Espacio virtual creado realmente por Nicanor Domínguez. Dedicado a la historia del Sur-Andino peruano-boliviano.

viernes, 30 de marzo de 2007

Puno 1668



La “verdadera” fundación de Puno.

La fundación de Puno es un tema sobre el cual siempre ha habido discrepancia entre los estudiosos e intelectuales locales. Se ha cuestionado si hubo en realidad una fundación de la ciudad en la época colonial. Al respecto hay dos posiciones: que sí hubo una fundación propiamente dicha en 1668, por órdenes del Virrey Conde de Lemos; o que la villa de San Carlos de Puno fué elevada al rango de ciudad posteriormente. Es en torno a este tema que se desarrolla esta primera colaboración del historiador Nicanor Domínguez en Cabildo Abierto.

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Parte I

La colonización española de Latinoamérica tuvo desde sus inicios una base urbana. Las ciudades fundadas en los nuevos territorios sirvieron tres propósitos fundamentales: (a) garantizar la autoridad del grupo conquistador sobre el territorio, evitando reclamos de otros grupos de conquistadores rivales; (b) asegurar el dominio sobre los recursos naturales y humanos de ese territorio; y, (c) servir de centro de colonización cultural, reproduciendo la forma de vida española en el Nuevo Mundo, incluyendo destacadamente la religión Católica.

La forma de los asentamientos urbanos españoles en América seguió un diseño que facilitaba la defensa militar: un plano en cuadrícula, con calles perpendiculares extendiendose desde una plaza central de forma cuadrangular, como un “damero” o “tablero de ajedrez”. En torno a esta plaza central se construían los edificios públicos principales: la casa de la autoridad española local, el templo o iglesia, la casa del organismo municipal que administraba el asentamiento, y las casas de los vecinos más importantes.

Este diseño básico lo compartieron los tres tipos de asentamientos urbanos coloniales: (a) las ciudades, fundadas en los Andes entre 1532 y 1550 por los conquistadores Pizarro, Almagro, o sus subordinados, o por órdenes del “pacificador” Gasca; (b) las villas, fundadas por los virreyes del siglo XVI o inicios del siglo XVII para asentar pobladores españoles en valles agrícolas o centros mineros; y, (c) los pueblos de indios, fundados masivamente en la década de 1570 por órdenes del Virrey Francisco de Toledo, llamadas “reducciones toledanas” porque los dispersos asentamientos indígenas pre-hispánicos fueron concentrados (“reducidos”) en estos nuevos asentamientos coloniales.

Para supervisar estos pueblos de indios, el Virrey Toledo dividió el territorio andino en unas 50-60 provincias. Cada una reunía unos 10-20 pueblos. Como supervisor de cada provincia se nombró un “corregidor”, de ahí que las provincias también fueran llamadas “corregimientos”. En el Altiplano del Titicaca las reformas toledanas establecieron 6 provincias: Lampa, Azángaro, Paucarcolla, Chucuito, Omasuyos y Pacajes. En 1573 se estableció la reducción de San Juan Bautista de Puno (fiesta: junio 24), parte del corregimiento de Paucarcolla.

Durante la época colonial, aparte de la ciudad de La Paz (fundada en 1548-49), existió en el Altiplano la ciudad de Chucuito, llamada por el Virrey Toledo “Ciudad de los Reyes de Chucuito”. Desde 1578 la provincia de Chucuito fue administrada por un gobernador nombrado en España, hasta el establecimiento del sistema de Intendencias en la década de 1780.


Parte II

El descubrimiento en 1657 de ricos yacimientos de plata en los cerros al suroeste del pueblo de indios de Puno dió origen a la famosa mina de Laicacota. En la década entre 1657 y 1668 la producción de Laicacota sobrepasó la de otros centros mineros más antiguos (Potosí, Oruro, Caylloma, San Antonio de Esquilache) y convirtió a sus descubridores y principales dueños, los hermanos Joseph y Gaspar de Salcedo, en los hombres mas ricos del Virreinato del Perú.

