Espacio virtual creado realmente por Nicanor Domínguez. Dedicado a la historia del Sur-Andino peruano-boliviano.

domingo, 8 de agosto de 2010

PERU - Debate con Sendero (2010)

No es apología del delito

Por Federico Salazar

La Republica, Lima, domingo, 20/06/2010

Gran revuelo ha causado un conversatorio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Un revuelo bueno, porque tiene que ver con la seguridad y la lucha contra el terrorismo.

En el conversatorio hubo reclamos para pedir la liberación de Abimael Guzmán. Se pedía la amnistía.

El presidente de la República dijo que eso era inadmisible y que si se repetía, intervendría la universidad. Pedir la amnistía de Guzmán, sostuvo, es hacer apología del terrorismo.

El retorno del terrorismo debe ser cortado de raíz. No sólo en el terreno policial y militar, sino también en el ideológico. No se puede hacer un combate en las ideas, sin embargo, si en vez de ideas sólo se muestra la cachiporra.

La policía debe poder entrar a cualquier recinto, de cualquier entidad, si se comete un delito flagrante. También lo puede hacer con una orden judicial. Las universidades no deben ser áreas en las que no rija la ley.

El problema es que, al menos en lo que ha sucedido, no hay delito. Pedir amnistía para Abimael Guzmán no es apología del delito. Tampoco lo fue pedir (y procurar) la amnistía para José Enrique Crousillat, sentenciado por otro tipo de delito.

El Código Penal define la apología del terrorismo como un caso particular de apología del delito (artículo 316). Establece una diferencia en las penas, pero no en la naturaleza del ilícito.

Pedir la amnistía de cualquiera que cometió delito no equivale a hacer apología de la persona o del delito. Si fuera así, habría que pedir el procesamiento de todos los presidentes que hicieron uso de la amnistía.

Para que haya apología debe haber exaltación del delito o su autor, debe haber incitación a la continuación del delito. Si lo que hubo en San Marcos fue el pedido de amnistía para Abimael Guzmán, no hay hasta ahí ningún acto punible.

Otra cosa, muy distinta, es lo que eso significa. Lo que hay que preguntarse es cómo se llega a un nivel intelectual tan bajo como para pedir la amnistía de un delincuente que ocasionó tanto daño y tantas muertes.

Los alumnos tienen la palabra frente a las ideas erróneas, frente a las posiciones pro delincuenciales. Tienen que debatir y enfrentar, tienen que defenderse intelectualmente de la barbarie.

No dejemos que la sensibilidad sobre el tema nos tape la vista. No dejemos que los pleitos de grupos y filiaciones dentro de la universidad desvíen nuestra atención.

Ninguna estrategia que no se base en el derecho y la ley podrá tener resultados duraderos frente al terrorismo. Sucedió así en la época de Fujimori y, por eso mismo, debemos aprender.

- - - - -

Tomado de: http://www.larepublica.pe/contrapelo/20/06/2010/no-es-apologia-del-delito

= = = =

El debate sobre el debate con Sendero

Por Augusto Álvarez Rodrich
La Republica, Lima, viernes, 02/07/2010

Dialogar o no dialogar, that is the question.

Un debate interesante –y quizá hasta relevante– se refiere a otro debate cuya conveniencia está en cuestion: cómo enfrentar el desafío ideológico que Sendero Luminoso plantea –al margen de su dimensión actual– a la sociedad peruana y a su sistema político.

Este debate nos retrotrae a otro producido hace tres décadas cuando esta organización terrorista inició su lucha armada que trajo muerte y destrucción y, también, un desafío al sistema político en su conjunto y especialmente a la izquierda.

Esta no llegó a entender el significado real del toro bravo del terrorismo que había salido a la arena política, no supo reaccionar a tiempo, demoró en marcar distancia indudable y, por todo ello, encontró en la aparición de Sendero Luminoso un catalizador del desmoronamiento del que todavía no se recupera.

Pero hoy el debate sobre Sendero es muy diferente al que ocurrió en el Perú hace tres décadas. Para empezar, ya no hay duda de lo que estamos hablando: una terrible amenaza terrorista interesada en volar –ideológica y físicamente– a la sociedad peruana con el fin de imponer sus ideas extremistas.

