
Manuel E. García Ramos, Santa Clara, Cuba

La omision no implica olvido,en la era del internet no es posible borrar el rastro de un lider trascendente(bueno o malo es un juicio relativo),querer generar un nuevo paradigma a la infancia Iraki generara conflictos en la enseñanza y aprendizaje de la generacion de la postguerra del Golfo, peligro de una polarizacion dogmatica que generalmente provoca violencia. La historia oficial la escribe el vencedor,el vencido utiliza medios alternos para dar su version,existiendo internet cosa muy sencilla.
Jose Bravo Meneses, Coyoacan DF, Mexico

Hay sucesos de la historia que en verdad no son relevantes y aveces reiterativos, estos, deberían ser eliminados. Pero el pueblo Iraquí tiene derecho de saber de su historia, ya que la historia ayuda a definir el futuro. Claro está, de manera objetiva y sin idealismos. La omisión o degradación de ciertos relatos y sucesos relevantes empobrecería la base histórica de esa nación. ¿Quién debería escribir la historia?... nos es fácil su respuesta, pero debería ser sin duda alguna el mismo pueblo Iraquí.
Luciano Ribeiro, Caracas, Venezuela

Uso y Abuso de la Historia: Líbano




Tomado del "New York Times"

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Beirut Memo
A Nation With a Long Memory, but a Truncated History

By HASSAN M. FATTAH
The New York Times: January 10, 2007

http://www.nytimes.com/2007/01/10/world/middleeast/10textbooks.html?ref=middleeast

BEIRUT, Lebanon, Jan. 9 — History classes across the globe serve two purposes — they educate the young and they shape national identity. They also often sidestep controversy to avoid offense.

[ Photo: Lebanese students, like these in a suburb of Beirut, often complain that they are given a distorted view of history. Tamara Abdul Hadi for The New York Times ]

[ Photo: Masks of recent Lebanese political figures are displayed in a Beirut shop window. In Lebanon, textbooks generally avoid mention of such leaders, and of events since the early 1970s, especially the country’s long civil war. Tamara Abdul Hadi for The New York Times ]

It is the same here as elsewhere, but the controversy being avoided is the vicious, 15-year civil war that started in 1975 in which Lebanon kidnapped, killed and bombed itself nearly into oblivion.

The bizarre results are evident in any schoolbook here — history seems simply to come to a halt in the early 1970s, Lebanon’s heyday. With sectarian tensions once again boiling here, some educators fear that the failure to forge a common version of the events is dooming the young to repeat the past, with most of them learning contemporary history from their families, on the streets or from political leaders who may have their own agendas.

“America used the school to create a melting pot; we used it to reinforce sectarian identity at the expense of the national identity,” said Nemer Frayha, the former director of the Education Center for Research and Development, a research organization that develops Lebanon’s curriculum. “From the start, I am forming the student as a sectarian person, not as a citizen. And what’s worse is that the people who are encouraging this are the intellectuals themselves.”

Students are frustrated by the omissions, knowing they are getting a distorted view of the past. “We keep asking them when we’re going to learn the real history,” said Fatima Taha, a ninth grader at Hara International College, a secondary school in Beirut’s southern suburbs. “The history just suddenly stops.”

Private schools, which educate about half the country’s one million or so students, teach history based on books of their choosing, but approved by the Ministry of Education; public schools teach about two hours per week of history, based on textbooks virtually unchanged since they were written in the 1960s and 1970s.

In one textbook, the students get to know the Ottomans as occupiers; in another, they read about them as administrators. In some, they study the French as colonialists; in others, they study them as a examples to emulate.

In some Christian schools, history starts with the ancient Phoenicians, whom many Christians believe are their original ancestors, and the dawn of Christianity. In many Muslim schools, the Phoenicians are glossed over and emphasis is placed on Arab history and the arrival of Islam.

Whether Lebanon was occupied by the Ottomans, subjugated by the Ottomans or was simply a principality of the Ottoman Empire depends on the sect and region, much like whether the French, who oversaw the country until the 1950s, are depicted as colonialists, administrators or models of emulation.

“If they would just give us a national history, this country’s entire outlook would change,” said Jawad al Haj, Hara’s principal. Mr. Haj, who says two of his students were killed while fighting Israel last summer, has banned his students from attending protests in Beirut, fearing they could be indoctrinated by various political parties.

He has also prohibited any talk of politics inside his school, and is especially strict on any hint of sectarianism. About half of his 1,500 students are Shiites and the rest are mainly Sunnis, along with a few Christians.

“The kids need realities, a history they can believe in,” he said. “Otherwise, they will never learn the meaning of citizenship.”