La riqueza de Laicacota atrajo numerosos pobladores (españoles, criollos, mestizos, indios y algunos esclavos africanos), que se establecieron en los alrededores de la mina, formando un asentamiento espontáneo en las laderas de los cerros que llegó a tener unas 2000-3000 casas. Como la mina se descubrió en época del Virrey Conde de Alba de Liste (1655-1661), el asentamiento recibió el nombre oficial de San Luis de Alba de Laicacota (o, a veces, San Luis de Alba de Puno).

Los conflictos entre españoles de origen vasco y andaluz, éstos liderados por Gaspar de Salcedo, culminaron el 3 de agosto de 1668 con la ocupación militar de Laicacota por el Virrey Conde de Lemos (1667-1672). Fue éste virrey el que decidió despoblar San Luis de Alba y establecer una villa de españoles al lado del pueblo de indios de Puno. Los pobladores trasladados desde la mina fueron los primeros habitantes de la “Villa de la Concepción y San Carlos de Puno”.

No es muy claro cuándo exactamente se fundó esta “villa de Puno”. El historiador Guillermo Lohmann precisa que la orden de despoblar Laicacota fue dada por el virrey el 7 de setiembre de 1668. El cronista cuzqueño Diego de Esquivel y Navia, escribiendo hacia 1740, indicaba: “Después de demolida Laycacota, hizo el [Virrey] Conde [de Lemos] ciertas ordenanzas para la nueva población, su fecha en Puno en 9 de septiembre, las que están en el libro 12 de Provisiones de esta ciudad [del Cuzco]”. Esto indicaría que la villa debió ser fundada en la segunda semana del mes de setiembre de 1668.

Por otro lado, el nombre escogido combinaba la advocación de la Inmaculada Concepción de la Virgen María (fiesta: diciembre 8), con el nombre del rey español de la época, Carlos II, nacido el 6 de noviembre de 1661, quien gobernó oficialmente entre el 17 de setiembre de 1665 y el 1ro de noviembre de 1700, fecha en que murió.

La tradición puneña celebra la fundación de la ciudad (en realidad “villa de españoles” en 1668) el 4 de noviembre, fiesta de San Carlos Borromeo (1538-1584), santo italiano canonizado en 1610.

Estrictamente hablando, la villa de Puno fue elevada a la categoría de ciudad sólo en 1805, por órdenes del rey Carlos IV. Por tanto, si se quisiera imponer la “verdad histórica” por encima de la tradición local, habría que celebrar la fundación de la “ciudad” de Puno en una de dos fechas: o el día de la firma de la real cédula por Carlos IV, cuando la villa de Puno fue oficialmente elevada a rango de ciudad; o el día en que la orden llegó a Puno y fue efectivamente cumplida.

• Publicado originalmente en: Cabildo Abierto (Puno), núm. 2 (Noviembre 2004), pp. 12-13.

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Diez conclusiones sobre la fundación de Puno.

El pasado jueves 3 de noviembre, cuando Puno comenzaba a celebrar su 337mo aniversario de fundación, la Asociación SER, en celebración de sus 25 años de existencia, invitó a nuestro colaborador, el historiador Nicanor Domínguez, a un Conversatorio sobre Historia Regional titulado “Las minas de Laycacota y la fundación de Puno”, en la Casa del Corregidor. La asistencia de unas 60 a 70 personas y el vivo debate, que se extendió por unas dos horas, constituyen un evento definitivamente importante. Por ello, la transcripción de la versión grabada del Conversatorio ha aparecido ya en el portal de La Casa del Corregidor, en la sección “Tertulias” (*). En este número de Cabildo Abierto, Domínguez nos presenta algunas de sus conclusiones a partir del dabate de esa noche.

(*) Ver: http://casadelcorregidor.pe/tertulias/tertulia_Dominguez.php


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Durante el Conversatorio del pasado 3 de noviembre destacaron varios temas. Respondiendo al pedido de nuestra anfitriona, Ana María Pino Jordán, promotora de la Casa del Corregidor, quisiera aquí poner en orden algunas de las ideas que quedaron pendientes de sistematización al final del evento.