Asimismo, Sendero Luminoso es hoy muy diferente porque su situación y perspectiva es radicalmente distinta a la de los ochenta pues se encuentra derrotado militar e ideológicamente, y enfrenta una profunda condena social de la inmensa mayoría de la población, no obstante lo cual aún quedan algunas pocas personas con afinidad con sus ideas.

¿Qué hacer frente a ellas? Ese es, precisamente, el centro del debate sobre la conveniencia de debatir o dialogar sobre ideología y acción política con Sendero Luminoso. Lo ideal sería que de esa tarea se hubieran encargado, hace tiempo, los partidos políticos, pero ya se sabe que, en su gran mayoría, estas son, en el Perú, entidades fantasmales que solo hacen ‘bú’ cuando necesitan organizarse para buscar votos. Después, vegetan.

En contra del debate están políticos de los partidos principales, como el congresista Mauricio Mulder, quien hace notar la ingenuidad de polemizar con un dogmatizado que no cree en las palabras sino en la acción directa, y relieva el hecho de la derrota militar e ideológica de Sendero Luminoso.

En la otra orilla, a favor del debate, están posiciones como la de ‘Otra Mirada’, que defiende el dar la lucha ideológica con el fin de prevenir el resurgimiento de Sendero o de otras organizaciones similares.

Es un debate relevante e interesante. Pero para empezar, deberíamos convenir en que no tiene sentido calificar de proterrorista a quien esté a favor de debatir ideológicamente con Sendero, ni de fascista a quien se oponga al mismo.

- - - - -

Tomado de: http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/02/07/2010/el-debate-sobre-el-debate-con-sendero

= = = =

Democracia y totalitarismo

Por Alberto Adrianzén M.

La Republica, Lima, sábado, 26/06/2010

La presencia pública de sectores ligados al senderismo ha planteado la necesidad, tal como lo ha hecho el ministro de Justicia, de proponer que se niegue la inscripción de partidos que busquen destruir el orden democrático. El tema, como es lógico, se presta a debate. Como ha recordado Raúl Wiener en un reciente artículo “La Democracia boba” (La Primera, 22/06/10), este razonamiento sirvió para proscribir al APRA durante varias décadas.

Su preocupación me parece correcta, más aún en estos tiempos de intolerancia y macartismo. Sin embargo, considero que el sistema democrático, con todos los riesgos que esto implique, tiene el derecho a defenderse de aquellos que buscan destruirlo. Un buen ejemplo de ello es el reciente Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales, vinculado al senderismo de Guzmán, que ha publicado un documento que lleva por título “La coyuntura electoral y la participación en las elecciones”.

El documento es muy claro: se justifica el inicio de la lucha armada por SL en 1980: “En los 80 se realizaron las elecciones presidenciales. El Partido decidió no participar porque había culminado la reconstitución y estaba listo para iniciar la lucha armada… hubiera sido absurdo en ese momento no iniciar y dedicarse a utilizar las elecciones”.

Lo que sucedió después, según ellos, es que “en los noventas, se produjo la derrota”. Ello los obligó a una “Nueva Gran Estrategia: pasar de lucha política con armas a lucha política sin armas, usando todas las formas de lucha…”. Una de ellas es “la lucha legal tomándola como una forma de acción política…para qué usarla: para desenmascarar el campo contrario y para servir a desarrollar el camino del pueblo”. Se participa en las elecciones: “Uno, para desenmascarar al sistema. Dos, para preparar las futuras jornadas por venir”. En realidad, las llamadas “futuras jornadas por venir” es un eufemismo para no decir lucha armada.

La lógica es muy simple: “iniciamos la lucha armada y fuimos derrotados; ahora tenemos que utilizar la democracia para acumular fuerzas para reiniciar la lucha armada”. Se podría decir que la inserción del senderismo en el sistema democrático es simplemente una acción encubierta que esconde otros fines, distintos a aquellos que son enunciados.