Under the 1989 Taif accords that ended the civil war, Lebanon was supposed to unify its history and civics curriculums with the hope of building a national consensus and a more solid national identity.

Nearly two decades later, however, the history and civics curriculums are the only subjects that have not been revamped, still seen as the third rail of Lebanese politics. Beginning in 1997, a committee put together by the Ministry of Education spent three tumultuous and argumentative years trying to arrive at a common history curriculum.

In 2000, it released guidelines for a new curriculum that sought to depoliticize the history, several committee members said, focusing on the effects of scientific and economic development on the country, with lessons in sociology and economics in addition to teaching techniques of historical analysis.

The curriculum was to delve deeply into the civil war, its causes and the sectarian differences, and explain how those differences were finally resolved — without any group coming out ahead, several committee members said.

“You have to emphasize the costs of the war, to show it is a losing cause,” said Antoine Messarra, director of the Lebanese Foundation for Permanent Civil Peace and a member of the committee. The published curriculum simply sat on officials’ desks, however.

In 2001, another committee, this one headed by Mr. Frayha, the former research group director, managed to publish one textbook, a third-grade history, and was preparing to publish several others.

But the text avoids any discussion of the civil war, switching to international history after the 1960s. Even so, one chapter, lumping the “Arab arrival” with all the other occupations and conquests of Lebanon, touched a nerve. Abdel Rahim Murad, then minister of education, banned the book.

“There were mistakes in the pictures, the content and the material,” Mr. Murad said in an interview last week. But most of all, he said, the book detracted from Lebanon’s Arab identity, a central tenet of the Taif accords. “In Frayha’s book, Lebanon has no identity,” he said. “It was lost or blurred.”

Critics of Mr. Murad say he banned the books to please his Syrian backers, who were against cultivation of a nationalist Lebanese identity. Syria, which controlled Lebanon until 2005 and micromanaged much of its politics since the end of the civil war, also sought to control the country’s historical narrative, critics say.

The issue became so controversial that Mr. Frayha was fired from his position and subsequently summoned to Syria for questioning, he said. Rather than submit to that, Mr. Frayha said he left Lebanon to teach elsewhere.

“Typically the victor writes the history,” said Milhem Chaoul, a professor of sociology at the University of Lebanon. “The problem with the civil war was that nobody won, and you still can’t write its history because we are still not at peace.”


Nada Bakri contributed reporting.

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Uso y Abuso de la Historia: Japón


Historiador japonés Yoshiaki Yoshimi (NYT, 03-31-07)


Texto de historia japonesa para educaión secundaria (NYT, 04-01-07)

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Tomado del "New York Times".

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Japan’s Textbooks Reflect Revised History.

By Norimitsu Onishi
Sunday, April 1, 2007

http://www.nytimes.com/2007/04/01/world/asia/01japan.html

TOKYO, March 31 — In another sign that Japan is pressing ahead in revising its history of World War II, new high school textbooks will no longer acknowledge that the Imperial Army was responsible for a major atrocity in Okinawa, the government announced late Friday.

The Ministry of Education ordered publishers to delete passages stating that the Imperial Army ordered civilians to commit mass suicide during the Battle of Okinawa, as the island was about to fall to American troops in the final months of the war.

The decision was announced as part of the ministry’s annual screening of textbooks used in all public schools. The ministry also ordered changes to other delicate issues to dovetail with government assertions, though the screening is supposed to be free of political interference.

“I believe the screening system has been followed appropriately,” said Prime Minister Shinzo Abe, who has long campaigned to soften the treatment in textbooks of Japan’s wartime conduct.

The decision on the Battle of Okinawa, which came as a surprise because the ministry had never objected to the description in the past, followed recent denials by Mr. Abe that the military had coerced women into sexual slavery during the war.

The results of the annual textbook screening are closely watched in China, South Korea and other Asian countries. So the fresh denial of the military’s responsibility in the Battle of Okinawa and in sexual slavery — long accepted as historical facts — is likely to deepen suspicions in Asia that Tokyo is trying to whitewash its militarist past even as it tries to raise the profile of its current forces.

Shortly after assuming office last fall, Mr. Abe transformed the Defense Agency into a full ministry. He has said that his most important goal is to revise the American-imposed, pacifist Constitution that forbids Japan from having a full-fledged military with offensive abilities.

Some 200,000 Americans and Japanese died during the Battle of Okinawa, one of the most brutal clashes of the war. It was the only battle on Japanese soil involving civilians, but Okinawa was not just any part of Japan.