1.- Primero que nada, habría que comenzar señalando que el orgullo local de los habitantes de Puno no tendría por qué verse disminuido por el hecho de que la ciudad no fuera una de las primeras fundadas por los españoles al inicio de la época colonial. Por otro lado, tampoco tendría por qué preocupar el que no existan pruebas arqueológicas de que alguna vez haya habido un asentamiento prehispánico importante en donde hoy se levanta la ciudad. Como espero poder explicar en una futura colaboración para Cabildo Abierto, la “encomienda de indios” de Puno había formado parte de un grupo mayor, el que antes de la conquista Inca del Altiplano era el Reino Colla (los otros dos Reinos altiplánicos conquistados por los Incas fueron el de los Lupacas y los Pacajes).

2.- Antes de la campaña de reasentamiento de la población indígena en los Andes (la fudación de nuevos “pueblos de indios” o “reducciones toledanas”) en la década de 1570, Puno figura en la documentación como una “encomienda de indios” y como un “tambo” en el camino entre Cuzco y La Plata (hoy Sucre, en Bolivia). Hasta 1668, las únicas dos ciudades españolas existentes en el Altiplano eran La Paz (fundada en 1548-49 por órdenes del Pacificador Pedro de la Gasca) y Chucuito (establecida hacia 1575-78 por el Virrey Toledo). La diferencia legal entre una “ciudad” y una “villa” era que las ciudades tenían un “cabildo” o consejo municipal con alcaldes y regidores seleccionados entre los vecinos (al inicio, los vecinos eran los encomenderos).

3.- La fundación hecha por el Conde de Lemos en 1668 fue la de una “villa de españoles”. Dado el carácter legalista y ceremonial de la época, debió haber habido una ceremonia oficial de fundación con la presencia del propio virrey. Por desgracia, la documentación generada por esa ceremonia nos es aún desconocida. Podría ser que se haya perdido con el paso de los años, o podría también ser que se encuentre en algún archivo en el Perú, en Bolivia, o en España, por lo que habría que considerar el tema aún abierto a más investigaciones.

4.- La fecha exacta de la fundación en 1668 está aún por definirse con total claridad. Como indiqué en el Conversatorio, la investigación que me condujo a Puno no fué diseñada como una Historia Urbana de la actual ciudad, por lo que no dediqué especiales esfuerzos a buscar el “acta de fundación” que el Conde de Lemos debió mandar redactar luego de decidir despoblar “San Luis de Alba” y fundar la “Villa de la Concepción y San Carlos” en la segunda semana de setiembre de 1668 (ver el artículo “La “verdadera” fundación de Puno”, en Cabildo Abierto, núm. 2, noviembre 2004). Como lo señaló René Calsín durante el debate, el padre Rubén Vargas Ugarte, en su Historia General del Perú (1954, 1966-70), precisa que el Virrey Lemos fundó la villa de Puno el día 9 de setiembre de 1668.

5.- La fuente de Vargas Ugarte es una carta del virrey del 27 de diciembre de 1668. A falta de un “acta de fundación”, como las que existen publicadas de ciudades fundadas en el siglo XVI como Lima, Cuzco, Arequipa, o La Paz, esa carta sería la fuente principal para sostener la veracidad de la fecha setiembre 9. El siguiente paso será, entonces, buscar la carta en el Archivo General de Indias de Sevilla, o entre los papeles que dejó el jesuita Vargas Ugarte, y que hoy se conservan en la Universidad “Ruiz de Montoya” en Lima.

6.- Estrictamente hablando, la “ciudad” de Puno sólo adquiere esa categoría en el año 1805. Hasta ahora no se sabía la fecha de la Real Cédula en la que el rey español Carlos IV había elevado de categoría a Puno, de “villa” a “ciudad”. Gracias a la acusiosidad de René Calsín, que encontró una referencia publicada en Arequipa en 1865, sabemos ahora que esa disposición legal fué emitida el 14 de octubre de 1805. Su contribución, con el título de “Bicentenario de la ciudad de Puno”, está publicada en el portal de la Casa del Corregidor (ver: http://www.casadelcorregidor.com.pe/_biblio_Calsin.php).