Sin embargo, hay otro tema a considerar. SL es un proyecto totalitario. Cuando en su congreso se fundamentó el llamado “pensamiento Gonzalo” se dijo (en realidad lo dijo Guzmán) que éste no era obra suya sino más bien del desarrollo de la materia y de la práctica de millones de comunistas. El “pensamiento Gonzalo” no era otra cosa que la “mutación de la materia conciente” encarnada en Guzmán ya que éste tenía la virtud de ver la realidad tal como es y no como aparenta ser. Dicho en otros términos, Guzmán al liberarse de la “opresión” de la ideología construye un pensamiento infalible. Nacía así una suerte de superhombre, alguien que había logrado escaparse de la caverna de Platón y convertirse en un nuevo dios porque veía lo que “es” y no lo que creía ver.

Esta forma de razonar no la encontramos en ningún grupo de izquierda en AL, incluso en los movimientos armados. En realidad, se emparenta más con el pensamiento nazi simbolizado y encarnado en la idea del Führer. No hay que olvidarse que fue el propio Hitler quien se dio ese nombre. Por eso lo que distingue a SL no es sólo su carácter violentista o terrorista sino también su proyecto ideológico totalitario que es además donde radica su fuerza política.

Por eso también el senderismo debe ser combatido y derrotado por los partidos democráticos. No hacerlo es repetir los errores del pasado que nos han conducido más bien a una lógica del exterminio e impedido la reconciliación nacional. Sería bueno preguntarnos entonces por qué en nuestro país existe algo como Sendero y no en el resto de la región. Ello nos debería llevar a seguir analizando a SL, pero también a nosotros mismos.

- - - - -

Tomado de: http://www.larepublica.pe/disidencias/26/06/2010/democracia-y-totalitarismo

= = = =

Debate político con Sendero

Por Antonio Zapata

La Republica, Lima, miércoles, 23/06/2010

Como vimos en un artículo anterior, Sendero se dividió en tres después de la captura de Abimael Guzmán en 1992. En ese momento, la dirección llamó a firmar un acuerdo de paz y desde entonces están en contra de la guerra. Sostienen que ayer la violencia era justificada y que desde su detención ya no es posible la continuación de la “guerra popular”.

Por el contrario, dos grupos rechazaron esta línea. Son quienes están en el VRAE y en el Huallaga, dirigidos respectivamente por los camaradas “José” y “Artemio”. Ambos grupos han apostado por seguir en guerra, pero no son iguales entre sí. Mientras “Artemio” reconoce a Guzmán y simplemente discrepa con la oportunidad para terminar la guerra, “José” ha abominado de Guzmán, lo llama traidor y ha roto completamente. Aunque los tres grupos se reclaman de Sendero, no tienen buenas relaciones sino todo lo contrario, se odian y pelean constantemente. Unos y otros se consideran enemigos principales.

Quienes han marchado en San Marcos son los denominados acuerdistas. Ellos están hace 18 años a favor de terminar la guerra y apuestan por ubicarse en la escena política. No están preparándose para volver al monte y más bien quieren insertarse en la legalidad. Puede discutirse si tienen derecho o no, pero es preciso no confundir. Una cosa son quienes están en el VRAE y en el Huallaga y otra los partidarios del acuerdo de paz.

En efecto, la clave se halla en precisar si los ex convictos por terrorismo tienen o no derecho a actuar políticamente en la democracia. Algunas opiniones sostienen enfáticamente que no tienen ese derecho. Por ejemplo, César Hildebrandt ha recordado que en Alemania está prohibido ser nazi. El argumento es que al emplear el asesinato como arma política se apuesta por el totalitarismo y se exhibe una falta absoluta de principios mínimos de convivencia civilizada.

Sin embargo, alguna práctica internacional contradice esta postura. Por ejemplo, el actual presidente del Uruguay fue guerrillero tupamaro, pero se ha redimido en prisión y aceptado el juego democrático, al grado que el pueblo lo ha elegido en una votación incuestionable. Por otro lado, alguna experiencia nacional también abona esa dirección. Por ejemplo, el APRA promovió insurrecciones como la de Trujillo en 1932 y estuvo acusada de varios crímenes individuales, como el de los esposos Miró Quesada o el dictador Sánchez Cerro. Pues bien, abandonó el camino insurreccional y emprendió el juego democrático.

Esta discusión no está zanjada y debe encararse, para definir clara y legalmente una opción que regule o prohíba los actos de los ex convictos por terrorismo. Asimismo, lo esencial es enfrentar el debate político con Sendero y mostrar cómo su radicalismo no construye país ni fortalece la democracia e integración nacional. Por ello se requiere una confrontación de ideas con Sendero, como propone Carlos Tapia, a ser organizada con toda seriedad.