It was only in the late 19th century that Japan officially annexed Okinawa, a kingdom that, to this day, has retained some of its own culture. During World War II, when many Okinawans still spoke a different dialect, Japanese troops treated the locals brutally. In its history of the war, the Okinawa Prefectural Peace Memorial Museum presents Okinawa as being caught in the fighting between America and Japan — a starkly different view from the Yasukuni Shrine war museum, which presents Japan as a liberator of Asia from Western powers.

During the 1945 battle, during which one quarter of the civilian population was killed, the Japanese Army showed indifference to Okinawa’s defense and safety. Japanese soldiers used civilians as shields against the Americans, and persuaded locals that victorious American soldiers would go on a rampage of killing and raping. With the impending victory of American troops, civilians committed mass suicide, urged on by fanatical Japanese soldiers.

“There were some people who were forced to commit suicide by the Japanese Army,” one old textbook explained. But in the revision ordered by the ministry, it now reads, “There were some people who were driven to mass suicide.”

Other changes are similar — the change to a passive verb, the disappearance of a subject — and combine to erase the responsibility of the Japanese military. In explaining its policy change, the ministry said that it “is not clear that the Japanese Army coerced or ordered the mass suicides.”

As with Mr. Abe’s denial regarding sexual slavery, the ministry’s new position appeared to discount overwhelming evidence of coercion, particularly the testimony of victims and survivors themselves.

“There are many Okinawans who have testified that the Japanese Army directed them to commit suicide,” Ryukyu Shimpo, one of the two major Okinawan newspapers, said in an angry editorial. “There are also people who have testified that they were handed grenades by Japanese soldiers” to blow themselves up.

The editorial described the change as a politically influenced decision that “went along with the government view.”

Mr. Abe, after helping to found the Group of Young Parliamentarians Concerned About Japan’s Future and History Education in 1997, long led a campaign to reject what nationalists call a masochistic view of history that has robbed postwar Japanese of their pride.

Yasuhiro Nakasone, a former prime minister who is a staunch ally of Mr. Abe, recently denied what he wrote in 1978. In a memoir about his Imperial Navy experiences in Indonesia, titled “Commander of 3,000 Men at Age 23,” he wrote that some of his men “started attacking local women or became addicted to gambling.

“For them, I went to great pains, and had a comfort station built,” Mr. Nakasone wrote, using the euphemism for a military brothel.

But in a meeting with foreign journalists a week ago, Mr. Nakasone, now 88, issued a flat denial. He said he had actually set up a “recreation center,” where his men played Japanese board games like go and shogi.

In a meeting on Saturday with Foreign Minister Taro Aso of Japan, South Korea’s foreign minister, Song Min-soon, criticized Mr. Abe’s recent comments on sexual slaves.

“The problems over perceptions of history are making it difficult to move South Korean-Japanese relations forward,” Mr. Song said.

Mr. Aso said Japan stuck by a 1993 statement acknowledging responsibility for past sexual slavery, but said nothing about Mr. Abe’s denial that the military had coerced women, many of them Korean, into sexual slavery.

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In Japan, a Historian Stands by Proof of Wartime Sex Slavery.

By Norimitsu Onishi
Saturday, March 31, 2007

http://www.nytimes.com/2007/03/31/world/asia/31yoshimi.html?n=Top%2fNews%2fWorld%2fCountries%20and%20Territories%2fJapan

TOKYO

IT was about 15 years ago, recalled Yoshiaki Yoshimi, a mild-mannered historian, when he grew fed up with the Japanese government’s denials that the military had set up and run brothels throughout Asia during World War II.

Instead of firing off a letter to a newspaper, though, Mr. Yoshimi went to the Defense Agency’s library and combed through official documents from the 1930s. In just two days, he found a rare trove that uncovered the military’s direct role in managing the brothels, including documents that carried the personal seals of high-ranking Imperial Army officers.

Faced with this smoking gun, a red-faced Japanese government immediately dropped its long-standing claim that only private businessmen had operated the brothels. A year later, in 1993, it acknowledged in a statement that the Japanese state itself had been responsible. In time, all government-approved junior high school textbooks carried passages on the history of Japan’s military sex slaves, known euphemistically as comfort women.

“Back then, I was optimistic that this would effectively settle the issue,” Mr. Yoshimi said. “But there was a fierce backlash.”

The backlash came from young nationalist politicians led by Shinzo Abe, an obscure lawmaker at the time in the long-ruling Liberal Democratic Party, who lobbied to rescind the 1993 admission of state responsibility. Their goal finally seemed close at hand after Mr. Abe became prime minister last September.