7.- Por ello, este año 2005, se han celebrado los 200 años de la promoción legal de Puno a la categoría de “ciudad” (el 14 de octubre), así como los 337 años de la fundación de la “villa” por el Conde de Lemos. La primera efemérides fué conmemorada con una conferencia de René Calsín en el local del “Instituto Americano de Arte” de Puno. La segunda efemérides, como todos sabemos, fué celebrada masivamente durante la “Semana de Puno” a inicios del mes de noviembre, teniendo como día central el viernes 4.

8.- La celebración del “Día de Puno” se ha convertido en una gran fiesta para los puneños desde hace 60 años, ya que es una “tradición inventada” sólo en 1945 (sobre la noción de “invención de la tradición”, ver el artículo “La actual “bandera del Tawantinsuyo”, ¿se inspiró en el Altiplano?”, en Cabildo Abierto, núm. 6, abril-mayo 2005).

En sesión del 16 de agosto de 1945, el Concejo Provincial de Puno decidió establecer el 4 de noviembre como el “Día Cívico” de la ciudad. El nombre “San Carlos” puesto por el Virrey Lemos se escogió en honor al rey español de la época, Carlos III. Sin embargo, la fecha 4 de noviembre fué escogida en 1945 porque es la fecha de la fiesta religiosa de San Carlos Borromeo. En ese sentido, es un error histórico, pues todo apunta a que la fundación de la “Villa de la Concepción y San Carlos” ocurrió el 9 de setiembre de 1668.

9.- Así, resulta que este año 2005 se cumplieron 337 años de la fundación de la “villa” de Puno, 200 años de su elevación a “ciudad”, y 60 años de la creación del “Día de Puno”, los días 9 de setiembre, 14 de octubre, y 16 de agosto, respectivamente. Sin embargo, el 4 de noviembre ha sido la fecha celebrada oficialmente.

10.- ¿Debería, entonces, cambiarse el “Día de Puno” del 4 de noviembre al 9 de setiembre? Dado que la celebración en noviembre ya es parte de un calendario de festividades que tiene más de medio siglo de existencia, quizás la fecha deba mantenerse. Por otro lado, mover la fiesta al mes de setiembre la haría algo más equidistante de la otra gran fiesta puneña, la de la Virgen de la Candelaria (2 de febrero), pues se celebraría 7 meses después (y 5 meses antes). ¿Y qué decir del 14 de octubre? Es algo que sólo los propios puneños deberán evaluar y decidir.

• Publicado originalmente en: Cabildo Abierto (Puno), núm. 11 (Noviembre-Diciembre 2005), pp. 16-17.

• Ver: http://www.ser.org.pe/index.php?option=com_remository&op=ListarDocumentos&id=4&inicio=0

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• Foto de la Catedral de Puno tomada por Guy Sydor: peruhotel.com

2 comentarios:

Unknown dijo...

Nıck,
Te felıcıto por tu nuevo blog, ya era tıempo que lo ınaugures dada la frecuencıa y el ınteres de tus comunıcacıones.
Sı te parece, creo que serıa mas "amıgable" sı lo organızaces a manera de pequenas notıcıas, como las que has venıdo mandando hasta ahora por maıl, de manera que el vısıtante pueda verlas una tras otra con comodıdad. Y los artıculos largos ırıan en un segundo nıvel, al que remıtes desde la prımera pagına. En fın, cosa de formatos.
Suerte,
Rafael

Crhistian Pilco dijo...

Muy buen aporte, en los colegios no se enseña la historia de Puno a este nivel, y me parece q muy poca gente sabe estos detalles, te felicito y ojala que se hagan mas investigaciones sobre la verdadera historia de Puno