Por otro lado, este tema se calienta en medio de una crisis muy profunda de la UNMSM y ambos procesos se potencian. El rector saliente ha convivido tanto con los acuerdistas como con varios grupos radicales. A todos los ha encandilado con posiciones y ventajas. A cambio ha obtenido lealtad y apoyo, incluso físico, a la hora de las definiciones de los puestos de poder en la universidad.

La conducta del rector se ha agravado en las últimas semanas, puesto que ha impulsado una serie de maniobras para impedir que el grupo renovador desplace a sus partidarios. Así, el doctor Izquierdo se ha mostrado como una autoridad clientelista que viene hundiendo a San Marcos en la mediocridad. Se necesita salvar la universidad mayor del país, evitando la intervención que preparan o auspician algunas mentes febriles de la derecha peruana.

- - - - -

Tomado de: http://www.larepublica.pe/sucedio/23/06/2010/debate-politico-con-sendero

= = = =

Combate de ideas

Por Augusto Álvarez Rodrich

Columnista invitado en mi columna: Carlos Tapia.

La Republica, Lima, sábado, 03/07/2010

Carlos Tapia tuvo la gentileza de enviarme un comentario a mi columna de ayer (El debate sobre el debate con Sendero) que creo interesante compartirlo –con su autorización– con mis lectores.

Aquí va:

1. Con SL no se debate, se le combate en el terreno de las ideas, dentro de la estrategia contrasubversiva. Los debates y diálogos se dan entre fuerzas democráticas; en cambio, el combate ideológico –como parte de la lucha contrasubversiva– busca destruir la voluntad política del adversario. Como tú bien dices, eso es tarea de los partidos democráticos. No de la Dircote o de las FF.AA. Te cuento que cuando las FF.AA. en Ayacucho empezaron la campaña psicosocial contra SL, allá por los 80, en las zonas rurales pintaban ‘Presidente Gonzalo... Maricón’.

2. Al senderismo hay que acercarlo a la realidad, contrastarlo con ella. Por eso, es una estupidez tenerlos aislados del mundo real, por ejemplo, como fue en la prisión durante los primeros años ya que acorazaron su ideología gritando “Viva Gonzalo”. Mucho mejor hubiera sido mostrarles videos de la actual China.

3. Ellos siempre trabajan en Frente Único, es decir, públicamente. Por ejemplo, antes crearon el MOTCE (movimiento de trabajadores clasistas y no sé qué más). Como era en la época en que te mataban si discrepabas con ellos, no se podía combatirlos frontalmente sino con las armas del Estado. Pero ahora es diferente.

4. “El Movimiento a favor de la amnistía y defensa de los derechos fundamentales” no es una cosa improvisada, su nacimiento es producto de una aguda lucha interna maoísta que comenzó con el pedido del Acuerdo de Paz... Y sentar las bases para el segundo Congreso, en octubre de 1993. En eso Vladimiro Montesinos ayudó a Abimael Guzmán, y desde el año 2000 continúan con “resolver políticamente los problemas derivados de la guerra”, amnistía incluida. Ahora, el famoso Congreso quieren hacerlo en noviembre del 2010, utilizando de cubierta el famoso movimiento a favor de la amnistía.

5. A su interior hay dos posiciones: a) Los recalcitrantes que dicen que ‘por ahora’ no hay condiciones para la lucha armada, y que habría que esperar la próxima ola de la revolución mundial, para lo que habría que estar preparados (el cobarde de Guzmán lo manda a Crespo y Fajardo para eso); b) Pero hay otra posición que quiere pasar a la política incruenta (sin sangre) y que pone por ejemplo a los maoístas de Nepal.

6. Por eso, no asumir la responsabilidad de combatirlos ideológicamente, justo en estos momentos de debilidad, es un grave error de los politiqueros de siempre. Que condenen la lucha armada para siempre como lo hizo el M-19 en Colombia y que acepten su derrota ideológica, al participar en las elecciones.

- - - - -

Tomado de: http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/03/07/2010/combate-de-ideas

= = = =

No hay comentarios.: