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domingo, 17 de mayo de 2009
"Juana la Loca" (2001) - 1
Vicente Aranda recrea los engaños y los celos que enloquecieron a Juana de Castilla
El cineasta rueda en Portugal una nueva versión de la obra de teatro [decimonónica] 'Locura de amor'
ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS
"El Pais" - Madrid - 22/11/2000
Si Juana la Loca viviera hoy, no sería una loca, "al menos no de manicomio", afirma el cineasta Vicente Aranda. El director rueda entre Portugal, Madrid y Burgos una nueva versión de Locura de amor [1855], la obra de teatro de Manuel Tamayo y Baus [1829-1898] que narra la tormentosa relación entre Felipe el Hermoso y Juana de Castilla. "No estaba loca, estaba trastornada por su capacidad emocional. Era una mujer muy fuerte, con cuerpo, y eso es muy raro en la historia", explica el director de Amantes, que para interpretar a la monarca ha elegido a la joven actriz Pilar López de Ayala.
Viaje a Flandes
Locura de amor ha sido trasladada al cine en dos ocasiones. La adaptación más popular es la que dirigió en el año 1948 Juan de Orduña, con una intensísima Aurora Bautista como Juana la Loca. Todo un éxito en aquel momento. "Llevar esta obra otra vez al cine es un proyecto muy antiguo que ha pasado al menos por las manos de siete u ocho directores, todos ellos muy diferentes", aseguró ayer Vicente Aranda. "Finalmente he tenido la suerte de poder rodarla yo".
Para Aranda, el título de la obra de teatro de Manuel Tamayo y Baus resume mejor que nada lo que él quiere contar. "Tamayo se inventó un término, el de locura de amor, 60 años antes de que los surrealistas acuñaran la expresión amour fou. El título de la obra ha tenido influencias decisivas incluso en los historiadores que empezaron a ver que Juana, más que una loca, era una mujer emocional", dice el director.
Vicente Aranda explica que su versión tendrá un arranque "didáctico" e historicista, mientras que conducirá la parte final hacia situaciones más "escénicas, más teatrales y dramáticas". "La película", continúa Aranda, "empieza cuando la reina Isabel embarca a su hija Juana rumbo a Flandes. Una flota de 120 barcos la acompaña. Si comparamos que a América fueron tan sólo tres naves, vemos cuáles eran las prioridades de la época". Locura de amor (que será la película número 24 del director de Amantes y El amante bilingüe, entre otras) es una coproducción entre Portugal, España e Italia que cuenta con un presupuesto de 800 millones de pesetas, está interpretada por Eloy Azorín (amigo de la infancia de Juana), Rosana Pastor (primera dama de Juana), María Gracia Cucinotta (amante de Felipe) y Daniele Liotti (Felipe, un personaje para el que en un principio se pensó en el actor francés Guillaume Depardieu). Pilar López de Ayala, una joven actriz conocida por la serie de televisión Al salir de clase, es la reina.
"Con esta película", dice Aranda, "yo quiero explicar por qué Juana la Loca estaba para aquella época loca. O sea, quiero explicar por qué precisamente, desde una perspectiva actual, no lo estaba. Es un personaje muy curioso. De una fortaleza increíble, tuvo seis hijos y ninguno se murió, algo impensable en esa época. Y además todos acabaron reinando. Era una mujer exigente con sus emociones. Juana tenía unas tendencias inadecuadas para aquella época, tenía una identidad propia, y eso la convertía ante la sociedad de aquel momento en una loca".
Para Vicente Aranda -que la próxima semana seguirá en unos estudios de Madrid el rodaje de la película-, que Juana de Castilla tuviera conciencia de "las necesidades" de su cuerpo -"sus exigencias eróticas"- la convierten en una adelantada a su época.
