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miércoles, 23 de enero de 2013
Neandertales (2009)
Apenas había unos 7.000 neandertales en Europa
M. Ruiz de Elvira
El Pais, Madrid, 17 JUL 2009
Los neandertales fueron una especie humana que se extendió por gran parte de Europa, pero en realidad eran muy pocos, unos 7.000 individuos y todos descendían de una mujer -la Eva neandertal- que vivió hace unos 110.000 años. Los paleontólogos y biólogos han llegado a esta conclusión al completar el genoma mitocondrial (que se transmite por vía materna) de cinco neandertales, uno de los cuales vivió en la cueva asturiana de El Sidrón.
Lo que indica la Eva, una antepasada virtual, es que en su época se había producido un cuello de botella demográfico, la población se había reducido mucho. No implica que fuera la primera neandertal de la historia.
"Hemos encontrado que los neandertales tienen muy poca diversidad genética, mucho menos que los humanos actuales", comenta Carlos Lalueza Fox, coautor de este histórico estudio, que se publica hoy en la revista Science.
Antonio Rosas, otro de los autores españoles, señala: "Dos de los genomas -de Feldhofer (Alemania) y Vindija (Croacia), que están separados por casi mil kilómetros- son idénticos, algo que sólo puede ocurrir si la diversidad de la especie es muy baja". Los fósiles estudiados son de individuos que vivieron entre hace 70.000 años y hace 38.000 años (poco antes de que la especie se extinguiera).
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* Tomado de: http://elpais.com/diario/2009/07/17/sociedad/1247781608_850215.html
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* Imagen de Mauro Cutrona (2010).
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Neandertales (2010)
Somos un poco neandertales
* El análisis genético de la especie más próxima a nosotros indica que hubo un ligero mestizaje
* Se abre la puerta al conocimiento de lo que nos hace humanos
Por Malen Ruiz de Elvira
El Pais, Madrid, jueves 6 de mayo, 2010.
Los neandertales vivieron en Europa durante centenares de miles de años pero desaparecieron en mucho menos tiempo ante el avance de una nueva especie de homínido que salió de África, la única que existe ahora, la nuestra. Siempre nos hemos preguntado cómo se comportarían, qué capacidades tenían aquellos primos evolutivos, extinguidos antes de que se pintara la cueva de Altamira.
¿Eran capaces los neandertales de pensar simbólicamente, de fabricar adornos y amuletos, como piensan algunos expertos, o simplemente imitaban lo que veían en los invasores, como sugieren otros? Pero, sobre todo, nos preguntábamos si alguna vez los neandertales, que seguro que se aparearon con los recién llegados, con los que convivían a corta distancia en algunos lugares al menos, llegaron a tener descendencia no estéril. Hasta ahora, todo indicaba que no prolongaron su estirpe, pero la genética aporta ahora al conocimiento de los neandertales y de nosotros mismos un panorama distinto y más sugerente.
El Homo sapiens, la especie vencedora en la historia evolutiva de los humanos, se hibridó con los neandertales que encontró cuando empezó a salir de África hace unos 80.000 años, aunque lo hizo probablemente durante poco tiempo. Esto es lo que cree el equipo internacional que ha conseguido secuenciar el genoma completo del neandertal, un gran proyecto que empezó hace cuatro años y cuyos resultados publica hoy la revista 'Science'.
Este logro no ha servido sólo para conocer cómo era la rama lateral de homínidos extinguida que habitó Europa hasta hace sólo 30.000 años, sino, sobre todo, para saber qué nos hace humanos. "Es genial saber que algunos de nosotros tenemos un poco de ADN del hombre de Neandertal, pero, para mí, la oportunidad de buscar evidencia de la selección positiva que ocurrió poco después de que las dos especies se separaran es probablemente el aspecto más fascinante de este proyecto", dice Svante Pääbo, el más reconocido experto en ADN fósil y director del trabajo.
Los investigadores, entre ellos varios españoles, compararon el genoma del neandertal con los de cinco humanos de los cinco continentes de la época actual. Los resultados revelan que 78 genes (83 según otro método), de los más de 23.000 existentes, son probablemente distintos funcionalmente en los humanos y los neandertales, y que entre un 1% y un 4% del material genético humano moderno procede de la especie extinguida, lo que indica que sí hubo mestizaje.
"Los neandertales son más parecidos a los humanos de otros continentes diferentes de África que a los africanos", explica Pääbo, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva (en Alemania). "Esto indica que la hibridación se produjo después de que el 'Homo sapiens' empezara a salir de África, seguramente en Oriente Próximo y durante poco tiempo, antes de que evolucionaran las distintas ramas euroasiáticas".
Se basa en que los modelos de población indican que cuando una población colonizadora se topa con una población residente, aún una pequeña cantidad de hibridación puede quedar ampliamente reflejada en el genoma de las poblaciones colonizadoras si esa población se expande entonces de manera significativa. De este modo, el porcentaje relativamente bajo de ADN de neandertal en el genoma del humano moderno sugiere que el mestizaje fue bastante limitado.
Para el genoma completo, del que ahora se publica el primer borrador de un 60% del ADN, los científicos se han basado en tres pequeñas muestras, procedentes de tres huesos distintos, de entre 38.000 y 44.000 años de antigüedad, todos ellos del yacimiento de Vindija en Croacia.
El borrador se complementó con la secuenciación parcial de otros tres neandertales, procedentes de la cueva del Sidrón (Asturias) -cuyo equipo participa en el proyecto-, Mezmaiskaya (Rusia) y Feldhofer (Alemania). Ha constituido un gran desafío técnico, debido al considerable peligro de contaminación de las muestras con el ADN del humano moderno, que es muy parecido al del neandertal, y a la gran cantidad de ADN de las bacterias y hongos que colonizaron los huesos fósiles y que ha habido que separar. La tecnología la ha puesto la empresa estadounidense 454 Life Sciences, del grupo Roche.
"El flujo génico descubierto únicamente puede detectarse de neandertales a humanos modernos, por la dinámica expansiva de las poblaciones humanas modernas, pero no es descartable que fuera bidireccional. Por el contrario, no hay rastros de que hubiera flujo génico después, cuando nuestros antepasados entraron en Europa hace 40.000 años", explica Antonio Rosas, paleobiólogo del CSIC y miembro del equipo.
El genoma neandertal presenta, además, otras regiones cromosómicas que podrían derivar de cruzamientos con homínidos más arcaicos, como Homo erectus u Homo antecessor, la especie más antigua de Atapuerca.
El paleogenetista Carles Lalueza-Fox, también miembro del equipo junto a Marco de la Rasilla, Javier Fortea y Tomas Marques-Bonet, afirma: "Esta teoría es totalmente novedosa, y no se ajusta a ninguno de los dos modelos extremos tradicionalmente planteados y conocidos como hipótesis 'fuera de África' e hipótesis 'multirregional'. El primero postula una salida reciente fuera de África sin cruzamientos con otras especies humanas más arcaicas, mientras que el segundo postula una evolución local en cada continente a partir de una migración muy antigua, cercana a los dos millones de años. El nuevo modelo planteado por el genoma neandertal podría definirse como 'fuera de África con hibridación con neandertales en la salida'".
Entre los genes diferentes entre ambas especies están unos pocos que se propagaron rápidamente en la nuestra (mediante la llamada selección positiva) después de que los humanos y neandertales se separaran de un ancestro común, hace medio millón de años. Incluyen genes relacionados con el metabolismo, el desarrollo cognitivo y el del cráneo, la clavícula y la caja torácica. Hay otros relacionados con el autismo, la esquizofrenia y con el síndrome de Down.
Los investigadores también usaron el genoma del neandertal para producir la primera versión de un catálogo de variaciones genéticas que existen en todos los humanos modernos pero que no se encuentran en los neandertales o en los simios. Aseguran que este catálogo será valioso para los científicos que estudian qué es lo que separa a los humanos de otros organismos.
"Estas variaciones indican que son buenas mutaciones, beneficiosas de alguna forma en la evolución. Esto ilumina nuestra historia evolutiva, al identificar regiones del ADN candidatas a explorar para comprender lo que cambió en los humanos modernos desde que se separaron evolutivamente y por qué", resume Richard E. Green, de la Universidad de California, primer firmante del artículo que publica Science.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2010/05/06/actualidad/1273096811_850215.html
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Análisis: La definición de humanidad
Por Charles Lalueza-Fox
El Pais, Madrid, viernes 7 de mayo, 2010
Con los datos generados por el Proyecto Genoma Neandertal podemos empezar por fin a construir una definición objetiva de lo que significa ser humano. Este ideal, perseguido desde hace milenios por teorías filosóficas sin base empírica, puede acotarse estudiando aquellos genes que son diferentes entre los neandertales y nosotros.
De momento, el borrador genómico neandertal ha proporcionado un heterogéneo listado de 78 genes con cambios de aminoácido (que por tanto, presumiblemente, afectan a su función) entre ambos linajes humanos. En esta lista encontramos de todo, genes implicados en el metabolismo, en la cognición, en la fisiología, la morfología de la piel, el desarrollo esquelético o la percepción olfativa. Por ejemplo, tenemos el gen SPAG17, que interviene en el movimiento del esperma; no sabemos por qué los neandertales lo tienen distinto. También tenemos el RPTN, que codifica para una proteína que se expresa en la epidermis y la raíz de los cabellos, y el SOLH, cuya función todavía desconocemos. Hay cambios también en el AUTS2, que codifica para una proteína que se expresa en el cerebro durante el desarrollo neuronal. Este gen había sido identificado como causante de algunos casos de autismo. Otros genes asociados con el autismo, el ACCN1 y el CADP2, también parecen hallarse bajo selección positiva en humanos modernos, al igual que un gen implicado en los déficits cognitivos de los que sufren síndrome de Down (DYRK1A) y otro asociado a la esquizofrenia (NRG3).
Todas estas evidencias parecen indicar que podría haber diferencias sustanciales en aspectos cognitivos entre nosotros y los neandertales. Pero un cambio genético no nos informa directamente de su repercusión en la función en el organismo vivo. Para poder entender el listado de humanidad deberemos llevar a cabo estudios funcionales con cada uno de estos genes, si es preciso mediante la neandertalización de ratones (es decir, creando ratones transgénicos con genes neandertales). Este trabajo durará muchos años, pero nos permitirá entender al fin en qué somos diferentes de los otros humanos del pasado, en qué somos únicos. Nos permitirá, en cierta manera, ser nosotros mismos.