Mr. Abe said he would adhere to the 1993 statement, but he also undercut it by asserting that there was no evidence showing the military’s role in forcing women into sexual slavery. His comments incited outrage in Asia and the United States, where the House of Representatives is considering a nonbinding resolution that would call on Japan to admit unequivocally its history of sexual slavery and to apologize for it.

To Mr. Yoshimi, Mr. Abe’s denial sounded familiar. Until Mr. Yoshimi came along 15 years ago, the government had always maintained that there were no official documents to prove the military’s role in establishing the brothels. Mr. Abe was now saying there were no official documents to prove that the military forcibly procured the women — thereby discounting other evidence, including the testimony of former sex slaves.

“The fact is, if you can’t use anything except official documents, history itself is impossible to elucidate,” said Mr. Yoshimi, a history professor at Chuo University here.

The emphasis on official documents, according to Mr. Yoshimi and other historians, has long been part of the government’s strategy to control wartime history. In the two weeks between Japan’s surrender on Aug. 15, 1945, and the arrival of American occupation forces, wartime leaders fearing postwar trials incinerated so many potentially incriminating documents that the Tokyo sky was said to be black with smoke. Even today, Japan refuses to release documents that historians believe have survived and would shed light on Japan’s wartime history.

Although Mr. Yoshimi found official documents showing the military’s role in establishing brothels, he is not optimistic about unearthing documents about the military’s abduction of women.

“There are things that are never written in official documents,” he said. “That they were forcibly recruited — that’s the kind of thing that would have never been written in the first place.”

John W. Dower, a historian of Japan at the Massachusetts Institute of Technology, said Mr. Yoshimi’s “extremely impressive” work has “clarified the historical record in ways that people like Prime Minister Abe and those who support him refuse to acknowledge.”

MR. YOSHIMI grew up in Yamaguchi Prefecture in western Japan, in a household with fresh memories of the war. He traces his interest in history to a junior high school lecture on the nation’s American-written, pacifist Constitution and its guarantee of human rights. He was impressed that the Constitution “even had something to say about a kid like me in the countryside.”

After completing his studies at the University of Tokyo, Mr. Yoshimi concentrated on Japan’s postwar democratization. It was while searching for documents related to Japan’s wartime use of poison gas in the Defense Agency’s library that he first stumbled upon proof of the military’s role in sexual slavery.

Mr. Yoshimi copied the document but did not publicize his finding. At the time, no former sex slave had gone public about her experiences, and awareness of wartime sex crimes against women was low.

But in late 1991, former sex slaves in South Korea became the first to break their silence. When the Japanese government responded with denials, Mr. Yoshimi went back to the Defense Agency.

Of the half-dozen documents he discovered, the most damning was a notice written on March 4, 1938, by the adjutant to the chiefs of staff of the North China Area Army and Central China Expeditionary Force. Titled “Concerning the Recruitment of Women for Military Comfort Stations,” the notice said that “armies in the field will control the recruiting of women,” and that “this task will be performed in close cooperation with the military police or local police force of the area.”

In another document from July 1938, Naosaburo Okabe, chief of staff of the North China Area Army, wrote that rapes of local women by Japanese soldiers had deepened anti-Japanese sentiments and that setting up “facilities for sexual comfort as quickly as possible is of great importance.” Yet another, an April 1939 report by the headquarters of the 21st Army in Guangzhou, China, noted that the 21st Army directly supervised 850 women.

Mr. Yoshimi went public by telling Asahi Shimbun, a national daily newspaper. The attention led to years of harassment from the right wing, he said, including nightly phone calls.

These documents had survived because they had been moved 25 miles west of central Tokyo before the end of the war, Mr. Yoshimi said. The postwar American occupation forces had then confiscated the documents, eventually returning them to Japan in the 1950s.

DESPITE the government’s efforts to hide the past, Mr. Yoshimi succeeded in painting a detailed picture of Japan’s wartime sexual slavery: a system of military-run brothels that emerged in 1932 after Japan’s invasion of Manchuria, then grew with full-scale war against China in 1937 and expanded into most of Asia in the 1940s.

Between 50,000 and 200,000 women from Japan, Korea, Taiwan, China, the Philippines, Indonesia and elsewhere were tricked or coerced into sexual slavery, Mr. Yoshimi said. Thousands from Korea and Taiwan, Japanese colonies at the time, were dispatched aboard naval vessels to serve Japanese soldiers in battlefields elsewhere in Asia. Unlike other militaries that have used wartime brothels, the Japanese military was the “main actor,” Mr. Yoshimi said.

“The Japanese military itself newly built this system, took the initiative to create this system, maintained it and expanded it, and violated human rights as a result,” he said. “That’s a critical difference.”

Mr. Yoshimi said he was unsurprised by the most recent moves to deny the wartime sex slavery. He said they were simply the culmination of a long campaign by nationalist politicians who have succeeded in casting doubt, in Japan, on what is accepted as historical fact elsewhere.

In 1997, all seven government-approved junior high school textbooks contained passages about the former sex slaves. Now, as a result of the nationalists’ campaign, only two out of eight do.

“Mr. Abe and his allies led that campaign,” Mr. Yoshimi said, “and now they occupy the center of political power.”

• Photo of Yoshiaki Yoshimi by Ko Sasaki for The New York Times: http://graphics8.nytimes.com/images/2007/03/31/world/31yoshimi.600.jpg

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Japan Leader Who Denied State Role in Wartime Sex Slavery Still Apologizes.

By Norimitsu Onishi
Tuesday, March 27, 2007

http://www.nytimes.com/2007/03/27/world/asia/27japan.html?n=Top%2fNews%2fWorld%2fCountries%20and%20Territories%2fJapan

TOKYO, March 26 — Facing increasing criticism for denying that Japan coerced women into sex slavery during World War II, Prime Minister Shinzo Abe repeatedly refused Monday to acknowledge state responsibility in recruiting the “comfort women,” but offered them an apology.

In a debate in Parliament, under intense questioning by an opposition lawmaker, Mr. Abe refused to withdraw a recent statement in which he said there was no evidence that the military had forcibly recruited women to work in brothels established throughout Asia.

But Mr. Abe chose his words carefully on Monday to avoid repeating his earlier denial, saying only, “What I said about coercion during the news conference, all of it became news, so that’s the way it was.”

When Haruko Yoshikawa, a Communist member of Parliament, asked Mr. Abe whether he considered as proof of coercion the testimony given by former sex slaves in the United States House of Representatives recently, Mr. Abe said he had no comment on their testimony.

The House of Representatives is considering a nonbinding resolution that would call on Japan to unambiguously acknowledge its wartime slavery and apologize for it.

Prompted by Ms. Yoshikawa to make a statement toward surviving sex slaves, who are now mostly in their 80s, Mr. Abe said, “I express my sympathy for the hardships they suffered and offer my apology for the situation they found themselves in.”

Mr. Abe said he would adhere to a 1993 government spokesman’s statement that acknowledged Japan’s role in managing the wartime “comfort stations,” as well as in forcibly recruiting sex slaves. But his repeated denial of coercion contradicted the 1993 statement, Ms. Yoshikawa said. The State Department urged Japan to take responsibility for its role in the wartime sex slavery, though on Monday it described Mr. Abe’s apology as a “step forward.”

“But I think this is a very difficult issue, and we certainly would want to see the Japanese continue to address this and to deal with it in a forthright and responsible manner that acknowledges the gravity of the crimes that were committed,” said Tom Casey, a State Department spokesman. That kind of critical language is rarely used against Japan by Washington, which has tried to stay clear of the history-related problems that have roiled East Asia in recent years.

Mr. Abe has been under pressure from his right-wing base to revise or reject the 1993 statement. At the same time, his denial of coercion has sparked outrage in Asia and the United States.

Mr. Abe’s ratings have slid drastically since he became prime minister in September, and his comments about the sex slaves have risked undermining his initial success in improving relations with China and South Korea.

His denial of state coercion has drawn charges of hypocrisy, because Mr. Abe won his popularity by championing the cause of 17 Japanese allegedly abducted by North Korea.

But Mr. Abe told reporters that the abductions were “a completely different matter” from the sex slavery matter.

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IWO JIMA JOURNAL
Renewed Interest in Japanese Who Died in Epic Battle

By MARTIN FACKLER
Monday, March 19, 2007

http://select.nytimes.com/gst/abstract.html?res=F00F10F83D540C7A8DDDAA0894DF404482&n=Top%2fNews%2fWorld%2fCountries%20and%20Territories%2fJapan

A breeze carried the scent of salt off sun-speckled waves, and a pod of whales spouted playfully near shore, but it was a prayer of mourning that Yoshitaka Shindo directed toward the sand and surf that stretched before him.

This was Invasion Beach, where 62 years ago 61,000 United States marines poured onto this remote volcanic island in the Pacific Ocean in one of the bloodiest and final campaigns of World War II. Mr. Shindo's grandfather, Lt. Gen. Tadamichi Kuribayashi, commanded the badly outnumbered Japanese defenders, most of whom fought to the death.

[ Text incomplete ]

NYT, 03-19-07, Section A, Page 4, Column 3, 1064 words

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