"Con eso no quiero decir que fuera una promiscua, no lo era; el promiscuo era Felipe el Hermoso, que es quien la trastorna con sus infidelidades y mentiras". "Para mí", añade el director, "Juana de Castilla era una mujer que no quería ser reina, que lo fue por azar y que eso le alejó de sus verdaderos deseos, que eran estar cerca de su marido". "La verdadera loca", añade el director y guionista, "era su madre, Isabel la Católica, una mujer presa de la megalomanía".
Aranda afirma que en esta película histórica se permitirá lo que él llama "las libertades inevitables". "Me he documentado", añade, "pero eso nunca me limitará".
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Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/cultura/ARANDA/_VICENTE/LOPEZ_DE_AYALA/_PILAR_/ACTRIZ/Vicente/Aranda/recrea/enganos/celos/enloquecieron/Juana/Castilla/elpepicul/20001122elpepicul_5/Tes
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Se busca un lugar en el sol
ÁNGEL FERNÁNDEZ-SANTOS
"El Pais", Madrid, 13/11/2001
La concesión de un Oscar de la Academia de Hollywood, y más si está destinado al cine ajeno, es una decisión, con frecuencia amañada y tosca, hija de la política gremial del cine californiano, cuya lógica no es sutil ni intrincada, sino que está guiada por criterios, o falta de ellos, previsibles. E imagino, porque otras veces lo han demostrado, que los miembros de nuestra Academia del Cine conocen el terreno que pisan, pues hay veces que han seleccionado, sin caer en inconsecuencia, para representarnos en Hollywood a un filme que luego no han elegido en los Goya como el mejor del año. No hay en ello contradicción, sino una sagaz deducción práctica: aunque ésta no es la mejor película, sí es la que mejor puede abrirse camino en Hollywood, que no busca el mejor cine, sino otra cosa. Hay mejores filmes españoles que Juana la Loca, pero no creo que haya otro más adecuado para hacerse con uno de los huecos que Hollywood destina al cine del mundo.
Viene de antiguo la idea de que los Oscar más creíbles, los más convincentes e indiscutidos, los que dejan ver por detrás indicios de un mayor afinamiento de las razones de su concesión, son los cuatro que van a parar a las manos de los intérpretes, que con inexplicable frecuencia sí suelen ser los mejores. Es una evidencia de Hollywood que su gente entiende del trabajo de actores y actrices. La solvencia y el entendimiento de sus gremios, que en otros apartados brilla por su ausencia, es en este terreno incuestionable. Y nada hay por ello más razonable que enviar a los académicos californianos que se molestan en ir a verlas, que por lo visto no son muchos, películas ajenas con buenas interpretaciones dentro, que es el caso de Juana la Loca, que no tiene dentro una buena, sino una espectacularmente buena interpretación de Pilar López de Ayala, cuya composición configura uno de esos luminosos golpes de presencia que deslumbran a los viejos degustadores de las alquimias del juego de rostros.
Es más que posible, es verosímil, que si alguien que conoce a fondo, y desde dentro, los entresijos de la jungla de celuloide, mueve con tacto y astucia las proyecciones californianas de Juana la Loca y, sobre todo, mueve a sus votantes potenciales, éstos pueden conducir a la película a uno de los cinco dorados rincones de la opción al Oscar. Pero si no hay tal movimiento subterráneo o hay falta de tino en él, es improbable que Juana la Loca sea seleccionada, aunque lo merezca, para formar parte del quinteto de aspirantes. Y, entonces, más que Vicente Aranda -que hace un trabajo de dirección muy inteligente y sólido, pero que es un cineasta con el destino fijado en los modos y los cauces del cine europeo- sería Pilar López de Ayala, enorme muchacha actriz con el futuro abierto de par en par, quien vería perderse a su espalda un impagable empujón hacia sí misma, hacia el caudal de genio dramático a medio aflorar que lleva dentro y que la gente de Hollywood sabría percibir, si se lo muestran.
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Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/cultura/busca/lugar/sol/elpepicul/20011113elpepicul_2/Tes
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