* Carles Lalueza-Fox es investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF).
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* Tomado de: http://elpais.com/diario/2010/05/07/sociedad/1273183202_850215.html
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* El análisis genético de la especie más próxima a nosotros indica que hubo un ligero mestizaje
* Se abre la puerta al conocimiento de lo que nos hace humanos
Por Malen Ruiz de Elvira
El Pais, Madrid, jueves 6 de mayo, 2010.
Los neandertales vivieron en Europa durante centenares de miles de años pero desaparecieron en mucho menos tiempo ante el avance de una nueva especie de homínido que salió de África, la única que existe ahora, la nuestra. Siempre nos hemos preguntado cómo se comportarían, qué capacidades tenían aquellos primos evolutivos, extinguidos antes de que se pintara la cueva de Altamira.
¿Eran capaces los neandertales de pensar simbólicamente, de fabricar adornos y amuletos, como piensan algunos expertos, o simplemente imitaban lo que veían en los invasores, como sugieren otros? Pero, sobre todo, nos preguntábamos si alguna vez los neandertales, que seguro que se aparearon con los recién llegados, con los que convivían a corta distancia en algunos lugares al menos, llegaron a tener descendencia no estéril. Hasta ahora, todo indicaba que no prolongaron su estirpe, pero la genética aporta ahora al conocimiento de los neandertales y de nosotros mismos un panorama distinto y más sugerente.
El Homo sapiens, la especie vencedora en la historia evolutiva de los humanos, se hibridó con los neandertales que encontró cuando empezó a salir de África hace unos 80.000 años, aunque lo hizo probablemente durante poco tiempo. Esto es lo que cree el equipo internacional que ha conseguido secuenciar el genoma completo del neandertal, un gran proyecto que empezó hace cuatro años y cuyos resultados publica hoy la revista 'Science'.
Este logro no ha servido sólo para conocer cómo era la rama lateral de homínidos extinguida que habitó Europa hasta hace sólo 30.000 años, sino, sobre todo, para saber qué nos hace humanos. "Es genial saber que algunos de nosotros tenemos un poco de ADN del hombre de Neandertal, pero, para mí, la oportunidad de buscar evidencia de la selección positiva que ocurrió poco después de que las dos especies se separaran es probablemente el aspecto más fascinante de este proyecto", dice Svante Pääbo, el más reconocido experto en ADN fósil y director del trabajo.
Los investigadores, entre ellos varios españoles, compararon el genoma del neandertal con los de cinco humanos de los cinco continentes de la época actual. Los resultados revelan que 78 genes (83 según otro método), de los más de 23.000 existentes, son probablemente distintos funcionalmente en los humanos y los neandertales, y que entre un 1% y un 4% del material genético humano moderno procede de la especie extinguida, lo que indica que sí hubo mestizaje.
"Los neandertales son más parecidos a los humanos de otros continentes diferentes de África que a los africanos", explica Pääbo, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva (en Alemania). "Esto indica que la hibridación se produjo después de que el 'Homo sapiens' empezara a salir de África, seguramente en Oriente Próximo y durante poco tiempo, antes de que evolucionaran las distintas ramas euroasiáticas".
Se basa en que los modelos de población indican que cuando una población colonizadora se topa con una población residente, aún una pequeña cantidad de hibridación puede quedar ampliamente reflejada en el genoma de las poblaciones colonizadoras si esa población se expande entonces de manera significativa. De este modo, el porcentaje relativamente bajo de ADN de neandertal en el genoma del humano moderno sugiere que el mestizaje fue bastante limitado.
Para el genoma completo, del que ahora se publica el primer borrador de un 60% del ADN, los científicos se han basado en tres pequeñas muestras, procedentes de tres huesos distintos, de entre 38.000 y 44.000 años de antigüedad, todos ellos del yacimiento de Vindija en Croacia.
El borrador se complementó con la secuenciación parcial de otros tres neandertales, procedentes de la cueva del Sidrón (Asturias) -cuyo equipo participa en el proyecto-, Mezmaiskaya (Rusia) y Feldhofer (Alemania). Ha constituido un gran desafío técnico, debido al considerable peligro de contaminación de las muestras con el ADN del humano moderno, que es muy parecido al del neandertal, y a la gran cantidad de ADN de las bacterias y hongos que colonizaron los huesos fósiles y que ha habido que separar. La tecnología la ha puesto la empresa estadounidense 454 Life Sciences, del grupo Roche.
"El flujo génico descubierto únicamente puede detectarse de neandertales a humanos modernos, por la dinámica expansiva de las poblaciones humanas modernas, pero no es descartable que fuera bidireccional. Por el contrario, no hay rastros de que hubiera flujo génico después, cuando nuestros antepasados entraron en Europa hace 40.000 años", explica Antonio Rosas, paleobiólogo del CSIC y miembro del equipo.
El genoma neandertal presenta, además, otras regiones cromosómicas que podrían derivar de cruzamientos con homínidos más arcaicos, como Homo erectus u Homo antecessor, la especie más antigua de Atapuerca.
El paleogenetista Carles Lalueza-Fox, también miembro del equipo junto a Marco de la Rasilla, Javier Fortea y Tomas Marques-Bonet, afirma: "Esta teoría es totalmente novedosa, y no se ajusta a ninguno de los dos modelos extremos tradicionalmente planteados y conocidos como hipótesis 'fuera de África' e hipótesis 'multirregional'. El primero postula una salida reciente fuera de África sin cruzamientos con otras especies humanas más arcaicas, mientras que el segundo postula una evolución local en cada continente a partir de una migración muy antigua, cercana a los dos millones de años. El nuevo modelo planteado por el genoma neandertal podría definirse como 'fuera de África con hibridación con neandertales en la salida'".
Entre los genes diferentes entre ambas especies están unos pocos que se propagaron rápidamente en la nuestra (mediante la llamada selección positiva) después de que los humanos y neandertales se separaran de un ancestro común, hace medio millón de años. Incluyen genes relacionados con el metabolismo, el desarrollo cognitivo y el del cráneo, la clavícula y la caja torácica. Hay otros relacionados con el autismo, la esquizofrenia y con el síndrome de Down.
Los investigadores también usaron el genoma del neandertal para producir la primera versión de un catálogo de variaciones genéticas que existen en todos los humanos modernos pero que no se encuentran en los neandertales o en los simios. Aseguran que este catálogo será valioso para los científicos que estudian qué es lo que separa a los humanos de otros organismos.
"Estas variaciones indican que son buenas mutaciones, beneficiosas de alguna forma en la evolución. Esto ilumina nuestra historia evolutiva, al identificar regiones del ADN candidatas a explorar para comprender lo que cambió en los humanos modernos desde que se separaron evolutivamente y por qué", resume Richard E. Green, de la Universidad de California, primer firmante del artículo que publica Science.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2010/05/06/actualidad/1273096811_850215.html
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Análisis: La definición de humanidad
Por Charles Lalueza-Fox
El Pais, Madrid, viernes 7 de mayo, 2010
Con los datos generados por el Proyecto Genoma Neandertal podemos empezar por fin a construir una definición objetiva de lo que significa ser humano. Este ideal, perseguido desde hace milenios por teorías filosóficas sin base empírica, puede acotarse estudiando aquellos genes que son diferentes entre los neandertales y nosotros.
De momento, el borrador genómico neandertal ha proporcionado un heterogéneo listado de 78 genes con cambios de aminoácido (que por tanto, presumiblemente, afectan a su función) entre ambos linajes humanos. En esta lista encontramos de todo, genes implicados en el metabolismo, en la cognición, en la fisiología, la morfología de la piel, el desarrollo esquelético o la percepción olfativa. Por ejemplo, tenemos el gen SPAG17, que interviene en el movimiento del esperma; no sabemos por qué los neandertales lo tienen distinto. También tenemos el RPTN, que codifica para una proteína que se expresa en la epidermis y la raíz de los cabellos, y el SOLH, cuya función todavía desconocemos. Hay cambios también en el AUTS2, que codifica para una proteína que se expresa en el cerebro durante el desarrollo neuronal. Este gen había sido identificado como causante de algunos casos de autismo. Otros genes asociados con el autismo, el ACCN1 y el CADP2, también parecen hallarse bajo selección positiva en humanos modernos, al igual que un gen implicado en los déficits cognitivos de los que sufren síndrome de Down (DYRK1A) y otro asociado a la esquizofrenia (NRG3).
Todas estas evidencias parecen indicar que podría haber diferencias sustanciales en aspectos cognitivos entre nosotros y los neandertales. Pero un cambio genético no nos informa directamente de su repercusión en la función en el organismo vivo. Para poder entender el listado de humanidad deberemos llevar a cabo estudios funcionales con cada uno de estos genes, si es preciso mediante la neandertalización de ratones (es decir, creando ratones transgénicos con genes neandertales). Este trabajo durará muchos años, pero nos permitirá entender al fin en qué somos diferentes de los otros humanos del pasado, en qué somos únicos. Nos permitirá, en cierta manera, ser nosotros mismos.
* Carles Lalueza-Fox es investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF).
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* Tomado de: http://elpais.com/diario/2010/05/07/sociedad/1273183202_850215.html
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Neandertales (2012)
Los neandertales casi se extinguieron antes de llegar nuestra especie a Europa
* Los científicos sugieren que no resistieron el cambio climático
* El análisis, basado en ADN antiguo, entra de lleno en la incógnita sobre la desaparición de aquellos individuos específicamente europeos
Por Alicia Rivera
El Pais, Madrid, 24 FEB 2012
Los neandertales, que fueron una especie humana específicamente europea, desaparecieron hace unos 30.000 años, mientras que los 'Homo sapiens' se extendieron no solo por el viejo continente sino por todo el planeta, convirtiéndose en la única especie humana actual. Ambas fueron coetáneas durante unos miles de años y debieron tener contacto (sin apenas cruzarse genéticamente). ¿Qué pasó para que una especie se hundiera y la otra proliferara con tanto éxito? Es una de las grandes preguntas de la paleontología que sigue sin respuesta definitiva. Un descubrimiento ahora puede arrojar algo de luz sobre ese misterioso período de la evolución humana europea: los neandertales llegaron casi a la extinción hace unos 50.000 años, desapareciendo de la mayor parte de Europa, antes de que llegara la especie humana actual. Es más, el pequeño núcleo que sobrevivió unos miles de años más y que logró extenderse por el centro y oeste del continente, tenía muy poca variabilidad genética, un indicador crucial de la fragilidad de una especie, de riesgo para su supervivencia. A esta conclusión llega un equipo de científicos de Suecia y España que ha analizado ADN de fósiles neandertales.
Hasta ahora se ha considerado que “la población neandertal en Europa había permanecido estable durante cientos de miles de años, hasta la llegada de los humanos modernos; y ahora ha de ser revisado este punto de vista”, explican los investigadores del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (Instituto de Salud Carlos III) dirigido por el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, que han realizado esta investigación junto con sus colegas del Museo Sueco de Historia Natural y de la Universidad de Uppsala. Ellos presentan su hallazgo en la revista 'Molecular Biology and Evolution'.
“El hecho de que los neandertales de Europa casi se extinguieran para luego recuperarse, y que todo eso sucediera mucho antes de que tuvieran contacto con los humanos modernos fue una sorpresa completa para nosotros, ya que indica que los neandertales pudieron ser más sensibles a los dramáticos cambios climáticos que ocurrieron durante la última edad del hielo de lo que se pensó previamente”, señala el investigador sueco Love Dalén.
Los neandertales (Homo H. neanderthalensis) eran específicamente europeos, “una de las pocas especies de homínidos que evolucionaron fuera de África”, escriben los investigadores en su artículo. Se extendieron por el oeste hasta Siberia, donde se han encontrado restos. Tenían un cerebro grande, una cultura notable, dominaban el fuego y enterraban a sus muertos. Eran descendientes de los preneandertales, como los individuos de la Sima de los Huesos de Atapuerca, de hace casi 500.000 años, y existieron hasta hace unos 30.000. ¿Qué les pasó?
Dalén, Arsuaga, Anders Götherström y sus colegas han analizado el ADN antiguo de fósiles de 13 individuos neandertales, incluido uno descubierto en Valdegoba (Burgos) de hace 48.500 años y han descubierto que la variabilidad genética de los individuos anteriores a 50.000 años es muy superior (hasta seis veces mayor) a la de los posteriores a esa fecha. A modo de comparación, explican los investigadores, los neandertales antiguos tenían una diversidad comparable a los humanos modernos, mientras que la variedad de genes de los posteriores, los más recientes, era inferior incluso a la de los humanos modernos de Islandia.
¿Cómo se interpreta esto? Los análisis genéticos y los modelos de población indican que los neandertales prácticamente se extinguieron hace unos 50.000 años y la población residual muy mermada se difundió luego por parte de Europa. Los biólogos saben que, con rarísimas excepciones, una especie que tiene poca variabilidad genética está condenada sobre todo por dos motivos. Por una lado, acumulará defectos genéticos nocivos, por otro, tendrá menos variantes genéticas a las que la evolución puede recurrir para adaptarse a situaciones cambiantes.
Los científicos no tienen una respuesta definitiva acerca de la causa de la extinción de los neandertales, y las hipótesis se van sucediendo a medida que se cuenta con más datos. Una idea en boga es que los neandertales estarían especialmente adaptados a las condiciones de bosque y serían cazadores de proximidad a sus presas, a las que alcanzarían con armas cortas. Los humanos modernos, sin embargo, procedían de terrenos africanos más abiertos y cazarían a mayor distancia. Cuando cambió el entorno y el bosque se fue abriendo, los neandertales quedarían en condiciones cada vez peores para su supervivencia.
“Este tipo de estudios interdisciplinares es extremadamente valioso para el avance de la investigación en evolución humana”, señala Arsuaga. “El ADN de los humanos prehistóricos ha aportado hallazgos inesperados en los últimos años. Es muy emocionante imaginar qué nuevos descubrimientos se producirán en los próximos años en este campo”, añade.
En los últimos años se han hecho varias investigaciones de ADN en fósiles neandertales, pero sobre todo orientadas a averiguar si hubo mezcla de genes entre aquella especie y la nuestra, pero no se había utilizado esta poderosa herramienta para conocer los cambios demográficos que pudieron sufrir, recalcan los investigadores suecos y españoles.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/24/actualidad/1330100057_161440.html
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* Los científicos sugieren que no resistieron el cambio climático
* El análisis, basado en ADN antiguo, entra de lleno en la incógnita sobre la desaparición de aquellos individuos específicamente europeos
Por Alicia Rivera
El Pais, Madrid, 24 FEB 2012
Los neandertales, que fueron una especie humana específicamente europea, desaparecieron hace unos 30.000 años, mientras que los 'Homo sapiens' se extendieron no solo por el viejo continente sino por todo el planeta, convirtiéndose en la única especie humana actual. Ambas fueron coetáneas durante unos miles de años y debieron tener contacto (sin apenas cruzarse genéticamente). ¿Qué pasó para que una especie se hundiera y la otra proliferara con tanto éxito? Es una de las grandes preguntas de la paleontología que sigue sin respuesta definitiva. Un descubrimiento ahora puede arrojar algo de luz sobre ese misterioso período de la evolución humana europea: los neandertales llegaron casi a la extinción hace unos 50.000 años, desapareciendo de la mayor parte de Europa, antes de que llegara la especie humana actual. Es más, el pequeño núcleo que sobrevivió unos miles de años más y que logró extenderse por el centro y oeste del continente, tenía muy poca variabilidad genética, un indicador crucial de la fragilidad de una especie, de riesgo para su supervivencia. A esta conclusión llega un equipo de científicos de Suecia y España que ha analizado ADN de fósiles neandertales.
Hasta ahora se ha considerado que “la población neandertal en Europa había permanecido estable durante cientos de miles de años, hasta la llegada de los humanos modernos; y ahora ha de ser revisado este punto de vista”, explican los investigadores del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (Instituto de Salud Carlos III) dirigido por el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, que han realizado esta investigación junto con sus colegas del Museo Sueco de Historia Natural y de la Universidad de Uppsala. Ellos presentan su hallazgo en la revista 'Molecular Biology and Evolution'.
“El hecho de que los neandertales de Europa casi se extinguieran para luego recuperarse, y que todo eso sucediera mucho antes de que tuvieran contacto con los humanos modernos fue una sorpresa completa para nosotros, ya que indica que los neandertales pudieron ser más sensibles a los dramáticos cambios climáticos que ocurrieron durante la última edad del hielo de lo que se pensó previamente”, señala el investigador sueco Love Dalén.
Los neandertales (Homo H. neanderthalensis) eran específicamente europeos, “una de las pocas especies de homínidos que evolucionaron fuera de África”, escriben los investigadores en su artículo. Se extendieron por el oeste hasta Siberia, donde se han encontrado restos. Tenían un cerebro grande, una cultura notable, dominaban el fuego y enterraban a sus muertos. Eran descendientes de los preneandertales, como los individuos de la Sima de los Huesos de Atapuerca, de hace casi 500.000 años, y existieron hasta hace unos 30.000. ¿Qué les pasó?
Dalén, Arsuaga, Anders Götherström y sus colegas han analizado el ADN antiguo de fósiles de 13 individuos neandertales, incluido uno descubierto en Valdegoba (Burgos) de hace 48.500 años y han descubierto que la variabilidad genética de los individuos anteriores a 50.000 años es muy superior (hasta seis veces mayor) a la de los posteriores a esa fecha. A modo de comparación, explican los investigadores, los neandertales antiguos tenían una diversidad comparable a los humanos modernos, mientras que la variedad de genes de los posteriores, los más recientes, era inferior incluso a la de los humanos modernos de Islandia.
¿Cómo se interpreta esto? Los análisis genéticos y los modelos de población indican que los neandertales prácticamente se extinguieron hace unos 50.000 años y la población residual muy mermada se difundió luego por parte de Europa. Los biólogos saben que, con rarísimas excepciones, una especie que tiene poca variabilidad genética está condenada sobre todo por dos motivos. Por una lado, acumulará defectos genéticos nocivos, por otro, tendrá menos variantes genéticas a las que la evolución puede recurrir para adaptarse a situaciones cambiantes.
Los científicos no tienen una respuesta definitiva acerca de la causa de la extinción de los neandertales, y las hipótesis se van sucediendo a medida que se cuenta con más datos. Una idea en boga es que los neandertales estarían especialmente adaptados a las condiciones de bosque y serían cazadores de proximidad a sus presas, a las que alcanzarían con armas cortas. Los humanos modernos, sin embargo, procedían de terrenos africanos más abiertos y cazarían a mayor distancia. Cuando cambió el entorno y el bosque se fue abriendo, los neandertales quedarían en condiciones cada vez peores para su supervivencia.
“Este tipo de estudios interdisciplinares es extremadamente valioso para el avance de la investigación en evolución humana”, señala Arsuaga. “El ADN de los humanos prehistóricos ha aportado hallazgos inesperados en los últimos años. Es muy emocionante imaginar qué nuevos descubrimientos se producirán en los próximos años en este campo”, añade.
En los últimos años se han hecho varias investigaciones de ADN en fósiles neandertales, pero sobre todo orientadas a averiguar si hubo mezcla de genes entre aquella especie y la nuestra, pero no se había utilizado esta poderosa herramienta para conocer los cambios demográficos que pudieron sufrir, recalcan los investigadores suecos y españoles.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/24/actualidad/1330100057_161440.html
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Neander(thal) Park
Neander Park
* El genetista George Church plantea resucitar al neandertal, la otra especie humana e inteligente, y formar una colonia de individuos
* Además de obstáculos técnicos, la idea se enfrenta a dilemas éticos
* “El modo de pensar del neandertal podría resultarnos beneficioso”
Por Javier Sampedro
El Pais, Madrid 23 ENE 2013
El evolucionista neoyorkino Stephen Jay Gould, fallecido en 2002, se quejaba de que Hollywood se había pasado cien años repitiendo la misma historia de ficción científica: el genio con más audacia que talento al que su criatura se le va de las manos; una eterna repetición, en el fondo, del mito de Frankenstein salido de la imaginación de Mary Shelley en 1818. Y tal vez la ciencia del mundo real no se haya acercado más a ese cliché que ahora mismo, ante la posibilidad real de resucitar al hombre de Neandertal, el formidable habitante de Europa y Asia occidental que se extinguió en Gibraltar hace 30.000 años. ¿Cómo acabaría ahora la película? ¿Cómo la remataría Mary Shelley? ¿Y usted, lector?
Lo primero que haría falta serían unos científicos impetuosos que se propusieran resucitar al neandertal, pero este es un asunto que ya ha saltado a la estantería de no ficción. El genetista de Harvard George Church, que ha inventado el marketing genético al escribir en una molécula de ADN su propio libro —'Regénesis: cómo la bilogía sintética va a reinventar la naturaleza y a nosotros mismos'—, ha propuesto no ya resucitar a un neandertal, sino a toda una cuadrilla de ellos (ver entrevista adjunta).
Y entre los científicos que consideran técnicamente factible la resurrección de los neandertales —si no ahora mismo, sí en el plazo de sus vidas— milita nada menos que Svante Pääbo, jefe de genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, líder indiscutible de la paleogenética, o recuperación de ADN antiguo a partir de huesos fósiles, y máximo artífice de un reto científico que se consideraba imposible hace solo unos años: el genoma neandertal, la lectura de la secuencia (tgtaagc…) de los más de 3.000 millones de bases, o letras químicas del ADN, que portaban en el núcleo de cada una de sus células aquellos homínidos que dominaron Europa durante cientos de miles de años y hoy duermen el sueño fosilizado de los justos.
Tratemos provisionalmente de pasar por alto los problemas técnicos, algunos muy relevantes, para preguntarnos: una vez que sepamos resucitar al neandertal, ¿deberemos hacerlo? Ante este dilema moral caben dos clases de respuestas, la de los sabios cínicos —lo que puede hacerse acaba haciéndose— y la de los sabios de la 'realpolitik', que intentan prever escenarios y minimizar daños por si los cínicos acaban teniendo razón, que es lo habitual.
¿Por qué resucitar al neandertal? ¿Y por qué no hacerlo? ¿Cuáles son los riesgos, cuántas las ventanas abiertas, cuáles las oportunidades de negocio? Lo digo en serio: imaginen que un economista neandertal nos saca de la crisis.
En primer lugar, la resurrección del neandertal plantea lo que podría denominarse el dilema del ecologista. La técnica para hacerlo, por un lado, implica una serie de manipulaciones genéticas, hibridaciones cromosómicas y clonaciones embrionarias suficiente como para atragantar la cena de Nochebuena de cualquier amante de la naturaleza. Por otro lado, sin embargo, ¿qué amante de la naturaleza se opondría a la recuperación de una especie no ya en riesgo de extinción, sino tan extinta como lo pueda estar el tiranosaurio rex? Si el amor a la naturaleza es real, ¿no debería abarcar también a las naturalezas del pasado y a nuestros antecesores en el cuidado y usufructo del planeta?
Cabe imaginar, de hecho, una postura ética que defienda no ya nuestro derecho, sino incluso nuestro deber de recuperar a la especie. Después de 300.000 años campando a sus anchas por Europa, los neandertales empezaron a replegarse hacia el oeste en sospechosa coincidencia —dentro de los geológicos márgenes de error de la paleontología— con la llegada por el este de nuestra especie, el Homo sapiens, el último invento de la evolución de los homínidos en la Madre África.
El repliegue hacia el oeste de los neandertales no fue flor de un día —se prolongó por 10.000 años y se salpicó de ocasionales intercambios, y no solo comerciales—, pero fue consistente e implacable. Hasta el extremo de que los neandertales se extinguieron en Gibraltar, la última reserva occidental que se había librado de nuestro acoso. La irreductible aldea del hombre antiguo. El registro fósil no nos deja muy bien parados, y clonar al neandertal se puede interpretar como nuestro humilde resarcimiento por haber causado su extinción.
Por supuesto que el experimento puede salir mal, dando la razón una vez más a Mary Shelley y a la machaconería con que Hollywood ha reincidido en su reestreno. El neandertal podría morir en cualquier momento de su desarrollo embrionario o fetal o, peor aún, nacer con horribles malformaciones y grandes penalidades. O quizá naciera bien pero luego resultara ser un miserable, un psicópata, un impertinente. Aun si todo lo anterior va bien, ¿cómo sería el humor de un neandertal? No me digan que contaría chistes de Gibraltar.
La resurrección del neandertal va más allá del Parque Jurásico, la novela de 1990 en que Michael Crichton prefiguró el actual debate científico. Crichton predijo la recuperación de ADN antiguo, su clonación en los huevos de una especie distinta (su elección de la rana es ciertamente discutible, puesto que los pájaros evolucionaron de los dinosaurios) y la exhibición de los resultados en un parque de atracciones.
Pero el neandertal va mucho más allá de un dinosaurio, porque ahora hablamos de una especie humana, inteligente —su capacidad craneal era mayor que la nuestra— y lo bastante sensible como para cuidar de sus enfermos y enterrar a sus muertos. Exhibirlos en un parque de atracciones no parece una opción, ni encerrarlos en una jaula.
Y ahora escriban el final de la película. Y, por favor, intenten superar a Mary Shelley.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/22/actualidad/1358885200_037763.html
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ENTREVISTA | GEORGE CHURCH
“El modo de pensar del neandertal podría resultarnos beneficioso”
* El experto promueve la recuperación de la otra especie humana dando vida a una colonia de individuos.
* Asegura que su inteligencia quizás sea superior a la nuestra
PHILIP BETHGE / JOHANN GROLLE
El Pais, Madrid, 22 ENE 2013
En una entrevista de 'Der Spiegel', el experto en biología sintética George Church, de la Universidad de Harvard, explica cómo el ADN se convertirá en el material de construcción del futuro, capaz de crear seres humanos resistentes a los virus y posiblemente resucitar especies desaparecidas como el hombre de Neandertal.
George Church, de 58 años, es un pionero de la biología sintética, una disciplina cuyo objetivo es crear organismos y ADN sintéticos en el laboratorio. Durante la década de 1980, este catedrático de genética de la Universidad de Harvard ayudó a poner en marcha el Proyecto Genoma Humano, que creó un mapa del genoma humano. Además de su trabajo actual sobre el desarrollo de procedimientos acelerados de secuenciación y síntesis de ADN, también ha participado en la creación de unas dos docenas de empresas de biotecnología. En su nuevo libro Regenesis: How Synthetic Biology Will Reinvent Nature and Ourselves [Regénesis: de qué modo la biología sintética reinventará la naturaleza y a nosotros mismos], que también ha codificado en forma de cadenas de ADN y distribuido como pequeños chips de ADN, Church esboza la historia de una segunda Creación realizada por el hombre.
Der Spiegel se sentó hace poco con Church para charlar sobre su nuevo libro y la perspectiva de usar la biología sintética para recuperar al hombre de Neandertal de la extinción, así como sobre la idea de fabricar seres humanos resistentes a los virus.
Pregunta. Usted predijo que pronto sería posible clonar neandertales. ¿A qué se refería con “pronto”? ¿Será usted testigo del nacimiento de un bebé neandertal mientras aún viva?
Respuesta. Eso depende de muchísimas cosas, pero creo que sí. La razón por la que lo consideraría una posibilidad es que hay muchas tecnologías que se están desarrollando más deprisa que nunca. En concreto, leer y escribir el ADN es ahora alrededor de un millón de veces más rápido que hace siete u ocho años. Otra tecnología que se necesitaría para traer de vuelta al neandertal sería la clonación humana. Podemos clonar toda clase de mamíferos, así que es muy probable que podamos clonar un ser humano. ¿Por qué no íbamos a ser capaces de hacerlo?
P. ¿Quizás porque está prohibido?
R. Puede que sea así en Alemania, pero no está prohibido en todo el mundo. Y por cierto, las leyes pueden cambiar.
P. ¿Sería algo deseable el clonar a un neandertal?
R. Bueno, eso es diferente. Yo tiendo a decidir lo que es deseable basándome en el consenso social. Mi función consiste en determinar lo que es tecnológicamente factible. Todo lo que puedo hacer es reducir el riesgo y aumentar los beneficios.
P. Hablemos entonces de los posibles beneficios de un neandertal en este mundo.
R. Bueno, puede que los neandertales piensen de manera diferente a como lo hacemos nosotros. Sabemos que tenían un tamaño craneal mayor. Incluso podrían ser más inteligentes que nosotros. Llegado el momento de enfrentarse a una epidemia o escapar del planeta o lo que sea, cabe la posibilidad de que su modo de pensar pudiera resultar beneficioso.
P. ¿Cómo debemos imaginarnos eso: usted cría a los neandertales en un laboratorio, les pide que resuelvan problemas y de ese modo estudia su manera de pensar?
R. No, sin duda habría que crear una cohorte, para que así tuviesen algún sentido de la identidad. Incluso podrían crear una nueva cultura neoneandertal y convertirse en una fuerza política.
P. ¿No sería éticamente problemático crear a un neandertal solo por satisfacer la curiosidad científica?
R. Bueno, puede que la curiosidad forme parte de ello, pero no es la fuerza impulsora más importante. El principal objetivo es incrementar la diversidad. Lo que es malo para la sociedad es que haya poca diversidad. Esto es así para la cultura y la evolución, para las especies y también para las sociedades en general. Si uno se convierte en una monocultura, corre un gran riesgo de perecer. Por tanto, la recreación de los neandertales sería principalmente una forma de evitar riesgos sociales.
P. Dejando a un lado todas las dudas éticas, ¿cree que es técnicamente posible reproducir a un neandertal?
R. Lo primero que hay que hacer es secuenciar el genoma del hombre de Neandertal, y eso ya se ha hecho. El siguiente paso sería cortar este genoma en, por ejemplo, 10.000 trozos y luego sintetizarlos. Finalmente, se introducirían estos trozos en una célula madre humana. Si lo hacemos con la frecuencia suficiente, generaríamos una línea de células madre que se acercaría cada vez más a la secuencia correspondiente del neandertal. En mi laboratorio hemos desarrollado el procedimiento semiautomático necesario para hacerlo. Finalmente, unimos todos los trozos en una célula madre humana, lo que al final nos permitiría crear un clon neandertal.
P. Y las madres de alquiler serían humanas, ¿verdad? En su libro escribe que una “mujer humana extremadamente audaz” podría servir de madre de alquiler.
R. Sí. Sin embargo, el requisito previo sería, por supuesto, que la clonación humana fuese aceptable para la sociedad.
P. ¿Podría también detener el procedimiento a medio camino y crear un ser que fuese neandertal en un 50 %, usando esta tecnología?
R. Se podría y sería deseable. Incluso sería posible que a uno solo le interesasen unas cuantas mutaciones del genoma del neandertal. Suponga que uno cayese en la cuenta de que cinco mutaciones podrían cambiar las rutas neuronales, el tamaño del cráneo, unas cuantas cosas cruciales. Podrían aportarnos lo que queremos en cuanto a diversidad neural. Sin embargo, dudo que su morfología facial vaya a interesarnos especialmente (risas).
P. ¿Algún día sería posible descender aún más en la escala evolutiva y recrear ancestros todavía más antiguos como el australopiteco o el Homo erectus?
R. Bueno, se puede probar cualquier cosa si se tiene el ADN. El límite para encontrar fragmentos de ADN probablemente esté en torno al millón de años.
P. ¿Entonces no vamos a presenciar el regreso del hombre de las cavernas o los dinosaurios?
R. Probablemente no. Pero aun cuando uno no tenga el ADN, todavía es posible hacer algo que se le parezca. Por ejemplo, si quisiéramos fabricar un dinosaurio, primero nos fijaríamos en el avestruz, uno de sus parientes vivos más cercanos. Tomaríamos un avestruz, que es un ave de gran tamaño, y nos preguntaríamos: ¿qué diferencia hay entre las aves y los dinosaurios? ¿Cómo perdieron las manos las aves? Y trataríamos de identificar las mutaciones e intentaríamos construir el dinosaurio mediante ingeniería inversa. Creo que eso será factible.
P. ¿También cabe la posibilidad de crear formas vivientes que nunca hayan existido? ¿Qué hay, por ejemplo, de los conejos con alas?
R. Esa es una posibilidad más. Sin embargo, las cosas tienen que ser plausibles desde el punto de vista de la ingeniería. Hay una serie de elementos en las aves que hacen posible el vuelo, no solo las alas. Tienen huesos muy ligeros, plumas, músculos pectorales fuertes, y muchas otras cosas.
P. Los conejos voladores y los dinosaurios recreados son pura ciencia ficción actualmente. Pero a escala microbiana, los investigadores ya están creando vida sintética. Hay nuevas bacterias que detectan arsénico en el agua potable. Crean vacunas sintéticas y combustible diésel. Usted llama a estos organismos “máquinas novedosas”. ¿Qué relación guardan con las máquinas que conocemos?
R. Bueno, todos los organismos son mecánicos en cuanto a que están hechos de piezas móviles que se acoplan como engranajes. La única diferencia es que son increíblemente complejas. Son máquinas atómicamente precisas.
P. ¿Y para qué se utilizarán esas máquinas?
R. Las ciencias de la vida se apropiarán de casi cualquier otro tipo de manufacturación. No se limita a la agricultura y la medicina. Hasta podemos usar la biología de formas que no han sido empleadas en la propia evolución de la biología. Las moléculas de ADN, por ejemplo, podrían utilizarse como andamios tridimensionales para materiales inorgánicos, y con una precisión atómica. Se puede diseñar casi cualquier estructura que se desee con un ordenador, luego pulsar un botón, y ya está, ADN incorporado.
P. ¿El ADN como el material de construcción del futuro?
R. Exactamente. Y es asombroso. La biología es buena fabricando cosas que son muy precisas. Fíjense en los árboles por ejemplo. Los árboles son extremadamente complejos, al menos a escala molecular. Sin embargo, son tan baratos que los quemamos o los convertimos en mesas. Los árboles cuestan alrededor de 50 dólares por tonelada. Esto significa que se pueden fabricar cosas que tienen una precisión casi atómica por cinco centavos el kilo.
P. ¿Propone en serio construir toda clase de máquinas – coches, ordenadores o máquinas de café — a partir de ADN?
R. Pienso que hay muchas probabilidades de que eso sea posible. De hecho, los ordenadores fabricados con ADN serán mejores que los actuales porque tendrán procesadores todavía más pequeños y consumirán menos energía.
P. Analicemos un par de aplicaciones diferentes de la biología sintética. ¿Cuánto tiempo pasará, por ejemplo, hasta que podamos llenar los depósitos con un combustible que se haya producido usando microorganismos sintéticos?
R. El hecho es que ya tenemos organismos capaces de producir un combustible compatible con los motores de los coches actuales. Estos organismos convierten el dióxido de carbono y la luz en combustible por medio de la fotosíntesis, básicamente.
P. ¿Y lo hacen de un modo aceptable desde el punto de vista económico?
R. Si consideran que 0,29 dólares por litro de combustible es una buena cifra, entonces sí. Y el precio bajará. La mayoría de estos sistemas están como mínimo cinco veces por debajo de sus límites teóricos, puede que incluso 10 veces.
P. ¿Así que deberíamos incluir urgentemente la vida sintética en nuestros planes con vistas al futuro suministro de energía de Alemania?
R. Bueno, no creo necesariamente que ir despacio sea un error. No es que Alemania esté perdiendo terreno frente a muchos otros países ahora mismo, pero debería haber algún tipo de planificación sobre la ingeniería y la política.
¿Está Church jugando a ser Dios?
P. Tradicionalmente, a los alemanes les asustan los organismos genéticamente modificados (OGM).
R. Pero no olviden algo: los organismos de los que hablamos no serán OGM como los que se usan en la agricultura. Estos estarán en contenedores, de modo que si hay un proceso de planificación cuidadosa, yo diría que Alemania sería tan buena como cualquier país en esto.
P. En Alemania ha habido mucha oposición ciudadana feroz a la ingeniería genética. ¿Cómo ha vivido esto? ¿Le resulta molesto?
R. Todo lo contrario. Personalmente pienso que ha sido fructífero. Y creo que hay relativamente pocos casos en los que ese debate haya frenado el progreso tecnológico. Creo que debemos ser bastante cautos, pero eso no significa que debamos imponer moratorias a las nuevas tecnologías. Se trata de conceder permisos, supervisar, hacer pruebas. Y es verdad que debemos asegurarnos de educar a los ciudadanos al respecto. Sería estupendo que todos los políticos del mundo fueran tan espabilados para las tecnologías como el ciudadano medio lo es para la política.
P. La mejor forma de que se acepten esas tecnologías es que se apliquen primero en el ámbito médico...
R. Sí, y las posibilidades de la vida sintética son especialmente numerosas en el sector farmacéutico. Es posible que los fármacos clásicos, basados en pequeñas moléculas, tengan los días contados. De hecho, es un milagro que hayan llegado siquiera a funcionar. Es como si medicaran el cuerpo entero. Producen reacciones cruzadas con otras moléculas. Ahora estamos mejorando cada vez más en la programación celular. Así que creo que las terapias celulares van a ser el próximo gran hallazgo. Si se modifican mediante ingeniería los genomas y las células, se consigue un grado de complejidad increíble. Utilizando el virus del sida como ejemplo...
P. ... ¿Una enfermedad que también quiere erradicar con la terapia celular?
R. Sí. Lo que hay que hacer es extraer del cuerpo los precursores de las células sanguíneas, modificarlos mediante ingeniería usando la terapia génica para silenciar ambas copias del gen CCR5, que es el receptor del VIH, y luego reintroducirlos en el cuerpo. De ese modo ya no es posible contraer el sida, porque el virus no puede entrar en las células.
P. ¿Nos equivocamos al suponer que tampoco dudaría usted en usar la terapia celular con gérmenes, si de esa manera pudiera mejorar genéticamente a los humanos?
R. Bueno, ya hay terapias con células madre. Hay trasplantes de células madre hematopoyéticas que se realizan de forma generalizada y trasplantes de células madre de la piel. Una vez que se tenga la experiencia suficiente con estas técnicas, se puede empezar a hablar de la clonación humana. Una de las cosas que hay que hacer es modificar mediante ingeniería nuestras células para que tengan menos posibilidades de desarrollar cáncer. Y luego, una vez que tengamos una menor probabilidad de cáncer, podemos aumentar su capacidad de autorrenovación, de modo que la probabilidad de senescencia sea menor. Tenemos personas que viven hasta los 120 años. ¿Y si todos pudiésemos vivir 120 años? Eso podría considerarse deseable.
P. Pero usted no tiene ninguna idea de qué genes modificar a fin de alcanzar ese objetivo.
R. Para averiguarlo, ahora nos estamos dedicando a secuenciar el genoma de tantas personas como sea posible que hayan vivido más de 110 años. Solo hay 60 personas así en todo el mundo de las que tengamos conocimiento.
P. ¿Tienen ya algún resultado?
R. Es demasiado pronto para saberlo. Pero hemos tomado muestras de ADN de unas 20 de ellas y el análisis acaba de empezar.
P. ¿Espera que todas ellas tengan una misma mutación que garantice la longevidad?
R. Es una posibilidad. La otra posibilidad es que cada una tenga su propia pequeña ventaja sobre el resto de la gente. Lo que buscamos son alelos protectores. Si cada una tiene su propia respuesta, podemos analizarlas y preguntarnos: ¿qué pasa si las ponemos todas en una misma persona? ¿Se anulan las unas a las otras, o se complementan?
P. ¿Realmente imagina una nueva era en la que los genes se usen como cura contra el envejecimiento?
R. ¿Por qué no? Muchas cosas que antes se dejaban a la suerte ya no tienen que abandonarse si añadimos la biología sintética a la ecuación. Pongamos un ejemplo: la resistencia a los virus...
P. ... ¿Que también puede conseguirse usando la biología sintética?
R. Sí, resulta que hay determinadas maneras de hacer que los organismos de cualquier clase sean resistentes a cualquier virus. Si se modifica el código genético...
P. ... ¿Se refiere al código que todas las formas de vida de la Tierra emplean para codificar la información genética?
R. Exactamente. Es posible cambiar ese código. Estamos probándolo en bacterias y es muy probable que se pueda crear una E. coli completamente resistente a los virus, por ejemplo. Pero no lo sabremos hasta que lo consigamos. Y no prometo nada. Solo estoy abriendo un camino para que la gente pueda ver los posibles futuros que tenemos.
P. Y si funciona en bacterias, ¿se supone que luego podrá pasar a las plantas, a los animales e incluso a los seres humanos? ¿Y eso significa que ya no habrá más sarampión, ni más rabia, ni tampoco más gripe?
R. Claro. Y eso, por cierto, sería otro argumento para la clonación, ya que es probable que la clonación vaya a ser reconocida como la mejor forma de crear dicha resistencia a los virus en los seres humanos. Mientras sea segura y se pruebe despacio, podría ganar aceptación. Y no la estoy defendiendo. Solo estoy diciendo que esto es lo que podría suceder.
P. Todo parece muy fácil y sencillo. ¿No son los procesos biológicos mucho más complicados de lo que le gustaría hacernos creer?
R. Sí, la biología es complicada, pero en realidad es más sencilla que muchas otras tecnologías que estamos utilizando. Es porque hemos recibido un gran don que la biología nos ha dado. Podemos coger simplemente un poco de ADN e introducirlo en una célula madre humana, y el resto se monta solo. Simplemente sucede. Es como si un ingeniero experto aparcase una nave espacial en nuestro patio trasero sin muchos manuales de instrucciones, pero con muchos extras que se explican por sí solos. Eliges algo y sabes más o menos lo que hace después de un pequeño estudio.
P. ¿Entiende que habrá gente que se sienta bastante incómoda con la idea de cambiar el genoma de la especie humana?
R. Creo que, de todas maneras, la definición de especie está a punto de cambiar. Hasta el momento, la definición de distintas especies ha sido que no pueden intercambiar ADN. Pero cada vez más, se está eliminando la barrera entre especies. Los seres humanos compartirán probablemente genes con toda clase de organismos.
P. Primero propone cambiar el código genético que tiene 3.000 millones de años de antigüedad. Luego explica que quiere crear un hombre nuevo y mejor. ¿Se extraña cuando la gente le acusa de jugar a ser Dios?
R. Sin duda alguna, respeto la fe de otras personas. Pero, en general, en la religión no quieres que la gente se muera de hambre. Hay 7.000 millones de personas viviendo en este planeta. Si parte de la solución para alimentar a esas personas pasa por hacer que sus cultivos sean resistentes a los virus, entonces uno tiene que preguntarse: ¿realmente existe algo en la Biblia que diga que no se deberían hacer cultivos que sean resistentes a los virus? No creo que hacer un cultivo resistente a los virus sea básicamente más problemático desde un punto de vista religioso que manipular genéticamente un perro, una vaca o un caballo de la forma en que lo hemos estado haciendo durante 10.000 años.
P. Los cultivos resistentes a los virus son una cosa. Los seres humanos resistentes a los virus son algo totalmente diferente.
R. ¿Por qué? En la tecnología, en general no damos grandes saltos. Es un progreso lento. No vamos a hacer un ser humano resistente a los virus antes de que hagamos una vaca resistente a los virus. No entiendo por qué la gente debería sentirse tan profundamente ofendida por esa clase de tecnología.
P. Aparte de la oposición religiosa, la biotecnología también provoca temores muy reales, como el de las formas de vida artificiales que podrían resultar ser virus asesinos peligrosos. ¿No necesitamos tomar precauciones especiales?
R. Tenemos que ser muy precavidos, estoy totalmente de acuerdo. Casi nunca me muestro contrario a la precaución o la regulación. De hecho, las pedí para los permisos de comercialización y para vigilar la biología artificial. Sí, creo que los riesgos son elevados. Los riesgos de no hacer nada también lo son, si tiene en cuenta que hay 7.000 millones de personas que necesitan alimentos y que están contaminando el medio ambiente.
P. Señor Church, ¿cree usted en Dios?
R. Estaría ciego si no viese que la fe, en un sentido general, nos ha llevado a donde estamos hoy en día. La fe es una fuerza muy poderosa en la historia de la humanidad. Por eso respeto mucho las diferentes clases de fe. Al igual que pienso que la diversidad es algo muy bueno desde el punto de vista genético, y que también es algo bueno desde el punto de vista social.
P. Pero está hablando de la fe de otras personas. ¿Qué pasa con su propia fe?
R. Tengo fe en que la ciencia es algo bueno. En serio, diría que siento mucha “admiración” por la naturaleza. De hecho, creo que, hasta cierto punto, “admiración” fue una palabra casi inventada por los científicos. No todos los científicos sienten admiración, pero los científicos están en mejor lugar para sentir admiración que casi cualquier otra persona en el mundo, porque en realidad pueden imaginarse todas las diferentes escalas y toda la complejidad. Un poeta ve una flor y puede hablar sin descanso de lo bonitos que son sus colores. Pero lo que el poeta no ve es el xilema, el floema, el polen, las miles de generaciones de reproducción y los miles de millones de años antes de eso. Todo eso solo está a disposición de los científicos.
P. Señor Church, le agradecemos esta conversación.
Traducción de News Clips.
© 2013 Der Spiegel. New York Times Service.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/22/actualidad/1358880640_886356.html
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* El genetista George Church plantea resucitar al neandertal, la otra especie humana e inteligente, y formar una colonia de individuos
* Además de obstáculos técnicos, la idea se enfrenta a dilemas éticos
* “El modo de pensar del neandertal podría resultarnos beneficioso”
Por Javier Sampedro
El Pais, Madrid 23 ENE 2013
El evolucionista neoyorkino Stephen Jay Gould, fallecido en 2002, se quejaba de que Hollywood se había pasado cien años repitiendo la misma historia de ficción científica: el genio con más audacia que talento al que su criatura se le va de las manos; una eterna repetición, en el fondo, del mito de Frankenstein salido de la imaginación de Mary Shelley en 1818. Y tal vez la ciencia del mundo real no se haya acercado más a ese cliché que ahora mismo, ante la posibilidad real de resucitar al hombre de Neandertal, el formidable habitante de Europa y Asia occidental que se extinguió en Gibraltar hace 30.000 años. ¿Cómo acabaría ahora la película? ¿Cómo la remataría Mary Shelley? ¿Y usted, lector?
Lo primero que haría falta serían unos científicos impetuosos que se propusieran resucitar al neandertal, pero este es un asunto que ya ha saltado a la estantería de no ficción. El genetista de Harvard George Church, que ha inventado el marketing genético al escribir en una molécula de ADN su propio libro —'Regénesis: cómo la bilogía sintética va a reinventar la naturaleza y a nosotros mismos'—, ha propuesto no ya resucitar a un neandertal, sino a toda una cuadrilla de ellos (ver entrevista adjunta).
Y entre los científicos que consideran técnicamente factible la resurrección de los neandertales —si no ahora mismo, sí en el plazo de sus vidas— milita nada menos que Svante Pääbo, jefe de genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, líder indiscutible de la paleogenética, o recuperación de ADN antiguo a partir de huesos fósiles, y máximo artífice de un reto científico que se consideraba imposible hace solo unos años: el genoma neandertal, la lectura de la secuencia (tgtaagc…) de los más de 3.000 millones de bases, o letras químicas del ADN, que portaban en el núcleo de cada una de sus células aquellos homínidos que dominaron Europa durante cientos de miles de años y hoy duermen el sueño fosilizado de los justos.
Tratemos provisionalmente de pasar por alto los problemas técnicos, algunos muy relevantes, para preguntarnos: una vez que sepamos resucitar al neandertal, ¿deberemos hacerlo? Ante este dilema moral caben dos clases de respuestas, la de los sabios cínicos —lo que puede hacerse acaba haciéndose— y la de los sabios de la 'realpolitik', que intentan prever escenarios y minimizar daños por si los cínicos acaban teniendo razón, que es lo habitual.
¿Por qué resucitar al neandertal? ¿Y por qué no hacerlo? ¿Cuáles son los riesgos, cuántas las ventanas abiertas, cuáles las oportunidades de negocio? Lo digo en serio: imaginen que un economista neandertal nos saca de la crisis.
En primer lugar, la resurrección del neandertal plantea lo que podría denominarse el dilema del ecologista. La técnica para hacerlo, por un lado, implica una serie de manipulaciones genéticas, hibridaciones cromosómicas y clonaciones embrionarias suficiente como para atragantar la cena de Nochebuena de cualquier amante de la naturaleza. Por otro lado, sin embargo, ¿qué amante de la naturaleza se opondría a la recuperación de una especie no ya en riesgo de extinción, sino tan extinta como lo pueda estar el tiranosaurio rex? Si el amor a la naturaleza es real, ¿no debería abarcar también a las naturalezas del pasado y a nuestros antecesores en el cuidado y usufructo del planeta?
Cabe imaginar, de hecho, una postura ética que defienda no ya nuestro derecho, sino incluso nuestro deber de recuperar a la especie. Después de 300.000 años campando a sus anchas por Europa, los neandertales empezaron a replegarse hacia el oeste en sospechosa coincidencia —dentro de los geológicos márgenes de error de la paleontología— con la llegada por el este de nuestra especie, el Homo sapiens, el último invento de la evolución de los homínidos en la Madre África.
El repliegue hacia el oeste de los neandertales no fue flor de un día —se prolongó por 10.000 años y se salpicó de ocasionales intercambios, y no solo comerciales—, pero fue consistente e implacable. Hasta el extremo de que los neandertales se extinguieron en Gibraltar, la última reserva occidental que se había librado de nuestro acoso. La irreductible aldea del hombre antiguo. El registro fósil no nos deja muy bien parados, y clonar al neandertal se puede interpretar como nuestro humilde resarcimiento por haber causado su extinción.
Por supuesto que el experimento puede salir mal, dando la razón una vez más a Mary Shelley y a la machaconería con que Hollywood ha reincidido en su reestreno. El neandertal podría morir en cualquier momento de su desarrollo embrionario o fetal o, peor aún, nacer con horribles malformaciones y grandes penalidades. O quizá naciera bien pero luego resultara ser un miserable, un psicópata, un impertinente. Aun si todo lo anterior va bien, ¿cómo sería el humor de un neandertal? No me digan que contaría chistes de Gibraltar.
La resurrección del neandertal va más allá del Parque Jurásico, la novela de 1990 en que Michael Crichton prefiguró el actual debate científico. Crichton predijo la recuperación de ADN antiguo, su clonación en los huevos de una especie distinta (su elección de la rana es ciertamente discutible, puesto que los pájaros evolucionaron de los dinosaurios) y la exhibición de los resultados en un parque de atracciones.
Pero el neandertal va mucho más allá de un dinosaurio, porque ahora hablamos de una especie humana, inteligente —su capacidad craneal era mayor que la nuestra— y lo bastante sensible como para cuidar de sus enfermos y enterrar a sus muertos. Exhibirlos en un parque de atracciones no parece una opción, ni encerrarlos en una jaula.
Y ahora escriban el final de la película. Y, por favor, intenten superar a Mary Shelley.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/22/actualidad/1358885200_037763.html
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ENTREVISTA | GEORGE CHURCH
“El modo de pensar del neandertal podría resultarnos beneficioso”
* El experto promueve la recuperación de la otra especie humana dando vida a una colonia de individuos.
* Asegura que su inteligencia quizás sea superior a la nuestra
PHILIP BETHGE / JOHANN GROLLE
El Pais, Madrid, 22 ENE 2013
En una entrevista de 'Der Spiegel', el experto en biología sintética George Church, de la Universidad de Harvard, explica cómo el ADN se convertirá en el material de construcción del futuro, capaz de crear seres humanos resistentes a los virus y posiblemente resucitar especies desaparecidas como el hombre de Neandertal.
George Church, de 58 años, es un pionero de la biología sintética, una disciplina cuyo objetivo es crear organismos y ADN sintéticos en el laboratorio. Durante la década de 1980, este catedrático de genética de la Universidad de Harvard ayudó a poner en marcha el Proyecto Genoma Humano, que creó un mapa del genoma humano. Además de su trabajo actual sobre el desarrollo de procedimientos acelerados de secuenciación y síntesis de ADN, también ha participado en la creación de unas dos docenas de empresas de biotecnología. En su nuevo libro Regenesis: How Synthetic Biology Will Reinvent Nature and Ourselves [Regénesis: de qué modo la biología sintética reinventará la naturaleza y a nosotros mismos], que también ha codificado en forma de cadenas de ADN y distribuido como pequeños chips de ADN, Church esboza la historia de una segunda Creación realizada por el hombre.
Der Spiegel se sentó hace poco con Church para charlar sobre su nuevo libro y la perspectiva de usar la biología sintética para recuperar al hombre de Neandertal de la extinción, así como sobre la idea de fabricar seres humanos resistentes a los virus.
Pregunta. Usted predijo que pronto sería posible clonar neandertales. ¿A qué se refería con “pronto”? ¿Será usted testigo del nacimiento de un bebé neandertal mientras aún viva?
Respuesta. Eso depende de muchísimas cosas, pero creo que sí. La razón por la que lo consideraría una posibilidad es que hay muchas tecnologías que se están desarrollando más deprisa que nunca. En concreto, leer y escribir el ADN es ahora alrededor de un millón de veces más rápido que hace siete u ocho años. Otra tecnología que se necesitaría para traer de vuelta al neandertal sería la clonación humana. Podemos clonar toda clase de mamíferos, así que es muy probable que podamos clonar un ser humano. ¿Por qué no íbamos a ser capaces de hacerlo?
P. ¿Quizás porque está prohibido?
R. Puede que sea así en Alemania, pero no está prohibido en todo el mundo. Y por cierto, las leyes pueden cambiar.
P. ¿Sería algo deseable el clonar a un neandertal?
R. Bueno, eso es diferente. Yo tiendo a decidir lo que es deseable basándome en el consenso social. Mi función consiste en determinar lo que es tecnológicamente factible. Todo lo que puedo hacer es reducir el riesgo y aumentar los beneficios.
P. Hablemos entonces de los posibles beneficios de un neandertal en este mundo.
R. Bueno, puede que los neandertales piensen de manera diferente a como lo hacemos nosotros. Sabemos que tenían un tamaño craneal mayor. Incluso podrían ser más inteligentes que nosotros. Llegado el momento de enfrentarse a una epidemia o escapar del planeta o lo que sea, cabe la posibilidad de que su modo de pensar pudiera resultar beneficioso.
P. ¿Cómo debemos imaginarnos eso: usted cría a los neandertales en un laboratorio, les pide que resuelvan problemas y de ese modo estudia su manera de pensar?
R. No, sin duda habría que crear una cohorte, para que así tuviesen algún sentido de la identidad. Incluso podrían crear una nueva cultura neoneandertal y convertirse en una fuerza política.
P. ¿No sería éticamente problemático crear a un neandertal solo por satisfacer la curiosidad científica?
R. Bueno, puede que la curiosidad forme parte de ello, pero no es la fuerza impulsora más importante. El principal objetivo es incrementar la diversidad. Lo que es malo para la sociedad es que haya poca diversidad. Esto es así para la cultura y la evolución, para las especies y también para las sociedades en general. Si uno se convierte en una monocultura, corre un gran riesgo de perecer. Por tanto, la recreación de los neandertales sería principalmente una forma de evitar riesgos sociales.
P. Dejando a un lado todas las dudas éticas, ¿cree que es técnicamente posible reproducir a un neandertal?
R. Lo primero que hay que hacer es secuenciar el genoma del hombre de Neandertal, y eso ya se ha hecho. El siguiente paso sería cortar este genoma en, por ejemplo, 10.000 trozos y luego sintetizarlos. Finalmente, se introducirían estos trozos en una célula madre humana. Si lo hacemos con la frecuencia suficiente, generaríamos una línea de células madre que se acercaría cada vez más a la secuencia correspondiente del neandertal. En mi laboratorio hemos desarrollado el procedimiento semiautomático necesario para hacerlo. Finalmente, unimos todos los trozos en una célula madre humana, lo que al final nos permitiría crear un clon neandertal.
P. Y las madres de alquiler serían humanas, ¿verdad? En su libro escribe que una “mujer humana extremadamente audaz” podría servir de madre de alquiler.
R. Sí. Sin embargo, el requisito previo sería, por supuesto, que la clonación humana fuese aceptable para la sociedad.
P. ¿Podría también detener el procedimiento a medio camino y crear un ser que fuese neandertal en un 50 %, usando esta tecnología?
R. Se podría y sería deseable. Incluso sería posible que a uno solo le interesasen unas cuantas mutaciones del genoma del neandertal. Suponga que uno cayese en la cuenta de que cinco mutaciones podrían cambiar las rutas neuronales, el tamaño del cráneo, unas cuantas cosas cruciales. Podrían aportarnos lo que queremos en cuanto a diversidad neural. Sin embargo, dudo que su morfología facial vaya a interesarnos especialmente (risas).
P. ¿Algún día sería posible descender aún más en la escala evolutiva y recrear ancestros todavía más antiguos como el australopiteco o el Homo erectus?
R. Bueno, se puede probar cualquier cosa si se tiene el ADN. El límite para encontrar fragmentos de ADN probablemente esté en torno al millón de años.
P. ¿Entonces no vamos a presenciar el regreso del hombre de las cavernas o los dinosaurios?
R. Probablemente no. Pero aun cuando uno no tenga el ADN, todavía es posible hacer algo que se le parezca. Por ejemplo, si quisiéramos fabricar un dinosaurio, primero nos fijaríamos en el avestruz, uno de sus parientes vivos más cercanos. Tomaríamos un avestruz, que es un ave de gran tamaño, y nos preguntaríamos: ¿qué diferencia hay entre las aves y los dinosaurios? ¿Cómo perdieron las manos las aves? Y trataríamos de identificar las mutaciones e intentaríamos construir el dinosaurio mediante ingeniería inversa. Creo que eso será factible.
P. ¿También cabe la posibilidad de crear formas vivientes que nunca hayan existido? ¿Qué hay, por ejemplo, de los conejos con alas?
R. Esa es una posibilidad más. Sin embargo, las cosas tienen que ser plausibles desde el punto de vista de la ingeniería. Hay una serie de elementos en las aves que hacen posible el vuelo, no solo las alas. Tienen huesos muy ligeros, plumas, músculos pectorales fuertes, y muchas otras cosas.
P. Los conejos voladores y los dinosaurios recreados son pura ciencia ficción actualmente. Pero a escala microbiana, los investigadores ya están creando vida sintética. Hay nuevas bacterias que detectan arsénico en el agua potable. Crean vacunas sintéticas y combustible diésel. Usted llama a estos organismos “máquinas novedosas”. ¿Qué relación guardan con las máquinas que conocemos?
R. Bueno, todos los organismos son mecánicos en cuanto a que están hechos de piezas móviles que se acoplan como engranajes. La única diferencia es que son increíblemente complejas. Son máquinas atómicamente precisas.
P. ¿Y para qué se utilizarán esas máquinas?
R. Las ciencias de la vida se apropiarán de casi cualquier otro tipo de manufacturación. No se limita a la agricultura y la medicina. Hasta podemos usar la biología de formas que no han sido empleadas en la propia evolución de la biología. Las moléculas de ADN, por ejemplo, podrían utilizarse como andamios tridimensionales para materiales inorgánicos, y con una precisión atómica. Se puede diseñar casi cualquier estructura que se desee con un ordenador, luego pulsar un botón, y ya está, ADN incorporado.
P. ¿El ADN como el material de construcción del futuro?
R. Exactamente. Y es asombroso. La biología es buena fabricando cosas que son muy precisas. Fíjense en los árboles por ejemplo. Los árboles son extremadamente complejos, al menos a escala molecular. Sin embargo, son tan baratos que los quemamos o los convertimos en mesas. Los árboles cuestan alrededor de 50 dólares por tonelada. Esto significa que se pueden fabricar cosas que tienen una precisión casi atómica por cinco centavos el kilo.
P. ¿Propone en serio construir toda clase de máquinas – coches, ordenadores o máquinas de café — a partir de ADN?
R. Pienso que hay muchas probabilidades de que eso sea posible. De hecho, los ordenadores fabricados con ADN serán mejores que los actuales porque tendrán procesadores todavía más pequeños y consumirán menos energía.
P. Analicemos un par de aplicaciones diferentes de la biología sintética. ¿Cuánto tiempo pasará, por ejemplo, hasta que podamos llenar los depósitos con un combustible que se haya producido usando microorganismos sintéticos?
R. El hecho es que ya tenemos organismos capaces de producir un combustible compatible con los motores de los coches actuales. Estos organismos convierten el dióxido de carbono y la luz en combustible por medio de la fotosíntesis, básicamente.
P. ¿Y lo hacen de un modo aceptable desde el punto de vista económico?
R. Si consideran que 0,29 dólares por litro de combustible es una buena cifra, entonces sí. Y el precio bajará. La mayoría de estos sistemas están como mínimo cinco veces por debajo de sus límites teóricos, puede que incluso 10 veces.
P. ¿Así que deberíamos incluir urgentemente la vida sintética en nuestros planes con vistas al futuro suministro de energía de Alemania?
R. Bueno, no creo necesariamente que ir despacio sea un error. No es que Alemania esté perdiendo terreno frente a muchos otros países ahora mismo, pero debería haber algún tipo de planificación sobre la ingeniería y la política.
¿Está Church jugando a ser Dios?
P. Tradicionalmente, a los alemanes les asustan los organismos genéticamente modificados (OGM).
R. Pero no olviden algo: los organismos de los que hablamos no serán OGM como los que se usan en la agricultura. Estos estarán en contenedores, de modo que si hay un proceso de planificación cuidadosa, yo diría que Alemania sería tan buena como cualquier país en esto.
P. En Alemania ha habido mucha oposición ciudadana feroz a la ingeniería genética. ¿Cómo ha vivido esto? ¿Le resulta molesto?
R. Todo lo contrario. Personalmente pienso que ha sido fructífero. Y creo que hay relativamente pocos casos en los que ese debate haya frenado el progreso tecnológico. Creo que debemos ser bastante cautos, pero eso no significa que debamos imponer moratorias a las nuevas tecnologías. Se trata de conceder permisos, supervisar, hacer pruebas. Y es verdad que debemos asegurarnos de educar a los ciudadanos al respecto. Sería estupendo que todos los políticos del mundo fueran tan espabilados para las tecnologías como el ciudadano medio lo es para la política.
P. La mejor forma de que se acepten esas tecnologías es que se apliquen primero en el ámbito médico...
R. Sí, y las posibilidades de la vida sintética son especialmente numerosas en el sector farmacéutico. Es posible que los fármacos clásicos, basados en pequeñas moléculas, tengan los días contados. De hecho, es un milagro que hayan llegado siquiera a funcionar. Es como si medicaran el cuerpo entero. Producen reacciones cruzadas con otras moléculas. Ahora estamos mejorando cada vez más en la programación celular. Así que creo que las terapias celulares van a ser el próximo gran hallazgo. Si se modifican mediante ingeniería los genomas y las células, se consigue un grado de complejidad increíble. Utilizando el virus del sida como ejemplo...
P. ... ¿Una enfermedad que también quiere erradicar con la terapia celular?
R. Sí. Lo que hay que hacer es extraer del cuerpo los precursores de las células sanguíneas, modificarlos mediante ingeniería usando la terapia génica para silenciar ambas copias del gen CCR5, que es el receptor del VIH, y luego reintroducirlos en el cuerpo. De ese modo ya no es posible contraer el sida, porque el virus no puede entrar en las células.
P. ¿Nos equivocamos al suponer que tampoco dudaría usted en usar la terapia celular con gérmenes, si de esa manera pudiera mejorar genéticamente a los humanos?
R. Bueno, ya hay terapias con células madre. Hay trasplantes de células madre hematopoyéticas que se realizan de forma generalizada y trasplantes de células madre de la piel. Una vez que se tenga la experiencia suficiente con estas técnicas, se puede empezar a hablar de la clonación humana. Una de las cosas que hay que hacer es modificar mediante ingeniería nuestras células para que tengan menos posibilidades de desarrollar cáncer. Y luego, una vez que tengamos una menor probabilidad de cáncer, podemos aumentar su capacidad de autorrenovación, de modo que la probabilidad de senescencia sea menor. Tenemos personas que viven hasta los 120 años. ¿Y si todos pudiésemos vivir 120 años? Eso podría considerarse deseable.
P. Pero usted no tiene ninguna idea de qué genes modificar a fin de alcanzar ese objetivo.
R. Para averiguarlo, ahora nos estamos dedicando a secuenciar el genoma de tantas personas como sea posible que hayan vivido más de 110 años. Solo hay 60 personas así en todo el mundo de las que tengamos conocimiento.
P. ¿Tienen ya algún resultado?
R. Es demasiado pronto para saberlo. Pero hemos tomado muestras de ADN de unas 20 de ellas y el análisis acaba de empezar.
P. ¿Espera que todas ellas tengan una misma mutación que garantice la longevidad?
R. Es una posibilidad. La otra posibilidad es que cada una tenga su propia pequeña ventaja sobre el resto de la gente. Lo que buscamos son alelos protectores. Si cada una tiene su propia respuesta, podemos analizarlas y preguntarnos: ¿qué pasa si las ponemos todas en una misma persona? ¿Se anulan las unas a las otras, o se complementan?
P. ¿Realmente imagina una nueva era en la que los genes se usen como cura contra el envejecimiento?
R. ¿Por qué no? Muchas cosas que antes se dejaban a la suerte ya no tienen que abandonarse si añadimos la biología sintética a la ecuación. Pongamos un ejemplo: la resistencia a los virus...
P. ... ¿Que también puede conseguirse usando la biología sintética?
R. Sí, resulta que hay determinadas maneras de hacer que los organismos de cualquier clase sean resistentes a cualquier virus. Si se modifica el código genético...
P. ... ¿Se refiere al código que todas las formas de vida de la Tierra emplean para codificar la información genética?
R. Exactamente. Es posible cambiar ese código. Estamos probándolo en bacterias y es muy probable que se pueda crear una E. coli completamente resistente a los virus, por ejemplo. Pero no lo sabremos hasta que lo consigamos. Y no prometo nada. Solo estoy abriendo un camino para que la gente pueda ver los posibles futuros que tenemos.
P. Y si funciona en bacterias, ¿se supone que luego podrá pasar a las plantas, a los animales e incluso a los seres humanos? ¿Y eso significa que ya no habrá más sarampión, ni más rabia, ni tampoco más gripe?
R. Claro. Y eso, por cierto, sería otro argumento para la clonación, ya que es probable que la clonación vaya a ser reconocida como la mejor forma de crear dicha resistencia a los virus en los seres humanos. Mientras sea segura y se pruebe despacio, podría ganar aceptación. Y no la estoy defendiendo. Solo estoy diciendo que esto es lo que podría suceder.
P. Todo parece muy fácil y sencillo. ¿No son los procesos biológicos mucho más complicados de lo que le gustaría hacernos creer?
R. Sí, la biología es complicada, pero en realidad es más sencilla que muchas otras tecnologías que estamos utilizando. Es porque hemos recibido un gran don que la biología nos ha dado. Podemos coger simplemente un poco de ADN e introducirlo en una célula madre humana, y el resto se monta solo. Simplemente sucede. Es como si un ingeniero experto aparcase una nave espacial en nuestro patio trasero sin muchos manuales de instrucciones, pero con muchos extras que se explican por sí solos. Eliges algo y sabes más o menos lo que hace después de un pequeño estudio.
P. ¿Entiende que habrá gente que se sienta bastante incómoda con la idea de cambiar el genoma de la especie humana?
R. Creo que, de todas maneras, la definición de especie está a punto de cambiar. Hasta el momento, la definición de distintas especies ha sido que no pueden intercambiar ADN. Pero cada vez más, se está eliminando la barrera entre especies. Los seres humanos compartirán probablemente genes con toda clase de organismos.
P. Primero propone cambiar el código genético que tiene 3.000 millones de años de antigüedad. Luego explica que quiere crear un hombre nuevo y mejor. ¿Se extraña cuando la gente le acusa de jugar a ser Dios?
R. Sin duda alguna, respeto la fe de otras personas. Pero, en general, en la religión no quieres que la gente se muera de hambre. Hay 7.000 millones de personas viviendo en este planeta. Si parte de la solución para alimentar a esas personas pasa por hacer que sus cultivos sean resistentes a los virus, entonces uno tiene que preguntarse: ¿realmente existe algo en la Biblia que diga que no se deberían hacer cultivos que sean resistentes a los virus? No creo que hacer un cultivo resistente a los virus sea básicamente más problemático desde un punto de vista religioso que manipular genéticamente un perro, una vaca o un caballo de la forma en que lo hemos estado haciendo durante 10.000 años.
P. Los cultivos resistentes a los virus son una cosa. Los seres humanos resistentes a los virus son algo totalmente diferente.
R. ¿Por qué? En la tecnología, en general no damos grandes saltos. Es un progreso lento. No vamos a hacer un ser humano resistente a los virus antes de que hagamos una vaca resistente a los virus. No entiendo por qué la gente debería sentirse tan profundamente ofendida por esa clase de tecnología.
P. Aparte de la oposición religiosa, la biotecnología también provoca temores muy reales, como el de las formas de vida artificiales que podrían resultar ser virus asesinos peligrosos. ¿No necesitamos tomar precauciones especiales?
R. Tenemos que ser muy precavidos, estoy totalmente de acuerdo. Casi nunca me muestro contrario a la precaución o la regulación. De hecho, las pedí para los permisos de comercialización y para vigilar la biología artificial. Sí, creo que los riesgos son elevados. Los riesgos de no hacer nada también lo son, si tiene en cuenta que hay 7.000 millones de personas que necesitan alimentos y que están contaminando el medio ambiente.
P. Señor Church, ¿cree usted en Dios?
R. Estaría ciego si no viese que la fe, en un sentido general, nos ha llevado a donde estamos hoy en día. La fe es una fuerza muy poderosa en la historia de la humanidad. Por eso respeto mucho las diferentes clases de fe. Al igual que pienso que la diversidad es algo muy bueno desde el punto de vista genético, y que también es algo bueno desde el punto de vista social.
P. Pero está hablando de la fe de otras personas. ¿Qué pasa con su propia fe?
R. Tengo fe en que la ciencia es algo bueno. En serio, diría que siento mucha “admiración” por la naturaleza. De hecho, creo que, hasta cierto punto, “admiración” fue una palabra casi inventada por los científicos. No todos los científicos sienten admiración, pero los científicos están en mejor lugar para sentir admiración que casi cualquier otra persona en el mundo, porque en realidad pueden imaginarse todas las diferentes escalas y toda la complejidad. Un poeta ve una flor y puede hablar sin descanso de lo bonitos que son sus colores. Pero lo que el poeta no ve es el xilema, el floema, el polen, las miles de generaciones de reproducción y los miles de millones de años antes de eso. Todo eso solo está a disposición de los científicos.
P. Señor Church, le agradecemos esta conversación.
Traducción de News Clips.
© 2013 Der Spiegel. New York Times Service.
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* Tomado de: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/22/actualidad/1358880640_886356.html
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